Sentado en el escritorio
del economista, del novelista, del humanista,
adentrándome en él
para ir hacia afuera,
hacia sus lindes y sus fronteras,
para no quedarme solo
en las estructuras ni en las apariencias.
Desde su infancia hasta hoy,
que ya no está, aunque no se ha ido.
Paseando por sus vivencias y sus territorios,
siempre fronterizos,
internacionales, humanos, históricos,
incluso políticos y sociales,
un escritor de paciencia y organizativo,
aplicado y resolutivo,
ilusionado y expeditivo, aunque su proceso fuera lento,
porque para alcanzar la meta no es necesario ser el primero,
sino honesto y sencillo.
José Luis Sampedro, uno y único,
el de los cuadernos y notas al margen,
el que escribe a mano en una tabla de madera en su sillón preferido.
Autor dramático también, y divertido,
que no se mira en el espejo,
pero ve el reflejo de los demás
y por eso dice “siento, luego existo”,
y quiere ser, antes que profesor, amigo.
Ni sesudo ni erudito,
trabajador infatigable y crítico,
también consigo mismo,
“la sombra de los días” me lo ha dicho,
principio sin fin de “octubre, octubre”
pero, antes, cuentos, comedias, conferencias,
una baraja completa de títulos,
“Congreso en Estocolmo”
y un montón de artículos, diálogos, poemas,
la literatura como objetivo.
“El río que nos lleva”
y nos traslada hasta su mundo infinito.
Para José Luis Sampedro nada es definitivo,
de la misma forma en que cada día es distinto.
Pero, ante todo, la libertad,
no sentirse oprimido,
que no haya diferencias de clases,
el cuidado de la naturaleza y la advertencia de su descuido,
el compromiso social y político ante las causas de los más afligidos.
Hay una “sonrisa etrusca” en su rostro bien definido,
un “caballo desnudo”, un “amante lesbiano”,
una “vieja sirena”,
José Luis Sampedro se está convirtiendo en mito.
Pero eso, él no lo quiere, no lo quiso,
pretendió un mundo más solícito, más ecuánime, más equitativo.
Hoy nos quedan sus obras,
mas no solo eso,
también su espíritu de hombre fronterizo.
Después de leerlo y conocerlo, “empiezo a sentirme mejor”,
lo confirmo.
Sobre el autor
Alberto Morate
Alberto Morate es profesor de literatura, dramaturgo, cronista de teatro, director de escena, poeta,… Su obra se extiende por el Teatro (7 libros publicados), un texto narrativo (La estatua de Lope de Vega), un Ensayo (Teatro en el colegio traducido a 8 idiomas). Incluido en diversas y variadas Antologías Poéticas, cientos de reseñas teatrales, artículos y Poesía, con 10 poemarios publicados hasta la fecha. También organiza recitales, ha escrito prólogos y presentado libros a colegas poetas.