Reírse de lo escabroso, el humor negro, siempre ha sido recurrente, necesario, implosivo. Reírse sin más, por el hecho de soltar lastre de penurias, de noticias sangrientas, de situaciones habitualmente dramáticas.
Reírse con la risa de la muerte, haciendo resonar carcajadas transgresoras y nada sumisas. Bastante tristeza tenemos encima como para no reírnos hasta de nuestra propia sombra.
Así, creo yo, que lo entiende Nicolás Pérez Costa, actor, director, escritor argentino al que ya lo hemos visto triunfar con montajes tan interesantes como “Dos tronos, dos reinas”, o “Juana, la loca”, entre muchas otras puestas en escena de gran calidad todas. Pues bien, aquí se desata sus galas y nos ofrece una comedia entre el enredo, las escenas chaplinianas del cine mudo, la comedia barroca de Lope o algún texto evocador de aquel famoso “El cianuro, ¿solo o con leche? de Juan José Alonso Millán; también los chistes que se cuentan en un tanatorio o los chascarrillos de mariposas blancas velando un cadáver.
En este caso no son mariposas, sino pájaros, Pájaro negro, que dentro de su hilaridad, sarcasmo, crítica ácida y social, plantea numerosas cuestiones como son las relaciones familiares, los intereses creados por las herencias, la identidad sexual de cada uno y su destierro de algunas familias, la injerencia de las ideas religiosas o la inestabilidad emocional de algunas personas. Todo ello contado con un aplastante sentido del humor, que va creciendo en situaciones inverosímiles con la inevitable presencia de referencia al teatro del absurdo, al surrealismo, a la astracanada y a la bufonada en el mejor sentido de estas palabras.
Los intérpretes, Maite Zumelzú, Juan Ignacio Gé, Conchi Escudero y Juan Paya, se encuentran en el escenario, se divierten y nos lo hacen pasar vibrantemente, con una sonrisa que no se despega de nuestra cara en ningún momento. El propio Nicolás Pérez Costa dirige la pieza sorprendiéndonos por su frescura en los diálogos y en las acciones, haciéndonos caer en el alborozo de una comedia sin ínfulas de prepotencia cómica, pero consiguiendo la jocosidad oportuna en su ingenio.
Pájaro negro de mal agüero, presagio de muerte y desdicha, aquí vuela con desparpajo para quitarle solemnidad a la muerte, para incidir en que el reparto de las herencias conlleva, en muchos casos, desavenencias, envidias, venganzas, trampas y mentiras.
Por eso, lo que tiene mérito, sin duda, es hacer de ello comedia. Son tantos los presagios de muerte cuando hay cerca un pájaro negro, que lo mejor es enseñar la dentadura blanca riendo mientras vemos la obra.
FICHA ARTÍSTICA
PÁJARO NEGRO
- Dramaturgia y Dirección: Nicolás Pérez Costa
- Elenco: Maite Zumelzú, Juan Ignacio Gé, Conchi Escudero y Juan Paya
- Vestuario: Rubén Díaz Beas
- Espacio: Teatros Luchana – Sala 4
Sobre el autor
Alberto Morate
Alberto Morate es profesor de literatura, dramaturgo, cronista de teatro, director de escena, poeta,… Su obra se extiende por el Teatro (7 libros publicados), un texto narrativo (La estatua de Lope de Vega), un Ensayo (Teatro en el colegio traducido a 8 idiomas). Incluido en diversas y variadas Antologías Poéticas, cientos de reseñas teatrales, artículos y Poesía, con 10 poemarios publicados hasta la fecha. También organiza recitales, ha escrito prólogos y presentado libros a colegas poetas.