Las elecciones en Namibia podrían marcar un hito histórico con la victoria de su primera presidenta, reflejando un avance en la representación de género en África Austral, aunque persisten retos como la desigualdad económica y las tensiones regionales.
En febrero de 2024, el presidente Hage Geingob perteneciente a la Organización del Pueblo de África del Sudoeste (SWAPO) falleció de forma inesperada. En una transición considerada ejemplar, el vicepresidente Nangolo Mbumba asumió la Jefatura del Estado, en cumplimiento de las disposiciones constitucionales, y ejercerá el cargo hasta el final del mandato, previsto para el 21 de marzo de 2025. Como parte de esta reorganización, Mbumba designó como vicepresidenta a Netumbo Nandi-Ndaitwah, quien hasta entonces ocupaba los cargos de viceprimera ministra y ministra de Relaciones Exteriores.
Mbumba ha declarado públicamente que no tiene intención de postularse a la presidencia. Por su parte, Nandi-Ndaitwah, reelegida como vicepresidenta de SWAPO en el Congreso General del partido en noviembre de 2023, se perfila como la candidata presidencial de la formación para las elecciones de noviembre de 2024. De confirmarse la victoria, que las proyecciones actuales otorgan a SWAPO, Nandi-Ndaitwah se convertiría en la primera mujer en asumir la presidencia de Namibia.
Las elecciones en Namibia se celebrarán el 27 de noviembre, para elegir a la persona que ocupara la Jefatura del Estado de la República desde 21 de marzo de 2025 al 21 de marzo de 2030 y 96 de los 104 escaños de la Asamblea Nacional.
SISTEMA ELECTORAL
El presidente de la República es elegido por voto popular y directo para un mandato de cinco años, con posibilidad de una sola reelección, mediante el sistema de segunda vuelta. Si ningún candidato recibe más del 50% en la primera ronda de votación, se realizará una segunda vuelta. Desde la instauración de la presidencia electa en 1994, ninguna elección ha requerido segunda vuelta, debido a que los candidatos de la SWAPO superan holgadamente los tres cuartos de los sufragios válidos.
Los 104 miembros de la Asamblea Nacional consisten en 96 escaños elegidos y ocho miembros (sin derecho a voto) designados por el presidente de la República. Los 96 miembros electos son elegidos por sistema proporcional cerrado. El país se encuentra dividido en catorce regiones, las cuales actúan a su vez como circunscripciones electorales de múltiples miembros.
CANDIDATOS Y PARTIDOS POLÍTICOS
Netumbo Nandi-Ndaitwah (SWAPO) vicepresidenta de Namibia desde 2024 y ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación. Ejerció como vice primera ministra de Namibia desde 2015 hasta 2024. También es vicepresidenta del SWAPO desde 2017 y previsiblemente se convertirá en la Presidenta del país tras elecciones del 27 de noviembre. También ha sido Ministra de Medio Ambiente y Turismo, y miembro de la Asamblea Nacional. En 2017, Nandi-Ndaitwah fue elegida vicepresidenta del partido en el VI Congreso del partido. Es la primera mujer en ocupar ese puesto.
La Organización del Pueblo de África del Sudoeste (SWAPO) de Namibia, fue un movimiento independentista que ha gobernado en forma ininterrumpida, desde su independencia en 1990. En sus orígenes, como casi todos los movimientos independentistas de Africa eran marxista-leninista, la SWAPO se transformó luego de su llegada al poder en una fuerza de centroizquierda. En el Congreso del partido de 2017 se definió formalmente como socialdemócrata. Aunque multirracial, desde su fundación el grupo étnico ovambo mantiene una influencia dominante en el partido. En 2017, sin embargo, Hage Geingob, quien ya ejercía como presidente de la República desde 2014, se convirtió en el primer presidente del partido no perteneciente a esta etnia.
