La extensión de la acción del Ejército de Israel al territorio del Líbano es uno más de los episodios sangrientos, prolongados y complejos que reiteradamente se producen en el Oriente Medio. Como todos los que ocurren en la zona, son difíciles de entender y van pasando de generación en generación, arrastrando las arraigadas y profundas tensiones históricas, territoriales, políticas y, cómo no, religiosas.
La incursión del Ejército israelí en el Líbano, producida esta madrugada, era una crónica anunciada. La persecución del Ejército israelí a Hezbolá, así como la igualmente violenta respuesta de este, son manifestaciones de esta enloquecida dinámica regional que ha perdurado por décadas y ha afectado no solo a dos países, sino también al equilibrio geopolítico de toda la región ya la permanente. vida en precario de la inocente población civil que habita esa tierra. La pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿Estamos a un paso de que todo estalle? La respuesta de Irán, atacando con misiles el territorio israelí, ha sido, de momento, contenida por la potente defensa aérea israelí, pero alguno caerá. La acción-reacción es imprevisible, y no sabemos dónde puede desembocar. Una vez transgredida la línea roja, un pequeño paso más podría llevar a sobrepasarla por completo.
La única pretensión de este escrito es, en estos momentos, ofrecer a los ciudadanos un acercamiento para la comprensión de este nuevo capítulo, cuyo desenlace es incierto para todos.
Ocupación de Israel del Líbano: Claves Históricas Esenciales
Las raíces del conflicto entre Israel y el Líbano se remontan a la creación del Estado de Israel en 1948. Durante la guerra árabe-israelí, que estalló tras la declaración del Estado de Israel, el Líbano, creada unos meses antes y con una población mayoritariamente. cristiana, no dudó en ponerse del lado de los estados árabes. Por lo tanto, el Líbano se sumó a Siria, Jordania y Egipto. Aunque no fue un actor principal en esta guerra, su ubicación estratégica y sus vínculos con la comunidad palestina exiliada lo colocaron, a partir de entonces, en una posición importante en el sempiterno conflicto bélico.
La frontera entre Israel y el Líbano, aunque inicialmente tranquila, se fue militarizando con los años. En particular, el sur del Líbano se convirtió en un refugio, en primer lugar, para organizaciones palestinas como la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), que utilizaban esta región como base para llevar a cabo ataques contra Israel. Esta situación culminó en la primera gran intervención israelí en el Líbano en 1978, con la "Operación Litani", cuando Israel invadió el sur del país para debilitar la presencia de militantes palestinos. A pesar de retirarse después, la intervención dejó un legado de tensiones en la zona que perdura hasta la fecha.
La Guerra del Líbano de 1982 y el Surgimiento de Hezbolá
La situación escaló aún más en 1982, cuando Israel lanzó una invasión a gran escala del Líbano, conocida como la "Primera Guerra del Líbano", con el objetivo de eliminar la OLP y establecer un gobierno libanés alineado con sus intereses. Esta intervención llevó a la ocupación del sur del Líbano y a la toma de Beirut. Si bien Israel logró expulsar a la OLP, la ocupación prolongada generó un profundo resentimiento en la población libanesa, y la intervención militar israelí se percibió cada vez más como una fuerza ocupante.
En este contexto, surgió Hezbolá, un grupo militante chiita apoyado por Irán, fundado en 1982 en respuesta a la invasión israelí y como defensor de la comunidad chiita en el Líbano, históricamente marginada. A lo largo de los años, Hezbolá pasó de ser un grupo insurgente a convertirse en una fuerza política y militar dominante en el Líbano. Su resistencia armada contra la ocupación israelí en el sur del Líbano le otorgó un gran apoyo popular entre los chiitas libaneses y otros sectores de la sociedad, consolidando su papel como un actor clave en el conflicto.
El conflicto entre Israel y Hezbolá escaló continuamente en la década de 1990, con una serie de enfrentamientos y ataques a lo largo de la frontera. En el año 2000, bajo la presión de la resistencia de Hezbolá y la opinión pública israelí, Israel finalmente se retiró del sur del Líbano, poniendo fin a 18 años de ocupación. Sin embargo, esta retirada no resolvió las tensiones subyacentes, y el conflicto entre Israel y Hezbolá ha persistido.
