Para entender los objetivos concretos occidentales (sin contar el objetivo principal de conseguir una derrota estratégica a Rusia) recordemos la huida masiva de todas las embajadas occidentales de Kiev en primeros días de la Operación especial militar (OEM). Es evidente que los avances muy rápidos de ejercito ruso en la fase inicial, ocupación de los grandes territorios y acercamiento a Kiev crearon la ilusión de la victoria rápida sumada a la subestimación general de la agrupación operativa rusa involucrada en este conflicto. Eso no contrastaba con un escenario inicial que barajaban en los capitales occidentales. Dado los éxitos rusos en el campo de batalla y una eventual derrota rápida de Kiev, lo más importante fue provocar la indignación en la opinión pública mundial, intentar de aislar a Rusia completamente, imponer las sanciones máximas y por medio de estas conseguir la caída de la economía rusa, desorden en la sociedad y finalmente destitución del “régimen de Putin”. Teóricamente fue un plan impecable pero en verdad, muy lejano de realidad, pues es cada vez más evidente que el nivel de análisis ha caído drásticamente desde los tiempos de Brzezinski y Kissinger. Se entiende poco la situación real en Rusia y por eso no sorprende que las previsiones del efecto devastador de las sanciones, la caída del rublo y el destructivo de la economía han fallado completamente. Después de casi 3 años de guerra la economía rusa se fortaleció, rublo es estable, las exportaciones crecen y la sociedad se ha consolidada como nunca.
La situación para el Occidente se empeoraba aún más con la eventual firma del Tratado de paz negociado en Minsk y rubricado definitivamente en Estambul. Del contenido de este documento hecho público por presidente Putin recientemente queda claro que Rusia alcanzaba prácticamente todos los objetivos declarados en principio de la OEM. Tampoco se piensa que Ucrania llevaba estas negociaciones en serio, pues todas las decisiones del régimen de Zelensky se toman en Washington o Londres. Aunque Rusia prestaba algo de confianza en estas negociaciones hasta aceptar retirar la parte de sus tropas de Kiev y las regiones fronterizas de Sumy y Chernigov. Aun más decepcionante fue la compresión del engaño mayor por parte de Ucrania y sus aliados. El borrador del Tratado fue tirado a la basura, Kiev ha organizado una provocación con la presunta masacre en Bucha y el Occidente ha empezado los suministros las armas aún más potentes y mortíferos. Las capitales occidentales han apostado por la derrota de Moscú en el campo de batalla. Esta ilusión se consolidó aún más en otoño de 2022 después de la derrota rusa en Kharkov y retirada de Kherson. Analizando la composición y efectivo de la agrupación rusa en Ucrania se queda claro que no fue preparada para un combate de gran escala. Tardó medio año para recomponer y aumentar sus tropas para empezar a dar los resultados positivos. Pero los avances de verdad se empezaron solo en principios de 2024. Con este cambio en el terreno los planificadores occidentales tuvieron que cambiar sus planes y apuestas.
La etapa actual de la guerra entre Rusia y Occidente se puede llamar con total confianza una operación para obligar a Rusia a negociar la paz. ¿Cuál es su esencia? Tanto para los Estados Unidos como para Occidente, es obvio que la dirección rusa entiende perfectamente que el momento para las negociaciones hoy es completamente inadecuado para Rusia. La guerra ha estado en marcha durante treinta y cuatro meses, pero solo en los últimos nueve, las tropas rusas comenzaron a llevar a cabo acciones ofensivas exitosas, realizando la superioridad numérica, técnica y organizativa acumulada sobre las fuerzas armadas de Ucrania. Pero la ruptura total en la guerra aún está lejos. Las fuerzas armadas de Ucrania conservan un potencial de combate significativo, las reservas de movilización de Ucrania no están agotadas, la mayor parte del territorio ucraniano está bajo el control de Kiev. En estas condiciones, detener la guerra y empezar las negociaciones de paz significarán, de hecho, un "empate", que Occidente y Kiev inmediatamente comenzarán a interpretar como su victoria, ya que Rusia, con este resultado del conflicto, no logrará los objetivos declarados: desmilitarización, desnazificación y estatus neutral de Ucrania. Pero las perspectivas futuras de la guerra son extremadamente desfavorables para Kiev. Las pérdidas en personas y equipos crecen exponencialmente, la calidad de las tropas disminuye continuamente, la disponibilidad de equipos y armas no satisface las necesidades, la economía está socavada, la fatiga de la guerra en la sociedad es enorme incluso según la sociología oficial. Por lo tanto, para los Estados Unidos hoy es extremadamente importante tener tiempo para concluir la paz, antes de que todos estos factores negativos lleven a un colapso rotundo de la situación.
