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"Se cansa uno de todo, menos de comprender..." Anatole France

Elecciones en la República Islámica de Mauritania

Elecciones en la República Islámica de Mauritania

El pasado 12 de junio comenzó la campaña para las elecciones presidenciales en Mauritania, cuya primera vuelta será el 29 de junio. Se presentan siete candidatos, entre ellos el actual presidente, Mohamed Ould Ghazouani, considerado el gran favorito, que cuenta con el apoyo de su partido, el INSAV, que obtuvo la mayoría de los escaños en las últimas elecciones parlamentarias de mayo de 2023.


Las elecciones en Mauritania no solo determinarán el liderazgo político del país, sino que también tienen el potencial de influir significativamente en la dirección futura del desarrollo democrático, la estabilidad regional, y las reformas sociales y económicas

 

Frente al presidente Ghazouani se presentan otros seis candidatos, los dos más importantes son el líder antiesclavista Biram Abeid Dah y el jefe del partido islamista (Tawassoul), Hamadi Ould Sid’el Moctar. Abeid ocupó el segundo lugar en las elecciones presidenciales de 2019, mientras que Moctar es el líder de la oposición. Su formación política tiene el mayor número de diputados en la Asamblea Nacional. 

 

Las encuestas indican que el actual presidente Mohamed Ould Ghazouani de la Unión por la República será reelegido para el periodo comprendido entre el 2 de agosto de 2024-2029, debido a que goza de gran popularidad y en las pasadas elecciones de 2019 obtuvo 52,01% de los votos. No obstante, si hubiera que celebrar una segunda vuelta se realizaría dos semanas después.

 

Ould Ghazouani, es un exgeneral y político mauritano, presidente de Mauritania desde el 1 de agosto de 2019. ​Fue director general de Seguridad Nacional y jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Mauritania (2008-2018), momento en el que fue nombrado ministro de Defensa. Estuvo al frente del ministerio hasta marzo de 2019 cuando dimitió para presentarse a las elecciones presidenciales como candidato gubernamental en sustitución del presidente Mohamed Uld Abdelaziz, condenado a cinco años de cárcel y a la pérdida de sus derechos civiles.

 

Biram Dah Abeid es un abogado, activista antiesclavista y político mauritano. Ha sido diputado y dos veces candidato presidencial (2014 y 2019) logrando el 18 % de los sufragios. Preside Iniciativa para el Resurgimiento del Movimiento Abolicionista. Hamadi Ould Sid’el Moctar es el responsable del partido islamista (Tawassoul) y líder de la oposición en la Asamblea Nacional.

 

Mauritania, tiene una población de 4.614.974 personas y una baja densidad de población 4 Hab/km2. Según la Comisión Electoral, la lista provisional electoral ha alcanzado 1.949.386 electores, con un incremento del 8% respecto a las últimas elecciones.  

 

La relación entre España y Mauritaniai es de gran importancia. La cooperación en pesca, seguridad, migración y desarrollo económico no solo beneficia a ambos países, sino que también contribuye a la estabilidad y prosperidad de la región del Sahel y del Mediterráneo occidental. 

 

España apoya proyectos de desarrollo para abordar las causas profundas de la migración irregular. Existe un creciente interés por las empresas españolas en invertir en sectores clave como la pesca, la agricultura, la minería y las infraestructuras. Se presta asistencia técnica y financiera en áreas como la educación, la salud y la gestión de recursos naturales. España participa con Mauritania para combatir el terrorismo y la inseguridad en la región del Sahel, proporcionando formación y apoyo logístico a las fuerzas de seguridad mauritanas

 

CONTEXTO HISTORICO

En 1955, cuando Mauritania aún colonia francesa, Marruecos la reclamó en las NN.UU. como parte del Gran Marruecos, no fue hasta 1970 cuando Marruecos reconoció la independencia del país. Mauritania se independizo de Francia el 28 de noviembre de 1960, nombrando Nuakchot como la capital, cuando todavía el 90% de la población era nómada.

 

Mauritania, desde su independencia, ha estado gobernada por una alternancia de gobiernos militares y civiles. A principios de los años 90, bajo el régimen de Maaouya Ould Sid'Ahmed Taya, se aprobó la Constitución y se legalizaron los partidos políticos. En el 2005, el país sufrió un golpe de Estado militar que tanto la UE como EE. UU. Condenaron, tras el que tuvo lugar un proceso democratizador que culminó en elecciones en 2007, consideradas por libres por los observadores internacionales. Las ganó Sidi Mohamed Cheikh Abdallahi, que planteó una ley que criminalizaba la esclavitud, una práctica común en la clase alta más tradicional. La transición democrática fue interrumpida en agosto de 2008, por el golpe de estado del general Mohamed Ould Abdel Aziz, que tuvo la condena internacional. En julio de 2009, Aziz aceptó acudir a las urnas y fue elegido presidente. 

