Es muy preocupante, para nosotros canarios, lo que está sucediendo en los campamentos de Tinduf. Por un lado, la población, cada vez con más frecuencia, se levanta contra sus dirigentes por diversos motivos, en especial las violaciones de los derechos humanos en los campamentos y la falta de respuestas sobre el futuro de los refugiados con sus problemas y necesidades sin resolver.
Por otro lado, sus líderes no solo no ofrecen soluciones viables, sino que enconan los ánimos para volver a una situación bélica que dificulte los avances que la propuesta marroquí de amplia autonomía está consiguiendo en la opinión internacional.
Hace unos días uno de los dirigentes más simbólicos del polisario Bachir Mustafa Sayed acaba de pedir, en declaraciones ante numerosos habitantes en una población de los campamentos para explicar los resultados de una reunión del secretariado del polisario y emitidas por YouTube, que se produzcan atentados en las principales ciudades del Sahara, en especial Smara y Daklha, para sembrar el terror entre los ocupantes del territorio.
Dice textualmente “que cada uno convenza a tres y salgan a atentar, que, si ellos con poco y desde fuera consiguen mucho, los que estaban dentro conseguirán más. Y si necesitan medios y armas él se los facilitará”.
El polisario sabe perfectamente que su pasión es insostenible dentro y fuera de los campamentos y por eso vuelven a la única situación que les interesa, mantener un conflicto abierto, que le suponga seguir recibiendo apoyos de aquellos que no entienden, por que desconocen la situación real, o que manifiestamente demuestran un odio a las posiciones marroquíes por motivos diversos.
El polisario vuelve a la posición inicial de atentados a personas, que afectaron a españoles y en especial a españoles canarios, que nunca han recibido ni disculpas ni compensaciones por ello.
Desde Canarias no somos del todo conscientes, de lo que supondría una situación de atentados e inestabilidad en la orilla de enfrente para nuestra economía turística y para dilatar la cooperación canario-sur de Marruecos, que tan beneficiosa podría ser en un futuro próximo.
Hay una coincidencia creo que coordinada entre las amenazas de Bachir Mustafa Sayeb y las planteadas desde Canarias por parte de algunos sectores de entorpecer las relaciones con nuestro vecino marroquí y una muestra de ello es la posición contraria a la línea marítima Tarfaya Fuerteventura, o a las conexiones aéreas ya existentes.
No es cierto que un Sahara independiente sea lo mejor para Canarias, al contrario, sería el peor escenario posible, mientras que un Sahara autónomo dentro del reino de Marruecos significaría la oportunidad de que el Sahara vuelva a tener para Canarias la importancia que tuvo en el pasado.