Esto es lo que los líderes de los países de la OTAN han estado diciendo en las últimas semanas como loros, repitiendo que Occidente necesita una paz "buena" en Ucrania que no permita que Rusia se considere ganadora en la guerra. Y para esto, a juzgar por todos los signos, se incluye un gran proyecto de propaganda: ¡la paz de hoy o la guerra total! Su objetivo es convencer a Rusia que Occidente sigue confiando en su derrota y está dispuesto a apoyar indefinidamente a Ucrania con dinero, armas y sanciones en una escala cada vez mayor, tratando de provocar la incertidumbre en los líderes políticos rusos sobre las perspectivas de la guerra y la disposición a utilizar esa "oportunidad" lanzada por Occidente para concluir la paz en el marco de algún "plan Trump"; de lo contrario, ¡solo empeorará todo! Hasta cierto punto, es un reflejo de la famosa declaración del presidente ruso sobre la ventana de oportunidades para iniciar negociaciones en términos rusos, después de lo cual las siguientes propuestas solo empeorarán. Pero, a diferencia de Rusia, que, aunque lentamente, pero está consiguiendo éxitos en el campo de batalla, el Occidente no tiene nada que presentar, además de otros suministros escasos de los sistemas de misiles ya conocidos y ataques en el interior de Rusia.
Por lo tanto, hay una cortina de humo de declaraciones amenazantes, desde la promesa de enviar tropas a Ucrania, hasta promesas de inundar las fuerzas armadas de Ucrania con armas y dinero. Al mismo tiempo, una de las principales apuestas se hará en el "efecto Trump", que, por un lado, personificará una especie de "nuevo enfoque" de los Estados Unidos para la guerra, más precisamente, su final. Por otro lado, su disposición, en el caso de la persistencia de Rusia, a tomar una posición más radical e inconmensurable que Biden. A juzgar por todos los indicios, Estados Unidos y Occidente están tratando de arrastrar a Rusia a las negociaciones en febrero y congelar el conflicto en términos mucho más desfavorables para Rusia que los mismos acuerdos de Minsk, pero que se envolverán en una envoltura brillante de la promesa de un estado neutral de diez años de Ucrania y el comienzo gradual del levantamiento de las sanciones a Rusia, que en cualquier momento pueden ser reintroducidas y deberían convertirse, según los autores del plan, en un látigo y pan de jengibre para Moscú. A propósito, el ministro de exteriores ruso Sergey Lavrov ha dicho claramente en la entrevista con Tucker Carlson que a Rusia no importa mucho un levantamiento de sanciones pues Rusia se acomodó a sus efectos y apuesta ahora por la auto sustitución de importaciones y el desarrollo de todos los sectores de la economía propia. La única pregunta es si Moscú está listo para jugar este juego, además, de acuerdo con las reglas de los tramposos, que durante los últimos treinta y cinco años invariablemente han estafado a Rusia en la mesa diplomática, convirtiendo la diplomacia en un arte tramposo.
Y para terminar analicemos las diferentes opciones de los planes de solución del conflicto:
El equipo de Trump presentó tres planes de paz para resolver el conflicto en Ucrania. Sobre esto informa la agencia Reuters con referencia a fuentes cercanas al nuevo presidente de los Estados Unidos. Cada una de las opciones implica diferentes enfoques para las negociaciones y concesiones de Kiev. Por el momento, ningún plan ha sido aprobado, pero cada uno ha causado una ráfaga de emociones negativas entre la UE y Ucrania. Contaremos sobre todas las tres opciones, así como sobre los llamamientos radicales de la administración saliente de Biden y la posición de Rusia en este tema.
El Desafío De Trump
El principal republicano ya está reuniendo un grupo de trabajo para elaborar un acuerdo de paz. Según Reuters, algunos asesores de Trump comenzaron a discutir detalles específicos entre ellos. La opción final probablemente dependerá de lo acordado entre lideres directamente. Los analistas y ex funcionarios de seguridad nacional de los Estados Unidos sugieren que una serie de propuestas para poner fin al conflicto no satisfarán al presidente de Ucrania. Además, es probable que los aliados europeos tampoco estén de acuerdo con algunos puntos.