Panduleni Itula con su ‘Independent Patriots for Change’ (IPC), partido fundado solo cuatro meses antes de las elecciones de 2019 para respaldar la candidatura presidencial, se ha consolidado desde entonces como segunda fuerza, en base a los resultados obtenidos en algunas importantes circunscripciones locales, si bien el Movimiento Democrático Popular (PDM) de McHenry Venaani mantiene formalmente la condición de principal partido de la oposición. Existen otros partidos con menor impacto nacional.
DEMOGRAFÍA ELECTORAL
En 2019 de una población de 2.699.025 habitantes se registraron 1.358.468 y votaron 826.198 el 62,06 por ciento. Los Ovambo (50%) históricamente votan por SWAPO, mientras otros grupos buscan alternativas. La composición étnica es mayoritariamente de grupos bantúes como los ovambo, herero y nama, además de pequeñas comunidades de europeos y san (bosquimanos). Las áreas rurales suelen respaldar a SWAPO; las urbanas tienden a ser más competitivas. El voto juvenil está creciendo, pero con alta desafección por falta de oportunidades.
CONTEXTO HISTÓRICO
Los primeros homínidos que poblaron esta parte de África fueron los Australopithecus africanus, que vivieron hace unos cuatro millones de años en toda la parte de África que va desde Etiopía hasta Sudáfrica. Es posible que los primeros seres considerados como humanos, los homos habilis, hubieran nacido en Namibiam, pues la paleontología no había conseguido datar, a principios del siglo XXI, el lugar de nacimiento de esta especie, la primera que la comunidad científica admitía por unanimidad como humana según el paleontólogo Juan Luis Arsuaga.i
Namibia ha estado habitada desde tiempos prehistóricos, como lo evidencian herramientas y arte rupestre de hasta 25.000 años de antigüedad. Los primeros habitantes fueron los san (bosquimanos), un pueblo de cazadores-recolectores, y más tarde los damara, quienes practicaban la ganadería y la agricultura. Estas comunidades dejaron un importante legado en sitios como las pinturas rupestres de Twyfelfontein, un Patrimonio de la Humanidad.
Alrededor del primer milenio d.C, las migraciones de pueblos bantúes trajeron nuevas culturas y tecnologías a la región. Entre ellos estaban los owambo y los hereros, quienes introdujeron la agricultura a mayor escala y el pastoreo de ganado.
En el siglo XV, los navegantes portugueses comenzaron a explorar la costa de Namibia, pero no establecieron asentamientos permanentes. Durante los siglos XVIII y XIX, comerciantes y exploradores europeos, junto con colonos sudafricanos, comenzaron a interactuar con las comunidades locales, principalmente a través del comercio de bienes y esclavos.
Namibia, conocida entonces como África del Sudoeste Alemana, fue colonizada entre 1884-1915. Los colonos alemanes tomaron grandes extensiones de tierra, lo que provocó conflictos con los pueblos herero y nama. Entre 1904 y 1908, estos grupos se rebelaron, pero fueron brutalmente reprimidos en un genocidio que dejó decenas de miles de muertosii. Este episodio persiste en la memoria histórica del país.
Durante la Primera Guerra Mundial, Sudáfrica se convirtió en Namibia y, tras la guerra, administró el territorio bajo un mandato de la Sociedad de Naciones. Sudáfrica trató el territorio como una extensión propia, imponiendo políticas de segregación racial similares al apartheid. La ocupación sudafricana tuvo la resistencia de los movimientos independentistas, liderados por la Organización del Pueblo de África del Sudoeste (SWAPO), fundada en 1960. La SWAPO lideró una guerra de guerrillas contra el gobierno sudafricano, con el apoyo de aliados internacionales como la URSS, Cuba y países africanos. Tras décadas de conflicto y presión internacional, Sudáfrica conquistó un proceso de independencia supervisado por la ONU.
Namibia obtuvo su independencia el 21 de marzo de 1990, con Sam Nujoma como su primer presidente. Desde entonces, el país ha mantenido una democracia estable, aunque enfrenta desafíos como la desigualdad económica, la corrupción, el desempleo y los efectos del cambio climático. Namibia sigue siendo conocida por su rica biodiversidad y sus paisajes impresionantes, como el desierto del Namib, uno de los más antiguos del mundo.
