Hola devoradores de palomitas con ectoplasma , en 1988, se estrenó *Beetlejuice* probablemente una de las películas más emblemáticas del director Tim Burton, su singular estilo visual ha dejado una marca indeleble para el séptimo arte y la cultura pop. Una de las maravillas de este largometraje era su naturaleza irreverente , su escandaloso humor negro, un elenco sembrado y construido a través de personajes excéntricos, 36 años después de su predecesora el mítico cineasta vuelve con una secuela de esta película tan querida.
La película recupera parte del elenco de la primera película para contar esta historia ,tras una inesperada tragedia familiar, la familia Deetz regresan a Winter River. La vida de Lydia, todavía atormentada por el recuerdo de “Bitelchús”, da un vuelco inesperado . Su rebelde hija Astrid, descubre la misteriosa maqueta de la ciudad en el desván y el portal al Más Allá se abre de nuevo tal y como ocurrió en el primer largometraje . Sorpresivamente los problemas comienzan a suceder entre el reino de los vivos y los muertos , lamentablemente que alguien invoque a Beetlejuice es sólo cuestión de tiempo para que el extravagante demonio regrese para desatar su propio infierno.
Uno de los aspectos más notables de “Beetlejuice, Beetlejuice “ es el regreso a su distintiva estética visual de Tim Burton, según declaraciones del director esta película junto con la serie “Miércoles” han sido absolutamente vitales para devolverle la ilusión como cineasta.
Pero si de algo es deudora tanto la primera película como esta secuela es de la interpretación de Keaton , que logra hacer que Beetlejuice sea simultáneamente desagradable, fascinante y completamente adictivo para el espectador. Pero además de Keaton, la riqueza que Wynona Ryder, Jenna Ortega como nueva incorporación de esta secuela , junto a Willem Dafoe, Mónica Bellucci, Carherine O’ Hara , Justin Theroux y sus respectivos personajes , hacen de esta hermosa locura de secuela , algo absolutamente chiflado e imprevisible.
La secuela no sólo es continuista con su predecesora si no que aprovecha las posibilidades de estos tiempos para expandir de manera preciosista ese mundo de los muertos , donde los elementos macabros se presentan de una manera absurda y tremendamente enriquecedora, dándole un aspecto pictórico único, capaz de competir con las piezas más singulares de muchos museos dedicados al surrealismo .
Una de las cosas más mágicas de esta secuela son sus efectos especiales prácticos dando un valor añadido al encanto del filme. La combinación de stop-motion, maquillaje prostético, y el uso de maquetas, contribuye a la sensación de estar viendo una especie de espectáculo cinematográfico con espíritu de serie B (algo que su predecesora también buscaba) . La película puede resultar reiterativa en ciertos momentos más sujetos al conocimiento del primer largometraje, no obstante a pesar de haber perdido ese factor sorpresa, la experiencia sigue siendo tremendamente enriquecedora, obviamente aprovecharse de la nostalgia que suscita la primera película es un factor ineludible , pero aun así, el factor diversión está ahí, la película es más grande , más gamberra y mucho más macabra (sorprendentemente macabra para ciertas cosas) . Creo sinceramente que esta es una de esas películas que a pesar de no enriquecer , ni aportar nada nuevo al material original , tiene un espíritu tan carnavalesco y está tan divertida a la par que traviesa , que es uno de esos perfectos títulos para llenar las salas de cine, es muy difícil que no salgan de la proyección con una enorme sonrisa, al fin y al cabo , muchas veces el cine trata sobre eso , sobre la sonrisa, la alegría, el disfrute y la satisfactoria sensación de que por un instante haber sido un poquito más feliz , si algo puede definir a las películas de esta índole serían películas que te sacan problemas y alivian tristezas , porque a veces aparecen piezas como esta, tan absurdas y divertidas que de manera inevitable te sanan, te hacen olvidar y te recuerdan lo poco en serio que nos tenemos que tomar “la seriedad” tres estrellitas y media sobre cinco.
¡Vayan al cine¡ rían, canten, bailen , lean libros , recuerden que la clave de la felicidad son dos , tranquilidad y buenos alimentos. Aquí como siempre no decimos adiós, decimos, “bitelchús, bitelchús, bitelchús” ¿o era banana?