 

En noviembre de 2013, se celebraron unas elecciones parlamentarias con acusaciones de fraude de los islamistas contra el partido-régimen de Aziz. Según la Comisión Electoral, la Unión para la República (UPR), partido de Aziz, revalidó la mayoría en la Asamblea Nacional con 75 escaños, seguida por los islamistas de Tewassoul con 17. Eran las primeras elecciones desde el golpe de agosto de 2008 y fueron el ensayo para las presidenciales de junio de 2014, en las que Abdel Aziz obtuvo una clara victoria, aunque tuvo que dimitir en 2019 condenado a cinco años de cárcel y a la pérdida de sus derechos civiles, siendo sustituido por el actual presidente, Mohamed Ould Ghazouani.

 

CONTEXTO GEOPOLITICO

Mauritania, está situada en África occidental, bañada por el océano Atlántico tiene una superficie de 1.030.700 Km2, por lo que se considera un país grande. Comparte fronteras terrestres con el Sahara Occidental, Argelia, Mali y con el rio Senegal que divide a ambos países. Mauritania juega un papel importante en la seguridad de la región al estar ubicada en la zona del Sahel, afectada por conflictos armados y el terrorismo yihadista. El 90% de su territorio está ubicado en el Sahara y la mayor parte de su población de 4,6 millones habita en el sur templado del país, con un tercio concentrado en la capital Nuakchot, situada en la costa del océano Atlántico.

 

Formó parte de la colonia francesa de África Occidental hasta 1960, y tiene influencia de la cultura árabe y de la africana. Mauritania es miembro de la Liga Árabe y el idioma árabe es el único idioma oficial, aunque gran parte de la población habla francés.

 

La Constitución define al país como una República Islámica y la mayoría de los habitantes son sunitas, salvo una pequeña comunidad cristiana. El sistema legal se basa en la ley francesa y la sharía. 

 

 

La población morisca y de ascendencia árabe-bereber representa el 70% de la población, otros grupos africanos constituyen el 27%. También existe una minoría de franceses. La sociedad está compuesta de blancos de origen árabe-bereber; blancos nobles (descienden de los árabes militares y religiosos de élite) y moros blancos, descendientes de los bereberes. Los negros son de ascendencia bereber y africana y eran esclavos, aunque oficialmente están liberados.  La sociedad se rige por un sistema de castas rígido y jerárquico con divisiones tribales dentro del contexto islámico. El resto la población conforma grupos étnicos subsaharianos. El 58% de la población es rural. 

 

Con el regreso a la democracia, el país salió del aislamiento internacional, la Unión Africana levantó las sanciones. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial reiniciado sus programas de ayuda. Con la UE mantiene desde hace varios años acuerdos en materia de flujos migratorios y derechos civiles en el marco del proyecto 'Diálogo 5+5', importante entre la UEii y los Estados del norte de África. Las relaciones con España son intensas e importantes. Mauritania es un aliado estratégico en el ámbito de los recursos de futuro, la inmigración ilegal, la lucha contra el crimen organizado, así como, en la contención del terrorismo islamista en la región. 

 

Estados Unidos ha reforzado sus relaciones con el país, en el contexto de la lucha contra el terrorismo internacional, como demuestra la importancia de que Mauritania pertenezca al “Counterterrorism Partnership”, lo que le ha permitido asumir un importante papel en las crisis regionales, como en Malí, donde promovió el diálogo entre Argel, Bamako y los insurgentes tuareg. Sin embargo, el conflicto con Senegal por los derechos de explotación de las aguas del valle del río Senegal, frontera entre ambos países y crucial para un país con escasas reservas de agua como Mauritania, no está resuelto. 

 

ECONOMIA Y RECURSOS

Mauritania es uno de los países menos desarrollados del mundo, según el BM, el 42% de la población vive por debajo del umbral de pobreza. El 80% del territorio está formado por desierto y los recursos agrícolas son muy limitados (sólo el 1% de la tierra es cultivable). Depende en gran medida de la minería y la pesca, lo que la hace vulnerable a las fluctuaciones en los precios internacionales de estos productos. Cuenta con algunas industrias relacionadas con el procesamiento de minerales y productos pesqueros y una infraestructura limitada, lo que afecta el desarrollo económico y la explotación eficiente de los recursos. Atraer inversiones extranjeras es crucial para su desarrollo.

