LA HORA DIGITAL abre una vía participativa para que la proclama del Presidente del Gobierno de una necesaria REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA no quede en “agua de borrajas” o en un simple regate electoral.
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Hoy abrimos boca con esta reflexión que nos envía el Profesor Fco Javier Fernández Vallina
Viendo la comparecencia en el Congreso del presidente, no puedo evitar sentir que esta sesión no pasará a la historia por la calidad de la oratoria de nuestros representantes políticos. Sin embargo, lo que más me preocupa en estos momentos es hacia dónde se dirige nuestro presidente y, con él, el gobierno en medio de inclemencias nacionales, tempestades europeas y muy graves tensiones internacionales. Parece que estamos centrados en arañar unos pocos y deshilachados votos en procesos electorales que se suceden ininterrumpidamente, sin que nuestras sombras más importantes se disipen.
Es cierto que Pedro Sánchez ha manejado situaciones y acontecimientos extraordinarios, y en medio de ellos ha cosechado no pocas leyes, decisiones y transformaciones muy relevantes y positivas para la sociedad española. Esto no es poco en el vacío tan desolador que habitamos. Sin embargo, en mi modesto criterio, persiste en no pocos errores en el "cómo", aunque no tanto en el "qué". Por ejemplo, la forma en la que se va a proceder al reconocimiento del Estado de Palestina es justa y evidente, pero con poco sentido fuera del núcleo duro de la UE . Esta forma de proceder paraliza o frena acciones políticas de envergadura que son necesarias, incluida la consolidación de la arquitectura federal de España.
Muy resumidamente, cabe señalar que no se puede ser "juez y parte" si se trata de superar la crispación. No se puede mostrar una pretendida firmeza cuando el principio dialógico se impone, ni llevar a cabo una estrategia coherente contra el gravísimo protagonismo de la extrema derecha en España y Europa cuando se elige sistemáticamente incluir en ese enemigo a todo adversario de la derecha.
La consecuencia social resulta inevitable: no somos capaces de superar al PP y nuestro horizonte mejor parece ser alcanzar los mismos eurodiputados, aunque nos gana una derecha desnortada e incompetente ante los graves desafíos que se avecinan, con un líder de tan baja competencia y calidad humana. .
Es lógico que, para mantener una coherencia mínima, debería agregarse cómo debería ser la alternativa estratégica. Sin embargo, confío en que su inteligencia desvela de inmediato los elementos críticos enunciados y los positivos.
Primero, es crucial reforzar el diálogo y la colaboración entre las diferentes fuerzas políticas. En lugar de ver a los adversarios políticos como enemigos a ser derrotados, deberíamos trabajar juntos para encontrar soluciones comunes a los problemas que enfrenta nuestro país. Esto no solo reducirá la polarización, sino que también fortalecerá la democracia.
Segundo, necesitamos una estrategia clara y coherente para enfrentar los desafíos internacionales . Esto incluye trabajar estrechamente con nuestros socios europeos y globales para abordar cuestiones como el cambio climático, la migración y la seguridad. La política exterior debe ser manejada con la misma seriedad y profesionalismo que se aplica a los asuntos internos, evitando acciones unilaterales que puedan aislar a España en el escenario internacional.
Tercero, es fundamental mejorar la comunicación y la transparencia del gobierno. Las decisiones y políticas deben ser explicadas claramente a la ciudadanía, destacando tanto sus beneficios como sus posibles inconvenientes. La transparencia genera confianza, y la confianza es esencial para la gobernabilidad en tiempos de crisis.
Finalmente, debemos fortalecer las instituciones democráticas y proteger los derechos fundamentales de todos los ciudadanos . Esto implica no solo respetar la ley, sino también promover una cultura de respeto y tolerancia. La lucha contra la extrema derecha debe ser firme, pero también justa y basada en principios democráticos sólidos.
En resumen, nuestro gobierno enfrenta un camino difícil y lleno de desafíos. Sin embargo, con una estrategia coherente, diálogo, colaboración y transparencia, es posible no solo superar estos desafíos, sino también construir un futuro más justo y próspero para todos los españoles.