CONTEXTO GEOPOLÍTICO
Namibia, situada en el suroeste de África, limita con Angola, Zambia, Zimbabue y Sudáfrica. Posee una superficie de 824.290 km², de los cuales 1.002 km² corresponden a su costa atlántica. Con una población de 2.928.000 habitantes en 2023, es uno de los países con menor densidad demográfica a nivel mundial (4 hab./km²). Su capital, Windhoek, concentra 431.171 habitantes, consolidándose como el principal centro político, económico y cultural del país.
Culturalmente, Namibia destaca como un crisol de influencias, que van desde tradiciones indígenas hasta herencias coloniales alemanas y sudafricanas. La música, la danza y las artesanías, como las producidas por el pueblo himba, son expresiones culturales prominentes que reflejan la diversidad étnica de la nación.
En el plano internacional, Namibia es un actor comprometido en foros multilaterales como la ONU, la Commonwealth y el Movimiento de Países No Alineados, desde los que impulsa agendas relacionadas con el desarrollo sostenible, la equidad global y la lucha contra el cambio climático. Su relevancia estratégica se deriva de ser un proveedor clave de uranio, junto con otros recursos naturales esenciales, incluyendo minerales raros y productos pesqueros, lo que la posiciona como un socio importante para potencias como China, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia.
Dentro de la Comunidad de Desarrollo de África Meridional (SADC), Namibia juega un rol destacado promoviendo la integración económica y la estabilidad regional. Sus relaciones bilaterales más relevantes incluyen a Sudáfrica, Angola y Botsuana, con un enfoque en la cooperación comercial, la seguridad fronteriza y la gestión conjunta de recursos naturales estratégicos, como el Delta del Okavango, que enfrenta presiones ecológicas significativas.
CONTEXTO GEOESTRATÉGICO
Comparada con otros países de la región, Namibia mantiene un entorno político relativamente estable, lo que la convierte en un destino atractivo para la inversión extranjera. Ocupa una posición geoestratégica clave en África, impulsada por la abundancia de uranio, diamantes y otros minerales vitales, así como por sus puertos, en especial Walvis Bay, un nodo esencial para el comercio regional e internacional que ofrece acceso privilegiado al Atlántico.
Ubicado estratégicamente en el centro de la costa namibia y con acceso directo a las principales rutas marítimas, Walvis Bay es la principal puerta de entrada para el comercio internacional del país. Este puerto comercial, el más grande de Namibia, recibe aproximadamente 3.000 escalas de buques al año y maneja alrededor de 5 millones de toneladas de carga. Su terminal de contenedores tiene capacidad para albergar 250.000 unidades anuales. Además, es un puerto de aguas profundas protegido que se beneficia de un clima templado.
Los corredores de Walvis Bay constituyen un sistema integrado de carreteras asfaltadas y redes ferroviarias bien mantenidas, permitiendo la conexión del puerto con diversos países a través de rutas como los corredores Trans-Kalahari (que enlaza con Sudáfrica), Trans-Caprivi (noroeste de Namibia y las fronteras con Angola, Zambia y Botsuana), Trans-Cunene (sur de Angola) y Trans-Orange. Estos corredores proporcionan a los países sin litoral de la SADC (Comunidad de Desarrollo de África Austral) acceso estratégico a los mercados trasatlánticos.
La riqueza mineral de Namibia, en particular su producción de uranio posiciona al país como un actor clave en la transición energética global, especialmente en el ámbito de la energía nuclear. En este contexto, China destaca como uno de los mayores inversores en infraestructuras namibias, con proyectos significativos como el desarrollo del puerto de Walvis Bay y la explotación de minas de uranio. Estas últimas son operadas principalmente por empresas chinas, que abastecen a sus centrales nucleares.
