CONTEXTO GEOPOLÍTICO
Libia es uno de los países más grandes de África, con una superficie de 1.775.000 Km2 (está en el puesto 15 en la clasificación mundial). Al norte tiene 1.770 km de costa en el Mar Mediterráneo y fronteras territoriales con Egipto, Sudan, Chad, Nigeria, Argelia y Túnez.
Está conformada por las antiguas regiones históricas de Tripolitana, Cirenaica y Fezzán. El desierto del Sáhara cruza el país y deja, únicamente, una estrecha franja fértil en la costa mediterránea; una franja discontinua, ya que el desierto roza el mar en el golfo de Sidra, partiendo Libia en dos mitades. A occidente queda Tripolitania y a oriente la Cirenaica. Posee una población de 6.838.039 (hab./2024). Con una población masculina muy parecida a la femenina (50,4% y 49,6%). El 96,7% de la población practican la religión islamista y 2,8% son cristianos.
La composición étnica y tribal es de vital importancia para entender la complejidad del país, fruto de un complejo proceso histórico de migraciones humanas que comienza en el Neolítico (8000 a.C.) y que hoy en día aún explica la realidad política y social de la nación africana.
La contextualización del tribalismo libio es fundamental para comprender los acontecimientos actuales, y el posible curso de los futuros, ya que la estructura tribal es un factor clave en la falta de estabilidad de Libia.
Estas poblaciones que se remontan a tiempos muy antiguos están influenciadas por la confluencia de culturas árabes, bereberes, africanas y mediterráneas. Durante siglos, estas tribus han formado la estructura social básica del país, incluso en épocas de dominio colonial y después de la independencia.
En Libia, los términos "grupo étnico" y "tribu" tienen connotaciones distintas, aunque pueden estar relacionados, dependiendo del enfoque cultural, político y social. Los problemas étnicos y tribales han sido una característica central de su panorama político y social, particularmente después de la caída del régimen de Muamar Gadafi, debido a que desempeñan un papel crucial en la identidad, la política y las alianzas locales.
Diferencias clave en el contexto libio
Los grupos étnicos reflejan divisiones religiosas, culturales y lingüísticas e históricas más amplias, mientras que las tribus operan como unidades sociales y políticas basadas en relaciones de parentesco y redes locales. Las tribus jugaron un papel clave en la estructura de poder bajo Gadafi y siguen siendo influyentes en la Libia actual, especialmente en ausencia de un estado central fuerte.
Los árabes constituyen la mayoría de la población, son predominantemente musulmanes sunitas y están presentes en todo el país. Los bereberes (amazigh) son grupos originarios del Magreb. Habitan principalmente en regiones montañosas como Nafusa y zonas del desierto, como Ghadames. Han luchado por el reconocimiento de su lengua y cultura. Los Tebú (Toubou) son otro grupo nómada, originario del sur de Libia, en la región de Fezzán y cerca de la frontera con Chad y Níger. Están implicados en el control de rutas de contrabando. Mientras que los tuaregs, nómadas del desierto, también de origen bereber, tienen una cultura adaptada al Sahara y viven en las áreas desérticas del suroeste. Tienen vínculos culturales y familiares con los países vecinos. Además, existen otras minorías africanas generalmente migrantes o descendientes de comunidades del Sahel, que residen principalmente en el sur y en áreas urbanas.
En Libia, hay unas 300 tribus. Las afiliaciones tribales no son un rígido sistema de alianzas y divisiones, sino una realidad muy flexible. Muchas tribus rivalizan por los recursos, control de rutas comerciales y acceso al poder central. Tras la caída del régimen de Gadafi, la falta de una autoridad central fortaleció las disputas tribales, especialmente en el Fezzán, donde las tensiones entre tribus árabes, Tebú y Tuareg han escalado a enfrentamientos violentos. Además, controlan milicias armadas, lo que dificulta el proceso de estabilización en el país.
Las principales tribus se encuentran en Tripolitania (Oeste), como los Warfallah, que históricamente han tenido una influencia significativa en la región. En Cirenaica (Este) dominan los Awagir, Magharba y Obaidat, asociados con el poder militar en la región. Fezzán (Sur) es el hogar de tribus como los Tebú y los Tuareg, que tienen un papel crucial en las rutas de comercio y contrabando.