Tres opciones:
El Plan De Keith Kellogg
El teniente general retirado nombrado un enviado para el conflicto en Ucrania, en su versión, propone presionar a ambos lados del conflicto. Kellogg cree que, si Rusia se niega a negociar, Estados Unidos estará obligado a aumentar la ayuda militar a Ucrania. Si Kiev no acepte, los Estados Unidos detendrán por completo el suministro de armas y la financiación. La entrada en la OTAN se pospone por al menos 10 años, y se plantea la cuestión del levantamiento de las sanciones contra la Federación Rusa. Y lo más importante: si ambos países están de acuerdo, entonces el conflicto se congela en la línea del frente. La mayoría de los trumpistas criticaron el plan de Kellogg. En su opinión, esto no detendrá, sino que solo prolongará el conflicto.
El Plan de Richard Grenell
El ex jefe de la inteligencia nacional de los Estados Unidos en su versión habla sobre la exclusión de la pertenencia de Ucrania en la OTAN. Presuntamente esto no entra en los intereses de los EE. UU. Grenell fue uno de los pocos que asistió a la reunión de Trump con Zelenskiy en septiembre. Por supuesto, a Ucrania y Europa tampoco les gustaría esta opción. En su opinión, Kiev finalmente perderá el control sobre los territorios, y la Federación Rusa solo fortalecerá su posición en la región.
El Plan de JD Vance
El vicepresidente electo de los Estados Unidos ofrece la opción más dura: cortar por completo a Ucrania de la posibilidad de unirse a la OTAN. A continuación, crear una zona desmilitarizada entre Ucrania y Rusia. Además, el plan de Vance dice que, si Kiev no está satisfecho con tal alineación, entonces la ayuda militar se detiene. Zelensky respondió a este plan diciendo que renunciar a la entrada a la Alianza es "la línea roja" que nunca cruzará.
Indignación por el otro lado
Ucrania cree que las concesiones territoriales y el rechazo de la OTAN equivalen a la rendición. Después de todo, Kiev ve a la alianza como un garante de la seguridad. El Congreso de los Estados Unidos también está indignado: por un lado, los funcionarios están en contra del aumento de la ayuda a Ucrania, por otro lado, un rechazo total afectará la reputación de los Estados Unidos.
Declaraciones oficiales de Estados Unidos
La administración saliente de Biden, que está trabajando sus últimas semanas, pide insistentemente a Kiev que reduzca la edad de movilización a 18 años. En una conferencia de Prensa en Bruselas, el secretario de estado estadounidense Blinken dijo que la movilización total es muy importante. Después de todo, incluso con dinero y armas suministrados, alguien debe luchar en el frente. Por lo tanto, Ucrania debe tomar una decisión difícil pero necesaria y reducir la edad de los movilizados de 25 a 18 años.
Posición de Ucrania
El Ministerio de asuntos exteriores de Ucrania dice que renuncia a todas las garantías de seguridad alternativas a la entrada en la OTAN. Hasta la fecha, no hay acuerdos comunes entre los países participantes de 32 sobre la adhesión de Ucrania a la alianza. Para alcanzarlos, se tardara meses o años, o no se alcanzará nunca.
Posición De Rusia
Desde que Vladimir Putin presentó una nueva opción para un final pacífico del conflicto en Ucrania a mediados de junio, nada ha cambiado, solo fue confirmado varias veces por el propio Putin y otros mandatarios rusos. Las tesis claves:
- Reconocimiento del estatus de Crimea, las regiones de Donetzk y Lugansk y de Kherson y Zaporizhia como regiones de la Federación rusa.
- La consolidación del estatus neutral y libre de armas nucleares de Ucrania, su desmilitarización y desnazificación.
- Levantamiento de las sanciones antirrusas. Según Putin, este enfoque es un camino hacia un alto el fuego real y la transición a una nueva etapa de negociaciones: política y diplomática.
En lugar de conclusión: después de la reunión corta en Paris de Donald Trump con Zelensky el futuro inquilino de Casa Blanca ha dicho en su mensaje que Ucrania presuntamente quiere llegar al acuerdo con Rusia para parar el conflicto y ha llamado al alto de fuego inmediato y a las negociaciones bilaterales. A su turno Zelensky precipitó a desestimar al señor Trump diciendo que rechaza rotundamente las llamadas al alto de fuego y que nunca aceptará el tratado de paz sin garantías de seguridad. Solo este ejemplo nos confirma que el camino hacia la paz en Ucrania será muy largo y todas las partes tendrán que sobrepasar los prejuicios, fobias y desconfianzas propias para llegar a algún compromiso mutuamente aceptable.