Además, Namibia exporta productos agrícolas, minerales y pesqueros a la Unión Europea, beneficiándose de acuerdos como el EPA (Acuerdo de Asociación Económica). Su industria pesquera es una de las más productivas del mundo y desempeña un papel crucial en la economía nacional, proporcionando empleo directo tanto en alta mar como en tierra. Las ciudades de Walvis Bay y Lüderitz están profundamente vinculadas a esta industria, sirviendo como puntos clave para la exportación de pescado y productos pesqueros hacia mercados internacionales.
Desde su independencia, Estados Unidos ha apoyado a Namibia en áreas como la salud, la seguridad y el comercio. Namibia forma parte del programa PEPFAR (Plan Presidencial de Emergencia para Alivio del SIDA) y ha recibido apoyo técnico y financiero de USAID y el CDC. En el ámbito militar, la colaboración incluye programas de capacitación para las Fuerzas de Defensa de Namibia.
Por su parte, Rusia, aunque ha perdido los estrechos vínculos que mantenía con sus aliados africanos "antiimperialistas" durante la era soviética, ha comenzado a revitalizar esas relaciones históricas y a explorar nuevas oportunidades. Esto se evidenció en la gira del ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el pasado marzo por Namibia, Zimbabue, Angola, Mozambique y Etiopía, países del antiguo eje de influencia soviético. En reciprocidad, el ministro de Relaciones Exteriores de Namibia realizó su primera visita oficial a Moscú para participar en una reunión de la comisión bilateral de cooperación comercial y económica.
ECONOMÍA, RECURSOS Y SOCIEDAD
Namibia tiene una economía en desarrollo, dependiente principalmente de la extracción de recursos naturales, pesca y agricultura. Es una de las economías más desiguales del mundo, con un coeficiente de Gini elevado, resultado de las políticas coloniales y del apartheid.
Namibia ha sido elogiada por su sólido marco institucional y de gobernanza, considerado uno de los mejores de África según el FMI. No obstante, la corrupción se percibe como un problema importante. En el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparency International, Namibia ocupó el puesto 59 en 2022, ligeramente por debajo del puesto 55 que alcanzó en 2014. La Comisión contra la Corrupción (ACC) actúa como organismo independiente con el mandato de investigar denuncias de prácticas corruptas y adoptar medidas para prevenir la corrupción en las entidades públicas y privadas.
La minería representa el 10% del PIB y más del 50% de las exportaciones. Namibia es uno de los mayores productores mundiales de diamantes y uranio, además de contar con importantes depósitos de zinc, oro y cobre. La agricultura es fundamental para la subsistencia de la población rural, aunque solo representa el 5% del PIB. Además, Namibia posee una de las zonas marítimas más ricas en recursos pesqueros, lo que contribuye significativamente a las exportaciones. El turismo, por su parte, genera el 15% del empleo, gracias a atractivos como el desierto del Namib, Etosha y la rica cultura local.
El 24 de marzo, la petrolera portuguesa Galp anunció que había encontrado una columna "significativa" de petróleo con reservas de alta calidad en uno de los pozos Mopane-2X, explorado en consorcio con las empresas namibias Namcor y Custos.
En el ámbito de las energías renovables, Namibia está aprovechando su clima desértico para apostar por la energía solar y reducir su dependencia de la electricidad importada. Existen proyectos prometedores para producir hidrógeno verde con el apoyo de inversores internacionales. El país aspira a producir el 70% de su electricidad a partir de fuentes renovablesiii —solar, hidráulica y eólica— para 2030. Actualmente, importa el 60% de su electricidad desde Sudáfrica a través del Southern African Power Pooliv.
Namibia también busca posicionarse como un actor clave en el mercado energético global. Su potencial para generar energía solar y desconectarse de la red eléctrica representa una oportunidad para Europa. Una delegación namibia ha promocionado al país como una potencia de energía limpia en la Cumbre Mundial del Hidrógeno en Róterdam, destacando su capacidad como exportador de hidrógeno verde y energía solar a partir de electrólisisv.
