Las relaciones del holding mediático Prisa con los gobiernos socialistas ilustran bien algunas de las características del sistema de medios de pluralismo polarizado, más conocido como sistema mediterráneo, como son el alineamiento político de los medios y el intervencionismo gubernamental en esta materia.
Todo empieza cuando el gobierno de Felipe González, tras dos legislaturas de control monopolístico del medio televisivo (de aquella no había más canales que los oficiales), decide liberalizar el medio y contraviene la filosofía de la convocatoria concediendo un canal de pago a Jesús Polanco, más conocido desde entonces como “Jesús del Gran Poder”. La operación se completa poco después con el llamado ”antenicidio”, cuando Prisa protagonizó una confusa operación de toma de control de Antena 3 Radio que liquidó la competencia de la Ser, la emisora de Prisa. Lo primero llegó al Tribunal Constitucional, pero cuando este se pronunció ya eran hechos consumados. Lo segundo se hizo a pesar de un Tribunal de Defensa de la Competencia que reconocía “prácticas restrictivas y concentraciones contrarias al mercado”. El gobierno de Zapatero completó la operación concediendo a Canal Plus una licencia para emitir en abierto (Cuatro), con Iñaki Gabilondo al frente, concesión que nuevamente encrespó a la competencia. Es imposible entender la dinámica de polarización de la política española desde entonces sin tener en cuenta estos antecedentes, por cuanto crearon el caldo de cultivo de la agitación mediática que la alimenta.
A medida que el gobierno va concretando su plan de regeneración democrática, parece que asistimos a un nuevo capítulo de esta saga, si se confirma el nuevo plan TDT del Ministerio de Transformación Digital y sale adelante la concesión de un nuevo canal a Prisa. Tal iniciativa se sostiene, al parecer, en el diagnóstico del presidente Sánchez de que su gobierno se enfrenta a una “absoluta desproporción de medios conservadores”, tal como afirmó en una de las sedes de Atresmedia durante la campaña electoral de 2023. ¿De verdad el gobierno de progreso se encuentra asediado por la “fachosfera” mediática? Veamos los datos.
Voy a utilizar el “Estudio sobre audiencias de medios” realizado por el CIS en noviembre de 2023 (CIS 3421) para mostrar, primero, cómo se reparten las audiencias a la hora de informarse sobre cuestiones políticas y electorales y, a continuación, voy a presentar el efecto que tienen las preferencias por un medio u otro a la hora de decidir el voto. Recordemos que los encuestados del CIS nos dicen primero cuáles son los medios preferidos a la hora de informarse y, después, nos dicen a qué partido votarían si hubiera elecciones. Dado que el medio televisivo sigue siendo predominante a la hora de informarse, los votantes están clasificados según el canal de preferencia, excepto cuando manifiestan preferencia por los medios de Prisa (El País y la Ser), que aparecen en una categoría aparte. Los canales están ordenados de derecha a izquierda en la escala ideológica.
Con estas premisas, el primer dato a tener en cuenta es que hay tres grandes medios que consiguen las preferencias de en torno a un 20% de la audiencia: Antena 3, TVE y los medios de Prisa. En un segundo plano se encuentran los canales de Mediaset (Cuatro y Tele 5) y La Sexta, que consiguen en torno a un 9% de la audiencia. El resto de la audiencia (23%) prefiere otros canales (autonómicos, en su mayoría). Como era de esperar, los votantes del PP y Vox muestran preferencia por Antena 3, en tanto que los votantes del PSOE y de Sumar muestran preferencia a su vez por los medios de Prisa y La Sexta. Por su parte, la televisión pública parece situarse en una posición intermedia, aunque con una mayor preferencia entre los votantes de izquierda.
Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿cómo influyen las preferencias mediáticas a la hora de votar? En otras palabras, ¿qué efecto tienen dichas preferencias a la hora de decantar el voto en un sentido u otro? Más aún, ¿qué capacidad de arrastre tienen los medios a la hora de decantar a sus audiencias a favor o en contra del gobierno? Esta parece ser en último término la preocupación de Pedro Sánchez: es difícil ganar elecciones si los medios están en contra.
Puesto que son muchas las variables que influyen a la hora de votar, voy a presentar los resultados de un análisis que descuenta el efecto de otras variables como la ideología, la edad, el nivel de estudios, etc., a fin de obtener el efecto neto de la exposición a los medios. En la siguiente tabla, podemos observar dicho efecto, además de la auto ubicación ideológica tanto de los votantes de cada uno de los partidos como de las audiencias de cada uno de los medios. Así, por ejemplo, los votantes del PP se auto ubican en el 6,8 de la escala ideológica, al tiempo que los televidentes de Antena 3 se auto ubican en el 6. Esto quiere decir que son muy parecidos, de ahí que ser televidente de Antena 3 duplique la probabilidad de votar al PP (esto es lo que quiere decir el índice 2,01***). Hay, por tanto, una correlación clara entre tener a Antena 3 como medio preferente de información política y votar al PP.
Este tipo de correlación es mucho más clara en la parte izquierda del espectro: aquí el efecto es mucho mayor y no hay diferencia entre los medios de Prisa y La Sexta, los cuales compiten por el mismo electorado. La auto ubicación ideológica de las respectivas audiencias es prácticamente la misma (más de un punto a la izquierda del votante medio, que se auto ubica en el 4,9) y el efecto sobre el voto al PSOE y a Sumar es prácticamente idéntico (ser lector de El País o televidente de La Sexta multiplica por 3,5 la probabilidad de votar al PSOE y por 2,5 la probabilidad de votar a Sumar). En otras palabras, ser lector de El País o televidente de La Sexta y votar a la izquierda viene a ser lo mismo.
Especial comentario requiere la televisión pública, pues si bien la primera tabla dejaba alguna duda sobre su alineamiento político, esta segunda tabla no deja ninguna: su efecto sobre el voto es muy parecido al de los medios referidos en el párrafo anterior. Por un lado, duplica la probabilidad de voto a los partidos de gobierno, en tanto que cuenta con un rechazo rotundo de los votantes de Vox. Dicho de otro modo, la TVE tiene un efecto parecido al de Antena 3 pero con el signo cambiado (una a favor de los partidos de gobierno y la otra en contra). Asimismo, Antena 3 tiene el rechazo de los votantes de Sumar, al tiempo que TVE tiene el rechazo de los votantes de Vox.
Dejo al lector que saque sus propias conclusiones, pero me gustaría acompañar su reflexión con unas preguntas finales. ¿De verdad se puede sostener con estos datos que el gobierno se enfrenta a “una abrumadora mayoría de medios conservadores”? ¿De verdad creen Vds que un nuevo canal de Prisa va a cambiar en algo este panorama, como no sea para quitarle audiencia a La 1 y a La Sexta? ¿A qué vienen entonces estas prisas?