De honestísimo entretenimiento. Esto es, estas son, las novelas ejemplares, tres tan solo, quizás más serían demasiadas, con el ejemplo de Antonio Campos, la ejemplaridad del músico, Carlos Beceiro y, por ejemplo, la dirección de Lluis Elías.
A modo de bululú, el actor que también ha hecho la adaptación y la dramaturgia de estas tres novelas ejemplares del insigne, hoy, Miguel de Cervantes, cual son “El licenciado vidriera”, “Rinconete y Cortadillo” y “La Gitanilla”, labra en clave de actualidad y barroquismo del siglo de oro con su habla lenguaraz, con sus gestos histriónicos, con ritmo sincopado y sin vergüenza.
Estas tres, de ambiente realista, y más que solo lo realista, cuando lo ensalza el cómico que tenemos delante, debatiéndose entre el argumento de las novelas, entre los personajes que quieren abrirse paso a través de su cuerpo, sin espiritismos, y entre referencias a lo acontecido hoy en día, a modo de chascarrillos, simples comentarios, jocosas ironías, cambiando de voces, de rol, y con los signos de puntuación en modo musical, hacen de este repaso a unos textos poco conocidos por el vulgo corriente una, efectivamente, comedia de “honestísimo entretenimiento” y solaz de damas y caballeros andantes o motorizados, pero sentados en sillas, que no bancos, cual si estuviéramos en el siglo XVII, porque donde sí nos encontramos es en el Corral de Comedias (Cervantes), aunque ahora haya trasladado sus reales a La nave de las Terneras. De cualquier modo, el ambiente se hace y se consigue y, para colmo de bienes, al final sortean jamón y queso, que nos han visto caras de pícaros hambrientos o de Sanchos extraviados sin saber si su señor ha perdido la cabeza o la tiene demasiado bien puesta en su sitio.
Así, entre el despertar de una nueva aventura que acontece en forma de palabra, y la búsqueda de atracción hacia el espectador que ha huido de fútboles y de musicales “granviarios”, se resuelve una tarde para contar más adelante y distinguirse de la plebe que siempre va a los mismos sitios de siempre. ¡Ojo!, esto no quita para, después, tomarse unos aperitivos bien regados con vino o cerveza, o para deleitarse con una buena cena presumiendo en voz alta y que nos oigan en la mesa de al lado.
Con clara influencia, ¿por qué no?, del maestro Rafael Álvarez el Brujo, pero con un matiz diferente, Antonio Campos nos ilustra en forma de jácara, entremés o monólogo alejado del club de la comedia, ¡albricias, ya era hora, qué suerte!
¡Sí!, Ejemplares de Cervantes, Vidriera con cuidado de no romperse y que ironizará sobre lo conocido y lo sobrenatural, porque entre la cordura y la locura solo hay un paso y si no, que se lo pregunten a Don Quijote. Y los dos pícaros, Rincón y Cortado, donde hay que saber sobrevivir y mantener esa parcela de libertad tan difícil de sustentar en esta sociedad que nos tiene tan controlados, económicamente, políticamente, laboralmente y, casi, emocionalmente. Y, por fin La gitanilla, donde, al final nada será como parecía, porque así Cervantes lo quiere.
Sonríe, que viene el bululú a hacer las delicias de espectadores en aventuras que nunca pasan de moda, porque ya nadie las conoce y es importante que nos enseñen, “deleitando”, a modo de ejemplo y por ejemplares se tienen.
FICHA ARTÍSTICA. EJEMPLARES DE CERVANTES
- Texto y dramaturgia: Antonio Campos
- Dirección: Lluís Elías
- Interpretación: Antonio Campos
- Música original: Carlos Beceiro
- Escenografía: State Creación
- Vestuario: Tatiana de Sarabia
- Espacio: La Nave de las Terneras (Corral de Cervantes)
Sobre el autor
Alberto Morate
Alberto Morate es profesor de literatura, dramaturgo, cronista de teatro, director de escena, poeta,… Su obra se extiende por el Teatro (7 libros publicados), un texto narrativo (La estatua de Lope de Vega), un Ensayo (Teatro en el colegio traducido a 8 idiomas). Incluido en diversas y variadas Antologías Poéticas, cientos de reseñas teatrales, artículos y Poesía, con 10 poemarios publicados hasta la fecha. También organiza recitales, ha escrito prólogos y presentado libros a colegas poetas.