La Guerra de 2006
El episodio más significativo en la historia reciente de este conflicto ocurrió en 2006, cuando Israel y Hezbolá libraron una guerra de 34 días tras el secuestro de dos soldados israelíes por parte de Hezbolá. Este conflicto, conocido como la Segunda Guerra del Líbano, concluyó con una destrucción masiva en el Líbano, especialmente en el sur del país y en la capital, Beirut. Israel también sufrió daños importantes, con ataques con cohetes que alcanzaron el norte de su territorio. Muchos afirmaron que este conflicto terminó en tablas. En todo caso, este enfrentamiento armado fue devastador para la infraestructura del Líbano y dejó millas de muertos, la mayoría de los civiles libaneses. A pesar de la superioridad militar israelí, Hezbolá logró resistir y mantener su capacidad de ataque, lo que fortaleció aún más su reputación como una fuerza poderosa en la región. Para Israel, la guerra subrayó el desafío que representa un grupo no estatal altamente organizado como Hezbolá, que actúa como un Estado dentro de un Estado en el Líbano y es pertrechado por Irán.
Hezbolá en el presente
Hoy en día, Hezbolá no solo es una milicia poderosa, sino también un actor político influyente en el Líbano, con representación en el parlamento y en el gobierno. Su estructura militar, altamente sofisticada, cuenta con millas de combatientes entrenados y un arsenal de misiles que representa una amenaza constante para Israel. Además, Hezbolá recibe apoyo financiero y armamentístico del IRGC de Irán (la Guardia Revolucionaria), lo que convierte a este grupo en un actor clave en el eje chiita que conecta a Irán, Siria y el Líbano.
En el contexto de la actual situación regional, Hezbolá se ha visto implicado en la guerra civil siria, apoyando al régimen de Bashar al-Assad, lo que ha ampliado su influencia y capacidades militares. Sin embargo, su participación en Siria también ha generado tensiones internas en el Líbano, donde muchos consideran que Hezbolá antepone los intereses iraníes y sirios sobre los nacionales libaneses.
OCUPACIÓN DEL LÍBANO POR ISRAEL
Y EL ATAQUE DE RESPUESTA DE IRÁN
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La Nueva Incursión del Ejército Israelí en el Líbano
En los últimos años, la tensión entre Israel y Hezbolá no ha cesado. Antes del 8 de octubre de 2023 , el Ejército israelí ya había realizado operaciones militares en la frontera con el Líbano, alegando la necesidad de destruir túneles construidos por Hezbolá que supuestamente permitían la infiltración de militantes en territorio israelí. Además, Israel ha llevado a cabo una serie de ataques aéreos contra objetivos de Hezbolá en Siria, por lo que a nadie debería sorprenderle esta nueva confrontación a gran escala.
La operación militar puesta en marcha por el Ejército israelí en el Líbano responde a varios factores. Por un lado, Israel busca evitar que Hezbolá continúe fortaleciendo su capacidad militar, especialmente en términos de misiles de precisión , que podrían representar una amenaza permanente para su territorio. Por otro lado, Israel también tiene desde hace tiempo, incluso antes de los ataques de Hamás, un interés estratégico en contener la influencia iraní en la región y en demostrar a Irán que no tiene reparos en el uso de la fuerza, ante la pasividad de la comunidad internacional. Por ello, el ataque de Irán a Israel con misiles es una justificación perfecta para atacar a Irán, sintiéndose respaldada sin paliativos por los Estados Unidos , como se puede comprobar con el apoyo de Biden para interceptar los misiles iraníes.
Al mismo tiempo, la situación interna en el Líbano se ha deteriorado en los últimos años , con una crisis económica sin precedentes que ha debilitado aún más al gobierno libanés. Este vacío de poder ha permitido a Hezbolá aumentar su control en el sur del país y en otras regiones, lo cual los israelíes ven como un crecimiento de las amenazas a su territorio . El Líbano ha dejado, de facto, de ser un Estado con un papel activo.
En definitiva, Israel considera que su relación está legitimada por lo sucedido el 7 de octubre y ahora con el ataque iraní . Netanyahu ha confirmado su discurso: la garantía de la seguridad de Israel solo pasa por la eliminación de sus adversarios . Quien sufrió la muerte de 40.000 civiles puede duplicar y triplicar el número de víctimas y mantenerse impasible. Es el derecho a la supervivencia que ha pasado a ser el vértice de toda la política internacional.
Ahora, tras el ataque iraní, es impredecible lo que sucederá en las próximas horas. Puede que tome cuerpo lo dicho por Josep Borrell y estemos a las puertas de una guerra total. De Netanyahu se puede esperar cualquier reacción. La única esperanza que queda es que las sociedades civiles de los diferentes países levanten su voz, exigiendo que se pare ¡Ya!