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El reparto del Imperio Otomano, un hogar seguro para los judíos y provocar a Irán

El reparto del Imperio Otomano, un hogar seguro para los judíos y provocar a Irán

Una vez destrozada toda la franja de Gaza y provocado habituales incidentes en la zona de Cisjordania, Netanyahu desea continuar su desproporcionada agresión y destrozo en zona Libanesa. No es la primera vez que quiere expandirse con la excusa de la seguridad de sus límites fronterizos, invadiendo otros  territorios limítrofes. Originariamente Líbano formo parte del Imperio Otomano  desde 1516 hasta 1918 cuando se derrumbó al final de la Primera Guerra Mundial. Para entonces la primera idea fue constituir un puerto franco en Beirut y entregar el resto del territorio a los Sirios. Francia dio una dura batalla y como estaba bien posicionado pacto con los británicos asegurar el reparto de Oriente Medio en el modo más favorable a sus propios intereses.


Una mañana de abril de 1920 Francia y Reino Unido arrancaron una conferencia en una pequeña población de la Riviera italiana y cuyo objetivo era oficializar el reparto del Medio Oriente otomano. París se quedaría con Líbano y Siria, mientras que Londres tomaría el control de Irak y Palestina, según lo acordaron  en la conferencia de San Remo, celebrada del 19 al 26 de abril de 1920.

 

Esta repartición entre las dos grandes potencias coloniales de la época se había pactado cuatro años antes, en una reunión secreta en la que, con el consentimiento de Rusia, el francés François Georges-Picot y el británico Sir Mark Sykes negociaron el ya famoso Acuerdo Sykes-Picot.

 

Según el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Cergy-Pontoise y especialista en Oriente Medio, Jean-Paul Chagnollaud, aquella semana primaveral no solo se sentaron las bases de las actuales fronteras de Medio Oriente, sino también de muchos problemas que continúan en la actualidad. Las consecuencias de lo ocurrido en San Remo son dramáticas y no solo lo que pasó en esa conferencia. Durante muchos años Francia y Gran Bretaña tomaron decisiones que acabaron creando Estados sin naciones, porque las naciones no tuvieron el derecho a expresarse.

 

Muchos de los problemas que hoy vemos en Palestina, en Líbano, en Irak o en Siria están vinculados  con lo que sucedió en 1920 y luego en 1921, 1922 y 1923, El centenario de la firma del tratado de Sykes-Picot en 2016 generó un gran interés mediático. Sin embargo los cien años de la Conferencia de San Remo pasaron, para la mayor parte, sin pena ni gloria. Esto se debe quizá a lo trascendental que se volvió el primer acuerdo cuando se hizo público, por el secretismo de las negociaciones entre François Georges-Picot y Sir Mark Sykes, dos aristócratas supremacistas que creían en que la gente en Oriente Medio estaría mejor bajo el dominio europeo.

 

Los árabes ignoraron durante muchos años que París y Londres estaban maquinando un tratado que enterraba la promesa que los británicos les habían hecho de que si se rebelaban contra los otomanos, la caída de ese imperio los volvería libres e independientes. La victoria de los aliados en Medio Oriente durante la Primera Guerra Mundial fue uno de los detonantes de la desintegración del Imperio Otomano.  Tras este evento se creó, como se había previsto, el mandato francés de Siria y mandatos británicos en Irak y Palestina, todos bajo supervisión de la Liga de Naciones (organismo que antecedió a la ONU).

 

Los británicos ayudaron a los árabes en la región a rebelarse en contra del dominio Otomano, pero durante la guerra hicieron promesas a diferentes grupos, le cuenta con detalle a BBC Mundo,  Priya Satia, historiadora experta en el Imperio Británico y profesora de la Universidad de Stanford.

 

En su libro El Imperio de las Armas. La formación violenta de la Revolución Industrial,  replantea , la expansión del imperio británico y el surgimiento del capitalismo industrial como algo indisociable del comercio de armas.

