Las recientes elecciones del Parlamento de la Unión Europea registran un ascenso de la ultraderecha, pero la coalición entre populares, socialistas y liberales seguirá gobernando bajo la dirección Úrsula von der Leyen como presidenta de la Comisión. Sin embargo, hay varios aspectos que destacar sobre su repercusión en el futuro de las democracias del viejo continente.
Uno de ellos se refiere a la presencia, con tres diputados, no ya de un partido de extrema derecha sino directamente de un ciudadano con cuatro juicios pendientes y condenas por la emisión de acusaciones falsas y difusión de bulos, que ha conseguido, a pesar de ello, 800.000 votantes. Se trata de Alvise (Se acabó la fiesta) que en los comicios celebrados en España ha irrumpido con la idea de construir una macro cárcel para meter en ella al actual presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
El Partido Socialista Español ha logrado conservar en estas elecciones el treinta por ciento de los votos, a corta distancia del Partido Popular que deberá conformarse con los tres años que restan de legislatura. El sistema parlamentario español exige una moción de censura constructiva, que en estos momentos es imposible para el Partido Popular que sólo cuenta con sus votos y los del partido Vox.
Las redes sociales se han constituido como un vehículo de información importante, especialmente para los jóvenes, que ven escasamente la televisión y no leen periódicos, pero que se enteran de las noticias mediante estos canales de información, buscando en todo momento aquellos que están más cercanos a sus propias ideas. Las redes sociales han echado gasolina al fuego por medio de opiniones y denuncias falsas, con lo que predicadores justicieros atraen apoyos y, en consecuencia, votos que pueden llevarlos, como en este caso, al Parlamento Europeo.
En Chipre, ha aparecido también otra candidatura de youtuber rara, la del Sr. Fidias Panayiotou. Este joven chipriota de 24 años, que cuenta con 2,6 millones de seguidores ha sido votado por la mayoría de los jóvenes de su país entre 18 y 24 años.
Los dos aspectos más relevantes del futuro europeo tienen que ver con los magros resultados de la coalición gobernante en Alemania, donde los socialdemócratas no llegan al 20%, hecho que no sucedía desde 1979, y el espectacular ascenso de la extrema derecha en Francia y la posible victoria de los laboristas en el Reino Unido, que puede suponer un cambio importante en sus relaciones con la Unión Europea. La ultraderecha es el primer partido en Francia y el segundo en Alemania, en Italia es el gobierno…
El antiguo primer ministro portugués Antonio Costa, que dimitió de su cargo por una investigación de la justicia que ha sido archivada, se presenta como candidato a la Presidencia del Consejo Europeo. Es un candidato con posibilidades reales, en virtud del gobierno de coalición que presumiblemente se formará entre populares, socialdemócratas y liberales, pero el aspecto más singular es que su gobierno, conservador, le apoya a pesar de ser él socialista de larga data. Todo un ejemplo para otros países donde los odios tribales traspasan la frontera y se muestran incapaces de ponerse de acuerdo en nada. En Portugal, la formación de extrema derecha Chega ha registrado un sonoro fracaso, siendo los socialistas los más votados, seguidos por el partido socialdemócrata, de corte conservador, actualmente en el gobierno.
El proyecto europeo, tan respetado y apoyado desde su fundación, necesita de importantes reformas que logren una mayor cercanía a los ciudadanos, actualmente críticos en gran medida. En la actualidad, hay 9 países candidatos a la adhesión que pretenden sumarse a los 27 actuales y además Turquía que lleva más de 20 años esperando.
Los agricultores y sus recientes movilizaciones han sido una prueba de la necesidad de reformas y en particular en lo que concierne a la política agrícola común (PAC). No deja de ser curioso que una de sus principales reivindicaciones fuera menos burocracia, pues denunciaban que para tener acceso a las subvenciones de la política agraria común debían rellenar complejos impresos, con frecuencia incomprensibles para personas de escasa formación intelectual. Cada vez son más las voces que se levantan en los países desarrollados para la sustitución de los engorrosos trámites por sistemas de acceso más simples y comprensibles, con un lenguaje claro, que permita que los ciudadanos hagan frente a sus obligaciones o peticiones de forma sencilla, sin recurrir a profesionales a quienes haya que pagar sus servicios. No todo lo arregla la digitalización, porque hay grandes capas de la población inmersas en la brecha digital, por razones de edad, de pobreza o de dificultades de conexión, entre otras.
La Unión Europea sigue su andadura, a pesar de su complejidad y de que “en todos los asuntos de relevancia, incluidos los conflictos actuales en su vecindad, es difícil encontrar una posición común entre sus miembros, muy influidos por sus herencias históricas y por sus intereses nacionales” (Guerrero, 2023).