En todos los partidos de clase existe una tensión permanente entre la militancia de base, que persigue la máxima participación posible, y el “aparato” que lo que pretende es controlar internamente el partido para poder tomar decisiones minimizando la disidencia. El PSOE ha pasado de dar un claro paso adelante en la apertura democrática, en el 39 Congreso, a una evidente pérdida de democracia interna en el 40 Congreso Federal. Algo habría que hacer en este 41 Congreso para recuperar los avances perdidos.
En 2017, tras la campaña de las primarias que devolvieron a Pedro Sánchez a la Secretaría General del PSOE, había que concurrir al 39 Congreso Federal con una ponencia marco que había sido elaborada por la gestora que lo convocó. La ponencia era antitética del discurso que había llevado a Pedro Sánchez a ganar las primarias, “Somos la izquierda”, y disonante con el pensamiento mayoritario de la militancia, que había conseguido la gesta de devolverlo a la Secretaría General, y que exigía más democracia directa.
Por esas cosas que pasan en los procesos revolucionarios, me tocó asumir en el 39 Congreso la responsabilidad de la ponencia económica. Una ponencia que la gestora había encargado a José Carlos Díaz, que le había dado una perspectiva más social liberal que socialdemócrata, y que teníamos la misión de transformar, Manu Escudero y tres personas entre las que yo me encontraba.
Los días hasta llegar al congreso fueron frenéticos, había que darle la vuelta a la ponencia marco y había que hacerlo en menos de un mes y oyendo a un sinfín de grupos que habían contribuido a la victoria (sindicalistas, sufragistas, federaciones singulares, Izquierda Socialista, …). En el ámbito económico parimos la que probablemente pueda ser considerada la ponencia económica más puramente socialista de la era post-marxista del PSOE. La aspiración de recuperar el voto de izquierda nos llevó a incluir en la ponencia la participación sindical en los consejos de administración, los fondos de asalariados, … (Dejo el enlace para que se pueda consultar https://www.psoe.es/media-content/2016/04/Resolucion-Politica-39-Congreso.pdf.)
En el ámbito estatutario, los demócratas radicales, entre los que siempre me he encontrado, conseguimos importantes avances. No conseguimos eliminar los avales para las primarias, pero si se redujeron a un número muy accesible para un candidato/a con cierto apoyo (1% en el ámbito federal, 2% en el regional y 3% en el provincial). También conseguimos que se estableciera el sufragio universal en listas abiertaspara la elección de los delegados/as a los congresos y la participación directa de la militancia en la elección de candidatos/as del PSOE en los procesos electorales.
No obstante, ese nuevo sistema jamás se llegaría a implantar. En los congresos regionales inmediatamente posteriores fue imposible aplicar la elección directa de delegados/as, porque no se disponía de una normativa de desarrollo estatutario y llegado el 40 Congreso, mientras la militancia estaba en las cosas del comer, mediante algunas enmiendas, de esas a las que nadie hace caso porque se consideran inviables, se acabó recortando el sistema no nato del 39 Congreso.
Primero, se subieron los avales. Algunos “outsiders”, como les gusta llamarnos, habíamos conseguido los avales para concurrir a procesos de primarias, en mi caso el 2% regional, y eso creaba problemas. No obstante, el retroceso más importante fue en cuanto a la participación de la militancia en los procesos congresuales. Hasta el 39 Congreso los y las militantes participaban en el proceso congresual presentando enmiendas en sus agrupaciones y votando a los delegados/as de los conocidos como “congresillos provinciales” en los que se debatían las enmiendas y se elegían a los delegados/as al congreso federal y al regional correspondiente. Las agrupaciones entraban en ebullición desde el momento que era remitida la ponencia marco. El objetivo, del 39 congreso era sustituir la elección de delegados que hacían los congresillos y pasarla a elección por sufragio universal, nada más, pero en ningún caso pretendía eliminar los congresillos. No obstante, incomprensiblemente, lo que se hizo fue eliminar los congresillos.
En cuanto a la elección directa de los delegados/as tras el 40 congreso los delegados pasaron a elegirse por sufragio universal, pero no mediante listas abiertas como era la intención original. Para que haya votación, primero un/a militante tiene que recoger el 10% de avales para poder de presentar una lista cerrada de candidatos/as a delegados/as. Además, si es solo un/a militante el que ha recogido esos avales entonces la lista no se vota porque es única. La pregunta obvia es ¿Quién se va a poner a recoger el 10% de avales para presentar una lista de delegados? Por supuesto nadie, salvo el secretario/a general de cada provincia.
El resultado final lo podemos ver en este proceso congresual donde prácticamente ninguno de los delegados/as que acudirán al 41 congreso federal del PSOE en Sevilla ha sido votado por la militancia, ni directa ni indirectamente.
El pasado 7 de noviembre en mi Agrupación Local tuvo lugar la asamblea para el debate de las enmiendas a la ponencia marco del 40 Congreso, somos más de 200 militantes y en condiciones normales habría acudido entre 70 o 100 militantes o más si hubiéramos tenido que votar. Sin embargo, no acudimos ni una decena de militantes, 3 de los cuales presentábamos enmiendas. Una desactivación y desmotivación de la militancia sin precedentes.
En Andalucía, una parte de lo que en su día fue el sanchismo andaluz, hemos promovido una serie de enmiendas destinadas a volver al Estatuto del 39 Congreso, reproduciendo sus textos en cuanto a la participación democrática de la militancia. Dudo que las mismas sean debatidas, pero ¿Quién sabe?
El sanchismo, si fue algo, fue un ejemplo de democracia interna y participación de la militancia, lo mismo vuelve a su esencia en estos tiempos tan aciagos.
ESPECIAL DE LA HORA DIGITAL SOBRE EL 41º CONGRESO FEDERAL DEL PSOE