El domingo pasado el Real Madrid celebró en Cibeles su trigésima sexta Liga y ganó España en Cataluña. Los “indepes” perdieron terreno, aunque tampoco mucho. Siguen al acecho. Sacaron un 43,5% (-7,5%), pero esta vez sin mayoría en su parlamento ni en el voto popular. El PSC ganó las elecciones, un partido con dos almas, socialista y nacionalista, que se comporta como una partícula cuántica con la que es imposible saber a la vez su velocidad y su localización espacial.
Salvador Illa llevó al PSC a la primera posición con un 28% del voto (58% de participación) y 42 escaños (+ 9) sobre los 135 de la cámara legislativa del Principado que nunca fue reino ni independiente (68 escaños para mayoría absoluta). Veremos si gobernará o no. Varias combinaciones para un ejecutivo regional son posibles para evitar una repetición electoral.
La más lógica es la de PSC, ERC y los Comunes si bien los republicanos perdieron 13 escaños (conservan 20) y los de Colau 2 (mantienen 6). Podrían formar gobierno, o solo el PSC apoyado por los otros dos desde el legislativo. Antes, pueden todos cocinar con la presidencia de la cámara catalana y la composición de su mesa, JuntsXCat y PP incluidos.
No obstante, Pere Aragonès, candidato de ERC, Presidente ahora en funciones de la Generalidad, ha dimitido al frente de su partido asumiendo su fracaso, desgastado por la gobernanza y su cercanía al PSOE, y aseguró que su partido pasaría a la oposición. ¡Sin embargo, vaya usted a saber qué hará un ERC desmochado! ¿Resolver primero su liderazgo? Oriol Junqueras quiere volver a tomar personalmente sus riendas, pero muchos de los suyos ya no le quieren tras 12 años y este fracaso.
Gobernar con el PSC, o apoyarlo, le podría valer a ERC el adjetivo de “botifler” (españolista). Es la carta que juega Puigdemont con sus 35 escaños (+ 3) para evitar el tripartito y conseguir gobernar en minoría con el apoyo de ERC y la abstención del PSC, calcando a su favor una situación en Madrid donde Sánchez gobierna a pesar de que ganó Feijóo en julio pasado.
Puigdemont quiere recuperar “su” presidencia, aunque Sánchez no debiera ceder. No le queda más credibilidad por perder, pero desdoraría su imagen ante los suyos. Otra cosa es que Puigdemont acabe retirando sus siete monedas/escaños en Madrid que sostienen el sillón monclovita de Sánchez, pero suena a improbable. Todo lo demás sería peor para el fugado, aunque una vez aprobada la amnistía se ampliará su abanico de posibilidades.
El Partido Popular sacó con 15 escaños (+12) un bastante mejor resultado que en las anteriores elecciones autonómicas, pero corto para un partido de ámbito nacional, distanciándose asimismo poco de la extrema derecha de Vox que con 11 escaños queda igual y que tiene ahora la competencia de “Aliança Catalana” (2 escaños), separatista e islamofóbica. Otros prefieren el antisemitismo … Tales para cuales. No sacó petróleo la extrema izquierda: la CUP, 4 escaños (- 5) o los Comunes, 6 escaños (- 2). Sumar se quedó otra vez en un cero a la izquierda a pesar de las soflamas de Yolanda Díaz con incursiones palestinas.
Otro vencedor ha sido Carles Puigdemont. Residente desde hace siete años en Bruselas, el fugado de la Justicia española había conseguido sobrevivir discretamente sin ser extraditado hasta que vino a buscarle este verano pasado Pedro Sánchez necesitado de sus votos tras las elecciones de julio de 2023. Desde entonces Puigdemont resucitó de entre los olvidados.
El éxito de Carles es, pues, también el de su mentor, Pedro, que le concede mucho y que pretende que una progresiva normalización en Cataluña es fruto de su amnistía, sus indultos, su supresión de la sedición y de ciertos supuestos de malversación, una colección de tropelías. Otros lo ven, más bien, consecuencia de una respuesta gradual hacia el Estado de Derecho constitucional, violentado en 2017, con la imposición del 155, la actuación de los Tribunales y el cansancio de la bronca separatista.
Todos piensan ahora en las europeas del 9 de junio. Sánchez y Feijóo las enfocan más confiados. Luego veremos si podrán mandar los mismos en Madrid y Barcelona. ¿Caerá Illa en Cataluña o Sánchez convocará elecciones generales adelantadas? Otras cosas pueden ocurrir, ciertamente, como una financiación confederal o bilateral de Cataluña o un referéndum de independencia, pero lo anterior también …