Las tribus libias no solo son unidades sociales y culturales, sino también actores políticos. Su posición política se alinea a menudo con intereses locales, regionales e internacionales. Algunas tribus respaldan al Gobierno de Unidad Nacional (GUN) en Trípoli, mientras que otras apoyan al Ejército Nacional Libio (ENL). Muchas tribus manejan áreas estratégicas, incluyendo recursos como petróleo y agua, además de rutas de migración y contrabando. También participan en las negociaciones y acuerdos con actores nacionales e internacionales.
DISPUTAS TERRITORIALES
Libia enfrenta múltiples problemas con sus países limítrofes debido a factores históricos, políticos, económicos y de seguridad. Además, la interacción de intereses estratégicos y económicos intensifica las tensiones, en el flanco oriental libio. Estas han aumentado, una vez más, en el Mediterráneo oriental, tras la firma de un acuerdo preliminar entre Libia y Turquía sobre derechos para exploración energética (petróleo y el gas) que Grecia considera incompatible con sus reivindicaciones en ZEE (1) y que ha provocado reacciones de Chipre y Egipto. Algo parecido sucede con Túnez, donde ambos países disputan derechos de explotación marítima en la ZEE en el Mediterráneo. Además, con Egipto los problemas abarcan tanto la delimitación de territorios desérticos como el control de ZEE en el Mediterráneo.
Aunque no comparten una frontera terrestre, Libia y Malta mantienen disputas sobre la soberanía de ZEE también en el Mediterráneo. Estos desacuerdos reflejan el valor estratégico de los recursos marítimos y las rutas comerciales, siendo fuente recurrente de las tensiones diplomáticas.
CONTEXTO GEOESTRATEGICO.
Es dinámico y complejo debido a su ubicación en el norte de África, su riqueza en recursos naturales, y su papel como punto de tránsito migratorio hacia Europa. Libia continúa siendo un núcleo de inestabilidad regional, donde convergen una guerra proxy (2) con participación internacional y una lucha interna por el control territorial y económico. La fragmentación de actores, tanto internos como externos, hace que las alianzas sean volátiles. Desde la caída del régimen de Gadafi, el país ha enfrentado una fragmentación política y una intensa inestabilidad, marcada por la lucha entre diferentes facciones locales, la influencia de potencias extranjeras, así como, la presencia de grupos armados y milicias.
ACTORES INTERNOS
El Gobierno de Unidad Nacional (GNU), también denominado Gobierno de Acuerdo Nacional o Alto Consejo de Estado, es un órgano consultivo con sede en Trípoli, en el oeste del país. Fue establecido por la ONU y está capacitado para adoptar decisiones vinculantes en algunos ámbitos. Compuesto por miembros designados por las diferentes regiones y ciudades de Libia representa a los intereses del oeste del país y de la facción liderada por el primer ministro Mohamed Al Menfi y el presidente del Parlamento, Aguila Saleh. Su prioridad política es el reconocimiento de la ONU, lo que le permite acceder a los ingresos petroleros y distribuir recursos en las áreas bajo su control. Turquía respalda al GNU con apoyo militar, incluyendo drones y vehículos blindados.
El Parlamento o Cámara de Representantes es un órgano legislativo que se encuentra en Bengasi, en el este del país. Controlado por el Ejército Nacional Libio (ENL) liderado por el mariscal Khalifa Haftar y sus aliados, tienen su base de apoyo en la región oriental de Libia, pero, además, controla el este y el sur del país, incluida la rica región petrolífera de Cirenaica. Su objetivo es establecer un régimen centralizado que monopolice los recursos petroleros, Cuenta con el apoyo de Rusia, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.
Las milicias locales y tribales están dispersas por todo el territorio y adaptan sus lealtades según sus intereses. Controlan recursos estratégicos como petróleo, agua y gas, utilizando armamento variado que incluye lanzacohetes y vehículos armados ligeros. Grupos afiliados al Estado Islámico (ISIS) y Ansar al-Sharia operan clandestinamente en regiones del sur, empleando tácticas de guerrilla y armamento de contrabando.
ACTORES EXTERNOS. Turquía apoya al GNU para expandir su influencia en el Mediterráneo oriental, obteniendo acceso a recursos energéticos y contratos de reconstrucción. Su contribución incluye el suministro de drones Bayraktar TB2, sistemas de defensa aérea y mercenarios sirios. Italia y Francia actúan motivadas por intereses energéticos y de seguridad. Italia apoya al GNU para controlar la migración hacia Europa y garantizar el suministro de gas natural, aunque Francia, con un enfoque en el Sahel, presta apoyo indirecto a Haftar, priorizando la lucha contra el terrorismo y su influencia energética en la región.
Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) respaldan a Haftar para contrarrestar la influencia islamista, buscando un control indirecto de la producción petrolera. Para ello, proporcionan drones chinos y asistencia financiera. Egipto, está interesado en la estabilidad fronteriza y en proyectos energéticos, respalda al ENL con armamento pesado, inteligencia y municiones.
Estados Unidos intenta contrarrestar la presencia rusa en Libia, apoyando el proceso de paz y combatiendo el terrorismo. Además, trata de facilitar la actividad de empresas energéticas estadounidenses, recurriendo a operaciones militares selectivas contra grupos yihadistas. Aunque apoya al GNU, tiene buenas relaciones Haftar, que ha manifestado públicamente “las relaciones amistosas entre el Comando General y Estados Unidos, subrayando la importancia de fortalecer la coordinación y la cooperación conjunta en la lucha contra el terrorismo y el extremismo”.
Rusia (3), respalda ENL para fortalecer su presencia en el Mediterráneo y garantizar el acceso al sector energético, para ello utiliza al Grupo Wagner, que desempeña un papel clave asesorando y adiestrando tropas, así como, suministrando armamento y material de defensa antiaérea y apoyo aéreo. Los mercenarios de Wagner ayudaron al Ejército Nacional Libio (LNA) en la recuperación de Bengasi y Derna, aprovechando su apoyo para hacer negocios en temas petrolíferos y minería con sus socios libios, así como para establecerse en el territorio. Wagner, utiliza la base de Khadim cerca de la ciudad de Marj (NE de Bengasi), como nodo logístico para proporcionar personal y equipos a Mali. En esta base también se encuentra el grueso de los mercenarios dotados con defensa aérea y aviones. Tienen otras bases de acantonamiento en Sirte y Al Jufra en la región central.
En 2018, desplegaron cientos de mercenarios en instalaciones estratégicas, campos de adiestramiento, bases aéreas e infraestructuras petrolíferas y participaron muy activamente en la Ofensiva de Trípoli (2019). En 2020, Haftar ya disponía de más de 1.200 mercenarios Wagner dotados de misiles contra carros, drones y artillería de precisión. Aunque en mayo el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) detuvo el avance del LNA apoyado por los Wagner en la ofensiva de Trípoli, este grupo mantuvo posiciones clave en bases militares y zonas petrolíferas de otros lugares del país. De hecho, durante la contraofensiva del GNA en julio, la Compañía Nacional de Petróleo de Libia (NOC) denunció que los Wagner controlaban el campo petrolífero de Sharara, operado por varias empresas, entre ellas la española Repsol (4), con una capacidad de 300.000 bdp. Wagner consolidó su presencia desde Sirte hasta Sabha, fortificando bases aéreas con defensa antiaérea y aeronaves Mig-29 y Su-24. En 2021, se posicionó para controlar las terminales petrolíferas y de gas costeras para la exportación.
Wagner podría limitar la actual exportación de petróleo a Europa, debido a que controla las instalaciones de mayor valor estratégico.
Rusia, a través de las actividades del Grupo Wagner, busca consolidar una posición que le permita ejercer presión sobre los países europeos miembros de la OTAN y Turquía, mediante la generación de inestabilidad en sus fronteras. Al tiempo que obtiene beneficios mediante la adquisición de concesiones mineras y la explotación de recursos naturales en las regiones orientales y meridionales de Libia.
Libia también sirve como plataforma del Grupo Wagner para sus operaciones en el Sahel, especialmente en Chad y Níger, consolidando redes de influencia y abasteciendo de armas. Además, colabora con redes de contrabando y actividades ilícitas, financiándose principalmente de estas operaciones y contratos de seguridad.
EE.UU. considera al Grupo Wagner una organización criminal por su influencia desestabilizadora. En enero de 2023, el director de la CIA, William Burns, se reunió con Haftar para negociar la extradición de un ciudadano libio implicado en el atentado de Lockerbie (5) y discutir la posible expulsión de Wagner de Libia, un objetivo que, según Haftar, requiere “un respaldo militar estadounidense como el de Rusia, que incluya la protección frente a Turquía”, algo a primera vista imposible.
ECONOMÍA, RECURSOS, SOCIEDAD Y DD.HH.