A pesar de sus recursos, Namibia enfrenta desafíos económicos significativos. Tiene un desempleo superior al 30% y una limitada diversificación económica, dependiendo en gran medida de las exportaciones de materias primas. Además, existen profundas brechas económicas y sociales: mientras que las áreas urbanas muestran mayor desarrollo, muchas comunidades rurales viven en condiciones de pobreza.
En el ámbito de la salud, Namibia ha logrado avances significativos en la lucha contra el VIH/SIDA, pero este sigue siendo una de las principales causas de mortalidad, agravado por problemas como la desnutrición y el acceso desigual a servicios de salud en zonas rurales.
COMPARATIVA CON SUDÁFRICA Y UGANDA (2023)
En 2023, el 11,8% de los adultos (15-49 años) vivían con VIH, una tasa alta a nivel global. Sin embargo, el acceso a tratamientos antirretrovirales (ARV) ha alcanzado al 95% de las personas diagnosticadas, mientras que la transmisión madre-hijo se redujo a menos del 5%, gracias a campañas de educación, uso de preservativos y realización de pruebas regulares.
A pesar de estos logros, persisten desafíos importantes, como el estigma social, el acceso limitado a servicios en áreas rurales y la alta incidencia de comorbilidades como la tuberculosis. En 2023, Namibia registró 3.600 muertes relacionadas con el SIDA, lo que impactó severamente la esperanza de vida y generó una crisis social con miles de niños huérfanos.
En los tres países, el miedo al rechazo social sigue siendo un obstáculo para las pruebas y el tratamiento. El acceso desigual a servicios de salud afecta más a las comunidades rurales. Faltan recursos disponibles lo que les hace dependientes de fondos internacionales, como el Plan de Emergencia para el Alivio del SIDA del Presidente de los EE. UU. (PEPFAR).
SEGURIDAD, TERRORISMO Y CRIMINALIDAD ORGANIZADA TRASNACIONAL
Namibia es uno de los países más estables de África en términos de seguridad interna y política, pero no está completamente exento de desafíos relacionados con la seguridad, el terrorismo y la criminalidad organizada. Aunque es un país seguro en comparación con otros países de la región, enfrenta amenazas específicas derivadas del crimen organizado y las actividades ilícitas transfronterizas. Las relaciones con sus vecinos, como Angola y Sudáfrica, son generalmente pacíficas, pero las actividades de contrabando a lo largo de las fronteras plantean desafíos. En este sentido, la respuesta gubernamental ha sido firme, pero la creciente sofisticación de las redes criminales y los desafíos regionales exigen una vigilancia constante y cooperación internacional.
Namibia no es un objetivo prioritario para grupos terroristas, y no ha registrado incidentes significativos en los últimos años. Sin embargo, la cercanía a países como Mozambique, con ataques terroristas en el norte por parte de yihadistas del Estado Islámico, exige que Namibia mantenga medidas de vigilancia. Aunque el riesgo es bajo, no se descartar el aumento del extremismo en África austral.
Namibia enfrenta desafíos en el ámbito del crimen organizado, relacionados principalmente con su ubicación geográfica estratégica y sus recursos naturales. Es un punto crítico en el tráfico ilegal de cuernos de rinoceronte y marfil, debido a su rica biodiversidad. Asimismo, es país de tránsito para el tráfico de personas, especialmente desde Angola hacia Sudáfrica. El tráfico de drogas, en particular cannabis y metanfetaminas, ha crecido en los últimos años, con redes locales conectadas a organizaciones internacionales. La explotación ilegal de diamantes y otros minerales preciosos en zonas remotas involucra a actores locales e internacionales.
El gobierno de Namibia ha implementado medidas para abordar los problemas de criminalidad y preservar la seguridad, con patrullas más estrictas y acuerdos con países vecinos para combatir el contrabando. Campañas para proteger los parques nacionales y los programas de conservación, además de aumentar las sanciones contra los cazadores furtivos.
