Soy de una generación que no supimos interpretar hasta ya bastante mayores, la II Guerra Mundial. O todavía no habíamos nacido, o éramos bebes del racionamiento, de jaulas de gallinas en los balcones del Ensanche, que facilitaban huevos, truchas o anguilas en las bañeras de los que eran afortunados y tenían. De pan moreno avergonzado lejos del escaparate de las panaderías que priorizaban mostrar unos panes blancos impolutos e inaccesibles por precio. Una generación que jugaba en la calle, entre bronca y pelea, inventando aventis como en las novelas de Juan Marse. Viviamos entre la gaseosa y el litines, agua carbonatada llamada también Lithinés del doctor Gustín, y las visitas a los Hospitales Blancos, dónde la tuberculosis, se trataba de curar, analizando esputos y recomendado cambio de aires. Algunos sobrevivimos casi de forma inexplicable, y más gracias a la Sexta Flota que traía de contrabando unos botellines de vidrio marrón oscuro sin etiqueta con pequeñas pastillas blancas que la buena de mi madre negociaba al final de la Ramblas en Catalán y castellano con unos muchachos de uniforme marinero, que chapurreaban pocas palabras y ella mágicamente lograba que la entendieran. Por las tardes en casas vecinas se cosía, se giraban los abrigos con puños y codos gastados , para hacerme un batín o se adaptaba una falda de mi madre de la que salía un vestido, una torerilla, y una cinta o lazo para recoger el pelo.
La II Guerra Mundial 1 de septiembre 1939- 2 de septiembre 1945 fue el mayor conflicto bélico de la historia de la humanidad que comportó en 6 años entre 50 y 70 millones de muertos, un 2,5% de la población mundial y el uso por primera vez de armas nucleares. El desencadenante fue la invasión alemana de Polonia 1/9/1939. El corredor polaco o pasillo polaco, denominación del territorio que se extendía por la desembocadura del rio Vístula, el más importante de Polonia y uno de los principales de Europa oriental. La incorporación polaca por Hitler implicaba la mitad occidental de Polonia, la mitad Oriental junto con Estonia, Letonia y Lituania la ocupo la Unión Soviética. Ambos países habían acordado previamente , un tratado de no agresión. El pacto se firmó en Moscú el 23 de agosto de 1939 entre Ribbentrop y Molotov. Francia y el Reino Unido que esperaban una falsa guerra de trincheras y se habían preparado para ello construyendo la línea Maginot. La línia Maginot era una muralla fortificada y de defensa construida por Francia a lo largo de su frontera con Alemania e Italia. El proceso político y militar iniciado en los tiempos de la República de Weimar, se orientó desde sus comienzos a fortalecer a Alemania para enfrentar una nueva guerra y por ello el programa de rearme fue esencial para cumplir con ese objetivo. Finalmente los casi veinte años en los que se desarrolló el rearme, tuvo como beneficiario final a Hitler, quien lo capitalizó para su proyecto bélico.
La II Guerra Mundial cogió por sorpresa a muchos países europeos, principalmente por carencia de una inteligencia eficaz, pero a nivel político no existió la voluntad de considerar las actitudes de la Alemania nazi como amenaza, probablemente porque era más sencillo y menos comprometido considerar como verdadero lo que expresaba el «pacífico discurso del gobierno alemán», que imaginar la posibilidad de una nueva guerra. El temor a esa posible nueva guerra, en lugar de servir para establecer criterios idóneos para evitarla, llevó a Francia y a Gran Bretaña a un estado de indiferencia que colaboró con la ceguera estratégica, lo que impidió detectar el rumbo trágico que tomaba la política alemana en los tiempos de entreguerras. La letal ingenuidad y falta de previsión de las potencias europeas, terminó al enfrentarse a la realidad más temida: la nueva guerra.
Finalizada la II Guerra Mundial, quedaban muchos conflictos por resolver, entre ellos no era menor la problemática Palestina, ocupada con fuerzas británicas.
La masacre de Hebrón en agosto de 1929 fue un incidente violento en la ciudad bajo mandato Británico. Los residentes árabes atacaron la comunidad judía, lo que provocó la muerte de alrededor de 67 residentes judíos, entre ellos mujeres y niños y heridas a muchos otros. La violencia se originó por tensiones entre las comunidades judía y árabe, y tuvo un profundo impacto en las relaciones entre las dos comunidades en Palestina. La masacre puso fin a la presencia judía en Hebrón, una de las ciudades más sagradas del judaísmo que se remonta a miles de años atrás. La comunidad judía no regresó hasta después de la guerra de los Seis Días de 1967.