 

Mauritania es uno de los principales productores de mineral de hierro en África que exporta a Europa y Asia y representa una de las principales fuentes de ingresos. La mina de Zouerate operada por la estatal SNIM es la más importante. La explotación de oro y cobre ha crecido significativamente en los últimos años, con empresas como Kinross Gold Corp operando en Tasiast, que atrae inversiones y contribuye a la economía. También explotan minerales como el yeso, fosfatos y sal. Mauritania ha comenzado a explorar sus recursos de hidrocarburos. El proyecto de gas natural licuado (GNL) de Tortue/Ahmeyim, en cooperación con Senegal, es un ejemplo. El pasado mes febrero en una visita de la presidenta de la Comisión Europea y el presidente del Gobierno de España, abordaron entre otros temas el desarrollo del hidrógeno verde. 

 

La pesca continúa siendo una fuente importante de ingresos y empleo. Mauritania tiene una zona económica con importantes recursos pesqueros que proporcionan empleo y sustento a muchas comunidades costeras. Sin embargo, la población sigue dependiendo en gran medida de la agricultura y la ganadería para sobrevivir. Las tierras de cultivo se limitan a las llanuras que rodean el río Senegal, lo que ha tensado las relaciones entre ambos países en cuanto al uso del río. 

 

Su economía se basa en la industria del procesado de pescado, la extracción de mineral de hierro y yeso, en la agricultura de dátiles, mijo, sorgo, arroz y ganado y en las exportaciones de mineral de hierro, pescado y oro.

 

SEGURIDAD Y DEFENSA

 

Mauritania, ubicada en una región afectada por conflictos armados y terrorismo, juega un papel importante en la seguridad del Sahel. Un proceso electoral transparente y justo puede contribuir a la estabilidad política interna, lo que a su vez puede impactar positivamente la seguridad en la región.

 

 

Mauritania enfrenta desafíos significativos relacionados con el terrorismo y la criminalidad organizada, en gran parte debido a su ubicación en el Sahel, vulnerable a la actividad de grupos extremistas y redes criminales.   Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) es un grupo terrorista que opera en el norte de África y el Sahel. Tiene sus orígenes en el Grupo Salafista Argelino para la Predicación y el Combate (GSPC), anteriormente Grupo Islámico Armado (GIA), un movimiento de resistencia islamista contra el gobierno secular argelino. El grupo pasó a formar parte de Al Qaeda (2006) y ha estado activo en la región del Sahel, incluyendo Mauritania, aunque su presencia ha disminuido en los últimos años debido a las operaciones antiterroristas. Grupos partidarios al Estado Islámico (EI), también han intentado establecerse en la región, aunque la respuesta de las fuerzas de seguridad con la colaboración con países vecinos y fuerzas internacionales ha limitado su influencia. 

 

Las fuerzas de seguridad mauritanas han incrementado sus capacidades a través de entrenamiento y equipamiento proporcionado por socios internacionales, entre ellos España, que ha contribuido a reducir la frecuencia de ataques dentro de sus fronteras. Las zonas fronterizas con Malí son las más vulnerables debido a su porosidad y cercanía a áreas de conflicto. Aunque menos frecuentes, algunas regiones del norte y este de Mauritania han sido áreas de preocupación debido a su lejanía y dificultad para el control gubernamental.

 

Los objetivos de AQMI son derrocar a todos los gobiernos legales de la zona para crear una teocracia basada en la ley islámica. Las principales fuentes de financiación del movimiento son el contrabando de armas y drogas, facilitado por la porosidad de las fronteras de la región sahariana y fondos que llegan de sus seguidores europeos.

 

La inseguridad por el terrorismo yihadista es el motivo que ha propiciado los golpes de estado en la región del Sahel (Guinea, Mali, Burkina Faso, Níger y Chad) con la penetración de tropas rusas dentro de la nueva estrategia del Kremlin de sustituir el Grupo Wagner por el África Corps. 

 

Mauritania es parte de las rutas de tráfico de drogas que conectan América del Sur con Europa, pasando por África Occidental. Las extensas áreas desérticas facilitan el tránsito y el ocultamiento de cargamentos de drogas, además, es un punto de tránsito importante para migrantes de África subsahariana que buscan llegar a Europa. 

 

Las redes de tráfico de personas operan en la región, explotando su vulnerabilidad. El gobierno mauritano, con el apoyo de la UE y España, ha intensificado los esfuerzos para combatir el tráfico de personas y mejorar el control fronterizo. El contrabando es común debido a las largas y porosas fronteras del país. 