CAMBIO CLIMATICO Y MIGRACIONES
El cambio climático representa una amenaza crítica para Namibia, país que ha registrado un incremento generalizado de las temperaturas. Este aumento, con un promedio nacional de aproximadamente 1 °C, es más acusado en ciertas regiones africanas (en el Sahel, la temperatura mínima al final de la estación seca ha aumentado hasta 3 °C). Los patrones de precipitación presentan una alta variabilidad espacial y temporal, intensificando los riesgos asociados a la sequía. Sin embargo, Namibia cuenta con oportunidades significativas para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a sus impactos.
Las principales repercusiones negativas incluyen una mayor inseguridad alimentaria y la degradación de la base de recursos biológicos sostenibles, esenciales para la economía y los medios de vida locales. La sequía recurrente y la variabilidad en las precipitaciones amenazan la producción agrícola, mientras que la calidad y disponibilidad del agua se deterioran progresivamente en la mayoría de las regiones.
Ante esta situación, el gobierno de Namibiavi ha definido como prioridades de adaptación al cambio climático el garantizar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de los recursos biológicos, así como, fortalecer la gestión de los hídricos; promover la salud y el bienestar humano y desarrollar infraestructura resiliente. En paralelo, el país está implementando estrategias de mitigación, como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la conservación de ecosistemas clave. Su riqueza natural incluye parques nacionales y especies únicas como los rinocerontes negros y los elefantes adaptados al desierto, que sustentan el ecoturismo.
En 2024, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)vii inició un proyecto centrado en la interacción entre migración, medioambiente y cambio climático en Namibia. Este programa busca profundizar en la comprensión de los vínculos entre movilidad humana y crisis climática, además de facilitar políticas y programas que aborden de manera integrada los desafíos climáticos y migratorios.
A pesar de los retos, el cambio climático también ofrece oportunidades. Las medidas de adaptación pueden ser un motor de innovación tecnológica, sostenibilidad y crecimiento económico. La cooperación internacional y el trabajo conjunto con organizaciones como la OIM pueden reforzar las capacidades del país para enfrentar los desafíos y construir un futuro más resiliente y sostenible.
Namibia colabora con otros países del sur de África a través de la SADC (Comunidad de Desarrollo de África Austral) para manejar los efectos transfronterizos del cambio climático. Programas de organizaciones como la FAO, el Banco Mundial y ONGs están ayudando a Namibia a abordar los problemas climáticos y migratorios mediante financiación y transferencia de tecnologías.
- Científico, profesor y paleontólogo español. Doctor en Ciencias Biológicas y catedrático de Paleontología por la UCM. Dirige Centro UCM-ISCIII, colabora con University College London. Codirige excavaciones de Atapuerca. Participa en Cueva del Conde y Pinilla del Valle. Miembro National Academy of Sciences de EEUU, Real Academia de Doctores de España, Museo del Hombre de París, y Asociación Internacional para el Estudio de la Paleontología Humana.
- Cómo fue el "genocidio olvidado" de Namibia, cometido por Alemania y reconocido un siglo después. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-57282350
- https://www.afrik21.africa/en/namibia-nampower-starts-work-on-the-20-mwp-khan-solar-power-plant/
- Según Power Africa
- Hydrogen Europe han reconocido que la UE no tiene la capacidad de generar por sí mismo los 10 millones de toneladas de hidrógeno verde que se ha propuesto para 2030 (e importar otros 10), y ha señalado a África como principal socio.
- Plan de Acción Nacional sobre Cambio Climático, que incluye medidas para mitigar el impacto del cambio climático en comunidades vulnerables, así como, Inversiones en tecnologías de adaptación, como sistemas de riego eficientes y energías renovables, buscan fortalecer la resiliencia.
- https://www.iom.int/es/news/la-oim-lanza-en-namibia-un-proyecto-sobre-migracion-medioambiente-y-cambio-climatico