Libia sigue siendo un país con ingentes recursos de petróleo y gas, pero la guerra y la inestabilidad han afectado gravemente a la economía. La división del país y la lucha por el control de los recursos siguen siendo un problema central. La presencia de actores internacionales, el terrorismo, y las tensiones entre las diferentes regiones y tribus complican aún más la gobernanza y la recuperación económica.
Hasta la caída del régimen de Gadafi y la guerra civil que ha devastado el país, la economía de Libia era una de las más pujantes del continente africano.
El conflicto en curso, unido a los impactos combinados de la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania y las inundaciones catastróficas en Derna (2023,) están teniendo unos efectos devastadores para la economía. El producto interno bruto (PIB) disminuyó un 50% entre 2011 y 2020, se recuperó en 2021, pero volvió a caer al -2,4% en 2022, en gran medida debido a las interrupciones en la producción de petróleo.
El petróleo es el recurso natural más importante de Libia, representa el 3% de todas las reservas mundiales, lo que ha sido tanto una bendición como una maldición, ya que la lucha por el control de los recursos petrolíferos ha sido uno de los principales motores del conflicto. Los principales campos se concentran en el Golfo de Sirte, aunque actualmente se exploran nuevos depósitos en la Tripolitana y en el Mediterráneo. Además, cuenta con gas natural e importantes depósitos de natrón y hierro en Fezzán. Libia cuenta con una de las mayores reservas de agua dulce de África, el Gran Río Artificial (6), un sistema de acueductos que suministra agua a las ciudades costeras.
La economía de Libia depende casi exclusivamente de la producción y exportación de petróleo y gas natural que representa más del 95% de los ingresos del país, aunque empleaban menos de una décima parte de la fuerza laboral. La producción se ha interrumpido en varias ocasiones debido a los enfrentamientos, lo que ha debilitado gravemente la economía. Además, la infraestructura está dañada y el control de los yacimientos ha sido una de las principales causas de conflicto entre las facciones rivales. Además, la corrupción, la falta de un gobierno funcional y la dependencia exclusiva del petróleo han impedido diversificar su economía más allá del sector energético.
La agricultura está limitada por las condiciones climáticas y la escasez de suelo fértil (apenas el 1%). Se cultiva trigo y cebada en las mesetas orientales y occidentales, también sorgo en la región de Fezzán, además de aceitunas, cítricos, habas, cacahuetes y tabaco. En los oasis se producen dátiles. La ganadería tiene un papel importante en la economía rural, con la cría de ovejas, cabras y camellos.
El desarrollo industrial libio es limitado. La mayoría de los centros industriales, ubicados en Trípoli y Bengasi, son de pequeño tamaño y fabrican alimentos procesados, cemento y textiles. Destacan las industrias relacionadas con el petróleo, como las plantas petroquímicas y las refinerías. Sin embargo, el sector servicios ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, especialmente en áreas como el comercio, la educación y la salud.
Italia sigue siendo el principal socio comercial. Se importan bienes de consumo y maquinaria agrícola procedente de China, Túnez y Turquía. Por otra parte, exporta petróleo y gas a Alemania, Francia o España y, en los últimos años, se ha incrementado el comercio con otros países africanos, en línea con la política de integración regional promovida por la Unión Africana (UA).
NOTAS
- Zona Económica Exclusiva
- La guerra subsidiaria, guerra por delegación o guerra por procuración, conocida por el anglicismo proxy war, se produce cuando dos o más potencias utilizan a terceros como sustitutos, en vez de enfrentarse directamente en las hostilidades.
- Según un informe reciente de expertos militares del Royal United Services Institute (RUSI), con sede en Londres, Rusia estaría intentando ampliar su influencia en Oriente Medio y África. Libia, un país políticamente fragmentado, pero rico en petróleo y oro es un excelente candidato para este tipo de nuevo "colonialismo ruso".
- Sharara es el yacimiento más importante del oeste de Libia explotado por Akakus, una empresa conjunta de la Corporación Nacional Libia de Petróleo (NOC) en asociación con Repsol, la estadounidense TotalEnergies, la austriaca OMV y la noruega Equinor.
- Washington acusa a Abu Agila Mohammad Masud de fabricar la bomba que estalló en 1988 en el avión de Pan Am y provocó 270 muertes en Escocia.
- El Gran Río Artificial es una red de tuberías construidas durante el gobierno de Gadafi que proveen agua al desierto de Libia desde acuíferos fósiles. Consiste en más de 1300 pozos, la mayoría de ellos de más de 500 metros de profundidad, y provee de agua dulce a las ciudades de Trípoli, Bengasi, Sirte entre otras.