 

Las principales zonas afectadas se encuentran en la frontera con Mali en regiones como Hodh Ech Chargui y Hodh El Gharbi. Estas áreas son vulnerables a la infiltración de grupos terroristas y a actividades de contrabando debido a su proximidad con Malí. Las regiones del sur también enfrentan problemas de seguridad debido a la cercanía con áreas conflictivas de Malí y la facilidad de tránsito ilegal. La capital Nuakchot ha experimentado problemas relacionados con la criminalidad urbana y la gestión de migrantes, aunque la presencia policial es más importante. El puerto es un punto clave para la pesca y el comercio, pero también para actividades ilícitas como el tráfico de personas y el contrabando. 

 

Tras la audiencia con el presidente mauritano, Grande-Marlaska y Schinas visitaron las oficinas del proyecto POC Mauritania-UE de lucha contra el tráfico ilegal de personas, en el que especialistas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil española trabajan con las Fuerzas de Seguridad Mauritanas en la desarticulación de las mafias. Los agentes españoles que participan en este proyecto se suman a los efectivos mauritanos desplegados en Nuadibú y Nuakchot dedicados al patrullaje y a las investigaciones contra las redes de tráfico o trata, labores que realizan con las autoridades mauritanas. 

 

CAMBIO CLIMATICO Y MIGRACIONES

 

Mauritania enfrenta desafíos significativos en cuanto a la seguridad alimentaria y la lucha contra la pobreza, agravados por la sequía recurrente y la desertificación en gran parte del país.

 

Mauritania, es un rincón del mundo donde los estragos del calentamiento global son palpables. Las sequías se prolongan y aumentan en intensidad, mientras que las lluvias son escasas e impredecibles, obligando a muchas familias a migrar en busca de supervivencia. El clima se caracteriza por temperaturas extremas y lluvias escasas e irregulares. El viento, seco y caliente, y a menudo cargado de polvo, sopla desde el Sahara durante la larga estación seca y es el viento predominante, excepto en la franja costera, donde prevalecen los vientos oceánicos.

 

El cambio climático está exacerbando problemas preexistentes en Mauritania, como la desertificación y la inseguridad alimentaria, lo que a su vez está impulsando patrones de migración tanto interna como internacional. Gran parte de Mauritania ya es desértica y se enfrenta una intensificación de la desertificación debido al cambio climático. Las sequías prolongadas y la disminución de las lluvias están contribuyendo a la expansión del desierto del Sahara hacia el sur. 

 

La combinación de sobrepastoreo, prácticas agrícolas insostenibles y el cambio climático está provocando la degradación del suelo, lo que afecta la productividad agrícola y la seguridad alimentaria. En las áreas costeras, especialmente en Nuakchot, el aumento del nivel del mar está causando inundaciones y erosión costera, amenazando infraestructuras y asentamientos humanos.

 

 

En el sureste del país, en pleno corazón del Sahel, es una zona donde los efectos del calentamiento global son más visibles se enfrenta a la sequía, desertificación y tormentas de arena. Esto unido a las volátiles condiciones de seguridad en Mali, ha provocado que Mauritania sea el lugar de acogida del mayor número de malienses en África Occidental, con una afluencia continua de refugiados. En diciembre, 100.807 personas estaban registradas por ACNUR en el campamento de Mbera y sus alrededores.

 

A finales de marzo y principios de abril de 2024, una región del Sahel y África occidental experimentó un calor extremo, con temperaturas máximas en el Sahel que alcanzaron más de 45 °C y temperaturas mínimas de 32 °C.

 

El sol quema con más fuerza, las temperaturas suben 1,5 veces más rápido que el promedio mundial y las pocas lluvias que hay son más bruscas y concentradas y, cuando caen, suelen provocar inundaciones debido a que la tierra está tan seca que no puede absorberlas.  Según un informe de la ONU, cerca del 80% de las tierras cultivables del Sahel han quedado deterioradas. 

 

Debido a la degradación ambiental y la falta de oportunidades económicas en las zonas rurales, muchas personas están migrando a las ciudades para poder vivir, lo que ha llevado a un rápido crecimiento urbano y a la expansión de asentamientos informales en Nuakchot, punto de tránsito para migrantes de África subsahariana que intentan llegar a Europa. 

 

Algunos organismos internacionales los califican de "refugiados climáticos" debido a que tienen que abandonar su hogar a causa del cambio climático. Según el último recuento de las NNUU, en el mundo hay casi 27 millones de personas que han tenido que huir y el futuro es mucho más oscuro. En diez años, esta cifra será más de cuatro veces mayor que en la actualidad. Más de cien millones de afectados. 

 

 


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