 

Entre los siglos XVII y XIX, la revolución industrial transformó Gran Bretaña de una economía agrícola y artesanal a otra dominada por la industria, dando paso a un crecimiento sin precedentes de la tecnología y el comercio, y situando al país en el centro de la economía mundial. Pero la historia comúnmente aceptada de la Revolución industrial, anclada en imágenes de fábricas de algodón y máquinas de vapor, pasa por alto la verdadera raíz de la expansión económica e industrial: la lucrativa contratación militar que permitió el estado de guerra casi constante del país a lo largo de 150 años. La demanda de armas y material bélico que facilito a los ejércitos, armadas, mercenarios, comerciantes, colonos y aventureros británicos conquistar una inmensa porción del globo e impulsó a su vez el auge de innumerables industrias asociadas, desde la metalurgia hasta la banca.

 

No estaban listos para la independencia Pero en la Conferencia de San Remo, el entonces primer ministro británico, David Lloyd George, el exjefe de gobierno de Francia Alexandre Millerand, el premier italiano Francesco Nitti y el embajador japonés Keishirō Matsui coincidieron en que no toda la región estaba preparada para la independencia total.

 

En San Remo los conversaciones se centraron especialmente en los mandatos de los territorios que ya se habían repartido Francia y Reino Unido. En particular, hubo un debate muy largo que duró varias horas sobre el tema de Palestina y la Declaración Balfour", señala Jean-Paul Chagnollaud. 

 

Firmada el 2 de noviembre de 1917, en plena guerra mundial, la Declaración Balfour fue un documento en el que el gobierno británico le prometió al pueblo judío un "hogar" en la región de Palestina. Son 67 palabras de la Declaración Balfour que hace 107 años cambiaron la historia de Medio Oriente. Los británicos y los franceses tenían previsto dividir la región del Levante, también conocida como Levante mediterráneo, de manera sectaria.

 

Líbano fue concebido como un refugio para los cristianos (especialmente los maronitas) y los drusos.

 

¿Qué buscan los actuales dirigentes israelíes comandados por el imputado Netanyahu?  Parece como un deseo de exterminar primero a Sunitas, Gaza, y luego a Chiitas, Líbano un mandato de “limpieza étnica”  frente a lo que todo vale y cualquier excusa sirve, con tal de arrasar  una comunidad humana que no sea la suya.  ¿Querrá Israel sustituir al Imperio Británico 400 años después en la industria de guerra, de ocupación y de desalojo, esta vez de la mano de las nuevas tecnologías, más mortíferas y eficientes que las de la Revolución Industrial?

 

El Ejercito de Netanyahu esta incendiando Oriente Medio y se esta posicionando en un nuevo reparto que ampute  a su favor, el Sur del Líbano, los altos del Golán , que ya ocupa,  y le permita  inmiscuirse más en Siria para situarse en el desintegrado Irak y asomarse a su gran enemigo, Irán.

 

La situación política es frágil y precaria en Irak. El país lucha por alcanzar  la estabilidad desde la invasión encabezada por los Estados Unidos en 2003. El gobierno actual lo lidera el primer ministro Mohammed Shia al-Sudani, designado en octubre de 2022. Al-Sudani es un estrecho aliado del ex primer ministro Nouri al-Maliki y su designación se interpretó como una victoria para los bloques de mayoría chií del parlamento. El Movimiento Sadrista, que constituye el mayor bloque del parlamento, mantiene un boicot al gobierno desde junio de 2022. Los sadristas exigen que Al-Sudani dimita y que se celebren nuevas elecciones. El estancamiento de la situación política ha dado lugar a un vacío de poder en Irak que ha sido aprovechado por grupos armados, como el Estado Islámico. La situación de seguridad en Irak se ha deteriorado en los últimos meses y se han producido varios ataques de gran envergadura.

 

Desde Irak tal vez deseen que Irán pase a la acción, sino sucede antes , y entre en el conflicto que el integrista gobierno israelí acaricia e incentiva. Quizás sea  Jean-Paul Chagnollaud quien acierte en el análisis: Israel en una guerra sin fin: La lógica de la fuerza sin visión estratégica, publicado en Le Monde Diplomatique. Eso ya seria una huida sin objetivo sembrando el terror por doquier.


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