La revuelta árabe de la década de 1930 fue un período de intensa resistencia y rebelión árabe contra el dominio colonial británico y la inmigración judía. Ocurrió entre 1936 y 1939 y fue desencadenada por varios factores, incluidas las frustraciones árabes por el despojo de sus tierras, la inmigración judía y las disparidades económicas. En la revuelta, hubo huelgas generalizadas, manifestaciones y actos de desobediencia civil por parte de los residentes árabes en la región. En respuesta, las autoridades británicas impusieron toques de queda, llevaron a cabo operaciones militares y arrestaron a muchos activistas palestinos. En 1936 se constituyó la Comisión Peel comisión interna británica creada para analizar su desastroso gobierno en Palestina caracterizado por la instalación de judíos europeos a los que privilegió y por la marginación/represión a la población palestina, que organizo su primera intifada (levantamiento) desde 1936 hasta 1939. El informe final de la Comisión Peel preveía conceder el territorio más fértil de Palestina para un estado judío más pequeño que el que finalmente entregó la ONU. El extenso informe Peel comienza con un acientífico y bíblico “encuadre histórico” de Palestina, si bien su lectura resulta interesante para saber que Palestina era un territorio más desarrollado que la propia España de la época, un superior cultivo de naranjas era un ejemplo entre muchos otros. Años después del Informe Peel, los británicos intentaron retractarse apostando sin mucha convicción por un estado único. Con esos dogmas instalados en Occidente, se preparó la resolución 181. Dos meses antes de su aprobación (septiembre de 1947) la ONU había encargado su redacción a un comité que trabajó con dos textos: uno planteando la partición; el otro planteando un estado unitario con iguales derechos fundamentales para todos los habitantes de Palestina sin distinción. Este segundo informe con una solución justa fue desechado por la presión soviética y en mayor medida, americana.
A pesar de las fuerzas que empujaban hacia la partición, hubo países que se rebelaron. Pakistán rechazó que la ONU tuviera jurisdicción sobre la partición y exigió la intervención de la Corte Internacional de Justicia. El representante cubano de Batista alegó que el proyecto de resolución y el propio plan Balfour eran ilegales. Iraq ya presagió el negro futuro para todo Oriente Medio y para los lugares santos musulmanes en Jerusalén. Siria denunció que la Carta de la ONU estaba siendo asesinada. Los estados árabes pidieron a los países dudosos que al menos se abstuvieran. Pero el lobby sionista, que había desplazado su presión de Londres a Washington, se puso a trabajar a toda velocidad utilizando al presidente Truman y corporaciones empresariales para el voto a favor. Filipinas, Liberia y doce países latinoamericanos votaron sí por la presión o comprados con promesas de inversiones económicas. El propio presidente de la Asamblea General de la ONU, Osvaldo Aranha, era un ferviente sionista y retrasó dos días la votación hasta asegurar los dos tercios afirmativos necesarios mediante compra de votos. En la votación, el Gobierno británico, quizás bajo la culpa de haber abusado del mandato que se le otorgó para gobernar Palestina hacia su independencia, se abstuvo buscando escapar de su responsabilidad. La resolución nunca fue elevada al Consejo de Seguridad porque hubiera implicado el despliegue de tropas de los cascos azules sobre el terreno y su enfrentamiento con las bandas paramilitares sionistas.
En 1947 NNUU aprobó la resolución 181 que recomendaba la división de Palestina en 2 Estados judío y árabe separados, y Jerusalén bajo administración internacional. Los líderes judíos aceptaron el plan, mientras que los Estados árabes y los palestinos lo rechazaron. La resolución condujo al establecimiento de Israel, pero no fue aceptado por los Estados árabes, lo que desató la guerra árabe-israelí de 1948-1949.
1948: guerra de la Independencia de Israel. Fue el resultado de la declaración de independencia unilateral de Israel el 14 de mayo de 1948 instada por el Presidente del Ejecutivo Sionista David Ben-Gurion, posteriormente dirigió el Estado de Israel como Primer Ministro, (1948-1953). La declaración, produjo como reacción la invasión del territorio ocupado por parte de los Estados árabes vecinos, incluidos Egipto, Jordania, Siria, Irak y el Líbano. La guerra se tradujo en la supervivencia y expansión del territorio ocupado por Israel y condujo al establecimiento de su Estado repeliendo con éxito la invasión de los países árabes. Tras su declaración, Israel obtuvo el reconocimiento internacional de varios países, incluidos los Estados Unidos y la Unión Soviética, las dos principales superpotencias del mundo en aquel momento. Esto le dio apoyo y legitimidad internacional. También marcó el comienzo del conflicto árabe-israelí y provocó el desplazamiento de entre 700,000 y 800,000 árabes palestinos hacia otros países árabes circundantes. Muchos árabes palestinos también permanecieron dentro de las recién formadas fronteras de Israel y, en la actualidad, representan más del 20 por ciento de la población. La guerra definió las fronteras de Israel y tuvo consecuencias de gran alcance para la política regional, la diplomacia y los futuros conflictos en Oriente Medio. Continúa siendo un acontecimiento fundamental en la historia de la región. De los dos estados debatidos desde 1948, hay uno solo , el palestino sigue sin ser reconocido como tal hace ya 76 años.
Conflicto actual y guerra de expansión israelí.
