Mientras se va aclarando poco a poco la situación política catalana y las aguas van recuperando su trasparencia incolora, no se pueden evitar nuevos vertidos por parte de algunos incansables habituales.
A las demandas incongruentes de Puigdemont pidiendo que Salvador Illa lo vote para su investidura, sin que, de momento, ni siquiera este claro si habrá investidura y presumiendo que el presidente Sánchez se lo ordenara a Salvador Illa, en beneficio propio, como si los socialistas del PSC y del PSOE, fueran un cocido estilo Junts, dónde uno reparte y los demás comulgan. Van también asomando las urgencias de Marta Rovira (ERC) enmendando la plana a Oriol Junqueras, día sí y día también, urgiendo el modelo de concierto vasco para Cataluña (a ratos hablan de singularidades) que es tarea dicen, deben aplicarse los socialistas del estado para que ellos faciliten su voto, poniendo fechas límite y otras ocurrencias. Visto lo bien desatado que lo tienen todo, no acabo de comprender porque les preocupa tener que comparecer de nuevo en unas elecciones autonómicas el próximo mes de octubre, y así sucesivamente como si se tratara del impuesto de patrimonio, impuesto confiscatorio, que es recurrente año a año, hasta su reducción definitiva por haber quedado esquilmado totalmente.
Como era previsible, el Tribunal Supremo se niega a aplicar la ley de amnistía para el delito de malversación por el que fueron condenados algunos líderes del procés y por el que está procesado Puigdemont. Lo que no era tan presumible es la negativa a presentar cuestiones prejudiciales en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), algo que paralizaría la aplicación de la ley.
Ese comportamiento me ha traído a la memoria al insigne musico, que irrumpió en los años cincuenta Damaso Perez Prado. Nacido en 1917, en Matanzas, Cuba, de la maestra y directora de escuela de Primaria, Sara Prado y del vendedor de acciones de periódico, Damaso Pérez. Perez Prado, llamado el cara de foca, supongo por su bigote y perilla, trabajo a fondo los ritmos caribeños y cubanos basados en el danzón del que evolucionaria el cha cha cha y en los años 70 la salsa. Estudio música en su Cuba natal y se incorporo en diversas orquestas en la Habana de los años 1940. Fue también durante un corto periodo pianista de la Sonora Matancera y de la famosa, Orquesta Casino de la Playa. En 1948 cambió de residencia a Ciudad de México para crear allí un grupo musical.
A principios de los 50, Pérez Prado fue expulsado de México. Hay quien dice que fue por diferencias políticas, o que todo fue debido a los planes del maestro quien estuvo a punto de adaptar el himno nacional mejicano a ritmo de mambo. Desgraciadamente no fue por la citada genialidad, sino por los celos del presidente Miguel Alemán cuando el musico trato de contratar a Leonora Amor de 25 años que vivía una tórrida historia sentimental con quien fue Presidente de la República de 1946 a 1952, siendo el primer presidente civil del México moderno. El éxito acompaño siempre al músico en sus bandas de percusión y viento. Su constancia comporto que pudiera regresar a México. Arruinado, con la salud quebrantada por la diabetes y la amputación de una pierna, falleció en 1989 de un derrame cerebral.
Volviendo a los reyes el mambo de la política catalana, creo que vista la dificultad de convencernos de sus planes, la idea de un himno nacional a ritmo de manbo, podría comportar algo interesante, o como mínimo podríamos pasarlo de forma más ligera y agradable. Murmuren por lo bajín els Segadors con el ritmo Que rico el mambo, o el Manisero. Verán las cosas distintas, créanme.
Sobre el autor
Anna Balletbò
Anna Balletbò es licenciada en Ciencias de la Comunicación e Historia Moderna y Contemporánea, y diplomada en Periodismo y Ciencias de la Educación. Presidenta de la Fundación Internacional Olof Palme. Entre 1980 y 2000 fue diputada en el Congreso de los Diputados.
Desde 1973, ha colaborado como periodista en diferentes medios de comunicación, como el País, el Diario de Cataluña, La Vanguardia, Radio 4, COPE, Ona Zero, COM Radio, Antena 3, TV3 y Tele Cinco.