En los artículos que venimos publicando en los últimos meses, tanto en las newsletter como en los publicados en prensa (en el grupo Colpisa, El País, etc.) hemos realizado un diagnóstico sobre los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo que se han confirmado plenamente. Por un lado, se consolidan los partidos que defienden el proyecto europeo y, por lo tanto, la composición de la Cámara va a ser similar, aunque algo disminuido respecto al Parlamento de la novena legislatura. En definitiva, defendíamos que Ursula von der Leyen iba a poder ser reelegida para una segunda legislatura como presidenta de la Comisión.
Es importante recordar que en los medios españoles se alarmaba sobre la importancia que iba a cobrar la extrema derecha, lo cual no ha sucedido. Posiblemente, los resultados de estas elecciones puedan tener consecuencias nacionales, especialmente en Francia, donde se han convocado elecciones presidenciales dados los resultados, o quizás en otros países. Sin embargo, atendiendo a la composición de los grupos parlamentarios en el Parlamento Europeo, creo que podemos decir que la incidencia y la capacidad de los grupos de extrema derecha, tanto de Conservadores y Reformistas, como de Identidad y Democracia, va a ser muy reducida, como ocurría en la legislatura anterior.
Los primeros resultados de las consecuencias de las elecciones se pueden observan en las reuniones del día 17 de junio, en las que se hizo una primera aproximación de como se podían configurar las cabezas de las instituciones. Se confirmó el pacto entre los tres grandes grupos (Populares, Socialistas y Liberales), y en algunos casos con la invitación a los Verdes (que han perdido peso), se asume que la presidenta de la Comisión seguirá siendo la popular Ursula von der Leyen, cuyo partido ha crecido; el presidente del Consejo será Antonio Costa, de los socialistas (si bien el Partido Popular Europeo quiere dividir el mandato en dos, para que en la segunda parte lo ocupe algún líder de su partido).
La presidencia del Parlamento seguramente la mantenga Roberta Metsola, del PPE, aunque quizás tenga que compartirla, como ha ocurrido durante la novena legislatura. En cuanto al alto representante de Política Exterior y de Seguridad, en sustitución de Borrell, de momento, parece que va a ser la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, que pertenece al grupo liberal.
En todo caso, las perspectivas que se recogían en gran parte de la opinión publicada española ponían en duda la posibilidad de que Von der Leyen tuviera un segundo mandato, lo que hubiera roto la continuidad de la labor realizada con el apoyo de los tres grandes grupos. Los resultados de las elecciones niegan esta posibilidad por amplia mayoría. Precisamente, el PPE ha subido y ella se ha consolidado, con una gran diferencia. Es presumible que tenga el apoyo de las otras dos importantes fuerzas políticas (socialistas y liberales) e incluso de los verdes. Sin embargo, la presidenta tendrá un respaldo incluso mayor del que tuvo en su anterior investidura, en la primera votación del Parlamento Europeo que será en julio. Con ello, probablemente obtendrá una mayoría absoluta más holgada, que supere los nueve votos de diferencia que tuvo en 2019.
Para el Movimiento Europeo español es importante que, al final, pese al enfrentamiento excesivo que hubo entre los dos grandes partidos españoles durante la campaña, podemos afirmar que el conjunto de parlamentarios, tanto del PP como del PSOE, van a votar en la misma dirección, e incluso la única candidata española que hay en los liberales, la eurodiputada del PNV. Esta cuestión llama poderosamente la atención, aunque ya habíamos constatado esta circunstancia. El problema fue que en España el debate fue español y no europeo.
Lo importante, en todo caso, es que han triunfado los partidos políticos (populares, socialistas y liberales) que durante los últimos setenta años han desarrollado y profundizado el proyecto europeo de soberanía compartida, y que han protagonizado acuerdos solemnes en las nueve legislaturas anteriores, que han permitido liderar el proyecto europeo con propuestas cada vez más profundas y federales. Esto es especialmente claro en la novena legislatura (2019-2024) donde la Comisión Von der Leyen ha dado unos grandes resultados, consiguiendo hacer frente a la pandemia con el Fondo de Nuevas Generaciones, que es un instrumento claro de federalismo de facto, así como la gestión de las ventajas de la retirada del Reino Unido, y la cohesión casi completa en torno a la agresión rusa a Ucrania.
Esperamos que en esta décima legislatura se dé continuidad a los éxitos de la novena y, sobre todo,complemente los avances, para hacer frente a tres grandes cuestiones: a) la imprescindible reforma de los Tratados, a través de una Convención Europea o de otros métodos, que permita pasar del federalismo de facto al federalismo de iure; b) la resolución del proceso de ampliación a nueve o diez estados (si se tiene en cuenta a Armenia, en cuyo Parlamento se está planteando muy recientemente un referéndum para solicitar la adhesión a la UE); c) la continuación del apoyo progresivo a Ucrania contra la agresión rusa. Asimismo, habrá que tener en cuenta cómo se incide cada vez más en la resolución del conflicto de Oriente Medio.
