Cuando piensas en tu abuela, eres de nuevo un niño que iba al colegio y que, de vez en cuando, visitaba a sus abuelos. Sobre todo a su abuela. La que le ofrecía siempre la merienda, aunque fuese pronto, tarde o ya hubieses merendado. Porque, aunque muchos teníamos dos abuelas, en realidad es solo con una con la que nos sentíamos plenamente identificados.
La observábamos con ojos como platos ante la disposición que mostraba, ante su callada respuesta que era, principalmente, con la mirada. Ante los gestos que nos hacía a escondidas como diciendo “tú no hagas caso”, cuando nuestros padres nos regañaban por nimiedades que parecían tragedias.
Abuelas sorprendentes, abnegadas, risueñas, o cascarrabias pero de buen carácter; abuelas de ternura infinita, de belleza inefable. Siempre nos alababan. Por eso viene aquello de “no tienes abuela” cuando nosotros mismos presumimos de algo.
No tener abuelas es estar lejos en el tiempo, es recoger el polvo de las casas y las estancias por donde ella estuvo, es pensar en momentos felices y en la luz del atardecer; es encontrar todo el significado a lo inexplicable.
No tener abuelas es un montaje de Huichi Chiu y Víctor Velasco donde, en un monólogo interior que se hace externo y se concatenan recuerdos deslavazados, vemos y apreciamos un camino, una casa, hasta unos árboles, un viento, un silencio infinito. Huichi Chiu se mimetiza con su abuela, con la de todos, da igual que su abuela fuera china, y la nuestra española, nigeriana o ecuatoriana, las abuelas son una categoría especial dentro de la humanidad universal.
Nada más tenemos que asistir a una reunión de amigas, de familiares, de conocidas, para que las abuelas de turno saquen las fotos correspondientes de sus preciosos nietos, y lancen ese suspiro tan entrañable que es “¡ay, es que son tan ricos!”, e inmediatamente la otra abuela del grupo saque sus imágenes y la tarde, esa rara tarde libre, se convierta en un panegírico de nietos de todas las edades.
¡Cuánta ausencia cuando nos dejan! Abuela, ¿dónde estás?
Quiero contarte que hoy han hablado de ti en un teatro. En el Teatro del Barrio, ese teatro al que has entrado pocas veces pero que te parece muy bien que programen obras en las que tú seas la protagonista. Te has alegrado mucho cuando te lo he dicho. Y me has preguntado quién trabajaba, y te he dicho que Huichi Chiu, y has comentado, que no te suena, que tú recuerdas a Amparito Rivelles, o a las Caba Alba, y que ¡qué pena lo de Marisa Paredes!. Pero te has interesado por la obra, y te he dicho que es un monólogo, pero con voces de la abuela, con abuelas chinas y de todo el mundo, con una casa que es solo el contorno, pero que nos la imaginamos, con sillas que se arrastran solas, y con nostalgia, con mucha nostalgia. Y me dices que no entiendes nada, pero que te gustaría verla, cuando tus obligaciones te lo permitan.
Abuela, ven al teatro a que te vean. Cuéntame tu historia, hazte protagonista por una vez en la vida, y deja de estar en la sombra. Abuela, los focos te están esperando y el aplauso fervoroso de todos los nietos que en la historia hemos sido.
FICHA ARTÍSTICA. NO TENER ABUELAS
- Una creación de Huichi Chiu y Víctor Velasco
- Iluminación: Lola Barroso
- Vestuario: Lana Svetlana
- Espacio: Teatro del Barrio
Sobre el autor
Alberto Morate
Alberto Morate es profesor de literatura, dramaturgo, cronista de teatro, director de escena, poeta,… Su obra se extiende por el Teatro (7 libros publicados), un texto narrativo (La estatua de Lope de Vega), un Ensayo (Teatro en el colegio traducido a 8 idiomas). Incluido en diversas y variadas Antologías Poéticas, cientos de reseñas teatrales, artículos y Poesía, con 10 poemarios publicados hasta la fecha. También organiza recitales, ha escrito prólogos y presentado libros a colegas poetas.