Los enfrentamientos suscitados por el grupo radical Hamás que busca el establecimiento de un estado islámico en la región historia de Palestina que incluye Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza , se enmarca en 76 años de ofensivas y contraofensivas entre palestinos e israelíes. Cuesta de creer que el repentino ataque de Hamas en la zona israelí fronteriza con Gaza y delimitado en el paso de Erez, fuese realmente una sorpresa para los acreditados servicios de inteligencia israelís, Mosshad, actualmente Shin Bet, hasta el punto de tener un desconocimiento absoluto y un desprecio a preparar cualquier tipo de defensa. Según informaciones divulgadas los servicios de inteligencia egipcios, habían alertado de que Hamas, preparaba una incursión y más parece que Israel calculo mal el dejar hacer para luego actuar aplastando a Hamas. De ser así, ha sido un fracaso evidente que ha comportado que de los 250 rehenes israelíes tomados por Hamas aparte de algunos liberados en intercambio solo queden unos 50 vivos, muchos murieron por fuego amigo en los asaltos israelíes a los refugios de Hamas. La población civil de Gaza ha sido bombardeada sistemáticamente provocando unos desplazamientos desesperados, con la destrucción total de carreteras, calles, y suministros además de escuelas, hospitales y viviendas. Añadir la imposibilidad de seguir cultivando la agricultura para el auto consumo, y la muerte de más de 50.000 gazareis, (las cifras es probable que se dupliquen o tripliquen) de ellos unos 14.000 fallecidos eran niños y niñas. Sin contar heridos y mutilados de por vida.
En los últimos días y tras arrasar Gaza , asistimos a la abertura de un nuevo frente en el norte de Israel y sur del Líbano con frontera natural del rio Litani que ha llegado a provocar el bombardeo directo de su capital Beirut ocasionando 50 muertos en los suburbios meridionales dónde están los campos de refugiado de Sabra y Chatila y dónde los palestinos en 1982 padecieron la matanza de cientos de refugiados, (se estima en más de 3.500). En la madrugada del domingo 22 de setiembre Hezbola disparo cientos de cohetes contra la base militar de Israel en la ciudad de Haifa. La última sorpresa la han protagonizado los busca personas adquiridos por Hezbola al dispararse un sonido coordinadamente en 3.000 teléfonos y estallando a continuación con un balance de 300 muertos y miles de heridos. Una filtración por parte de un diputado iraní ha abierto una nueva pista respecto al accidente del presidente de la república islámica de Irán, Ebrahim Raisi, fallecido cuando el helicóptero en el que viajaba se estrello en el norte del país, el pasado 19 de mayo, atribuido al mal tiempo. El diputado ha informado que Irán había adquirido los mismos busca personas que Hezbola y Raisi llevaba uno.
Naciones Unidas ha alertado sobre una catástrofe inminente en Oriente Medio ante la escalada en Líbano que puede desembocar en una guerra devastadora. Una alta funcionaria ha instado a todos los países con influencia sobre Israel y el grupo militante libanés Hezbola a aprovecharla ahora para presionar y evitar una escalada de violencia en Oriente Medio que, advirtió, podría eclipsar la devastación vista hasta ahora.
La jefa de asuntos políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, informó al Consejo de Seguridad sobre los ataques en los que explotaron los buscapersonas y los walkie-talkis de Hezbola, matando a 37 personas y dejando más de 3.000 heridos. Se cree que los ataques fueron perpetrados por Israel, que no ha confirmado ni negado su participación. El alto responsable de los derechos humanos de la ONU, Volker Türk, dijo que era difícil concebir que los ataques a los dispositivos de comunicación de Hezbola de esta semana se ajustaran al derecho internacional humanitario. Pidió una investigación independiente, exhaustiva y transparente y que los responsables rindan cuentas. El ministro de Asuntos Exteriores del Líbano, Abdallah Rashid Bouhabib, acusó a Israel de llevar a cabo los ataques y dijo al consejo: Nadie en este mundo está a salvo ya. Mostrando una gran fotografía de una mano ensangrentada a la que le faltaban dedos.
Israel esta descendiendo vertiginosamente en su reputación y prestigio. Muchas de sus acciones hace tiempo han dejado de ser acciones de guerra y se han convertido en terrorismo de estado. Hay que parar la escalada y restituir la convivencia antes de que sea demasiado tarde. Si en Europa fue posible tras la II Guerra Mundial, con unas cifras de muertos insoportables, 40 millones de civiles y 20 millones de soldados, tiene que ser posible parar la salvajada en Oriente Medio y no olviden : no hay solución militar a esta guerra.
Sobre el autor
Anna Balletbò
Anna Balletbò es licenciada en Ciencias de la Comunicación e Historia Moderna y Contemporánea, y diplomada en Periodismo y Ciencias de la Educación. Presidenta de la Fundación Internacional Olof Palme. Entre 1980 y 2000 fue diputada en el Congreso de los Diputados.
Desde 1973, ha colaborado como periodista en diferentes medios de comunicación, como el País, el Diario de Cataluña, La Vanguardia, Radio 4, COPE, Ona Zero, COM Radio, Antena 3, TV3 y Tele Cinco.