Durante esta campaña electoral, el CFEME ha organizado en Madrid dos debates con todos los partidos políticos que tenían representación en la novena legislatura, con objeto de paliar la ausencia de debates públicos que han existido en la práctica. El primero de ellos se celebró el 20 de mayo en la Asociación de la Prensa, moderado por Fernando Carbajo, de nuestra Ejecutiva, y María Rey, que se explica en el interior de estas páginas. Por otro lado, el 3 de junio en el Ateneo de Madrid moderado por Juan Cuesta, miembro de nuestra Ejecutiva. En estos eventos se puso de manifiesto que en el tema europeo había posiciones comunes similares. Además, se realizaron más de una docena de debates en nuestros consejos territoriales, como se informa adecuadamente en este número.
Por otro lado, he tenido oportunidad de estar del 12 al 15 de junio en Bogotá, en la reunión anual de LASA (Latin American Studies Association), conocida asociación de estudios latinoamericanos donde hay más de diez mil miembros, de los cuáles la mitad estuvieron presentes en ese encuentro, en la sede de la Universidad Javeriana. Me alegró comprobar que en esta ocasión se había latinoamericanizado bastante el discurso. Sin embargo, los paneles que hubo, en torno al tema de Europa y América Latina, fueron muy limitados. Sobre todo, no se acaba de sentir la posibilidad de que hay un relanzamiento en la Asociación Estratégica como consecuencia de la Cumbre celebrada en Bruselas en 2023 y que esperamos que continúe en 2025. A mi juicio, Europa y América Latina tienen cada vez más claro los valores compartidos, los intereses comunes y la misma visión del mundo.
Queremos recordar, como hemos ido anunciando, que este verano tenemos al menos tres cursos ya convocados. El primero en San Lorenzo de El Escorial, entre el 10 y el 12 de julio, titulado “Laprofundización y ampliación de la UE tras la agresión a Ucrania”. El siguiente en Santander, del27 al 29 de agosto, con el título “El nuevo ciclo político en la UE: desafíos y oportunidades”. Por último, el 11 y 12 de septiembre, en los cursos de verano de la UPV en el Palacio de Miramar de San Sebastián, realizamos un curso sobre sostenibilidad. Asimismo, estamos con el deseo de participaren un curso en Ventotene, pendiente de las subvenciones, sobre la profundización federal en la décima legislatura.El día 19 de junio hemos celebrado la reunión del Board y, por la tarde, el Consejo de Estados Miembros del Movimiento Europeo Internacional. Para mí ha sido una satisfacción grande comprobar que tenemos una percepción de la marca de los asuntos europeos y especialmente del resultado de las elecciones muy similar a la que mantengo incluso en este artículo. En ambas reuniones tuvimos la oportunidad de cambiar impresiones con nuestros colegas pertenecientes a todos los países miembros e incluso algunos de los candidatos.
Por otro lado, a finales del mes de junio terminan su colaboración las cinco becarias curriculares, Laura Peña Acebes y Noelia Penalva Sánchez, de la Universidad Autónoma de Madrid, y Alba Montes Gómez, Marta Morano Bote e Inés Andrada Lérida, de la Universidad Complutense. Su colaboración ha sido muy relevante para nuestro Movimiento, ya que han formado parte del equipo de redacción de la revista desde los números 61 al 66, así como en la elaboración del libro homenaje a Eugenio Nasarre. También han participado en varios viajes, tanto el de la celebración del 75º Aniversario de la constitución del CFEME en París, como el Acto Homenaje a José María Gil Robles, en la casa Jean Monnet, Francia. A su vez, su colaboración ha sido notable en seminarios, publicaciones y otras actividades realizadas por el Movimiento Europeo en los últimos meses, por lo cual les doy las gracias por su participación con nosotros.
Por último, nos ha llenado de satisfacción que, después de más de cuatro años de diversas cuestiones e incluso demandas judiciales, hemos conseguido que en nuestra sede haya un ascensor, como exige la ley. Estamos contentos, pero, de alguna manera, apenados, porque estas solicitudes se hicieron especialmente para que José María Gil Robles pudiera asistir de forma presencial. como a él le gustaba, a nuestras comisiones ejecutivas. Y, sin embargo, para cuando se ha terminado la obra, él ya no puede participar. En todo caso, le tenemos presente, al igual que a Eugenio Nasarre, de quién tenemos muy avanzado su libro homenaje.