Hola amantes de John Ford y del Señor de los Anillos. Bendita sean las semanas en las que podemos escribir sobre un western, Viggo Mortensen, vuelve a la pantalla grande con una película que escribe , dirige , protagoniza y musifica.
Aquí el western viste un discurso más elevado , más terrenal, entre caballos e imponentes paisajes somos testigos de la historia de la vida que deja atrás el valiente forajido , la película nos invita a ser testigos de las circunstancias de los que se quedan , de las batallas que tienen que lidiar los no tan valientes, pero si lo más luchadores.
La sinopsis reza lo siguiente, Vivienne Le Coudy, una mujer tremendamente independiente, se embarca en una relación con un inmigrante danés llamado Holger Olsen. Después de conocer a Olsen en San Francisco, Vivienne accede a viajar con él a su casa cerca del tranquilo pueblo de Elk Flats, donde comienzan una vida juntos. Sin embargo, la Guerra Civil los separa, dejando a Vivienne sola.
La historia camina a través de las circunstancias de Vivienne que es interpretada por una impresionante Vicky Krieps, su personaje, no es una mujer arquetípica del género, y esa es una de las grandes virtudes de esta película, su personaje es capaz de caminar por un mundo claramente fabricado por y para hombres , una mujer extranjera, capaz y de pensamiento libre , que comete la temeridad de enamorarse de un Danés silencioso, amante de los detalles, juntos a través de preciosos paisajes , construyen un hogar repleto de amor , en un lugar quizás demasiado árido , pero no desprovisto de belleza en sí misma . Pues si algo tiene está película es belleza, una belleza sostenida, vestida de pictóricos paisajes, mientras utiliza un lenguaje narrativo más propio de otra época . Cuando la guerra llama a la puerta y él, como en una canción de un romancero antiguo, abandona el hogar , ella sobrevive a la pesadilla de la crueldad en forma del arrogante varón , ultrajandola, pero ella tiene alma de guerrera, casi más que su marido y lidia con su propia batalla, quizás no tan encarnizada pero si más épica , la película se mueve ágilmente entre silencios , su cuidada estética y su capacidad para mantenernos pegados a la pantalla es única , como buen Western el motivo de la venganza se hace presente, pero que este aparezca no quiere decir que sea el camino por el que viajar, la película decide ir hacia otro lado y auto descubrirse , y no se equivoquen pues su interesante trama tiene gusto de clásico , pero con la gran ventaja de no ser ortodoxa , porque aquí se habla sobre el amor, el perdón y la evolución como individuos. Un discurso donde a pesar de vivir en un mundo salvaje , uno decide ser algo más, como demuestran sus dos personajes protagonistas, ya que el contexto no te define, lo que te define es tu sabiduría y corazón.
La dirección esta muy medida , muy académica y cuando digo esto lo digo desde el punto de vista más positivo posible , pues el Viggo Mortensen director tiene un gusto bastante elevado del cuadro que quiere enseñar , bien combinado con primeros planos y planos detalles, ya que los ojos de los personajes son tan importantes como la paleta de colores de su alma y como las texturas que ofrece las apabullantes localizaciones, la cámara parece bailar al son de una BSO que acompaña cada paisaje , mientras nos cuenta esta historia que si bien no es redonda , tiene el coraje de ser distinta, el western es un pretexto estético para hablar de sentimientos humanos. Técnicamente la película es de sobresaliente, y artísticamente sorprende para bien , ya que todos sus intérpretes se sienten francamente cómodos dentro de esta historia. Se nota que el director es muy buen director de actores, pues cada uno de ellos da lo mejor de sí para aportar su granito de arena, ante una película con algo que contar , algo muy difícil en los tiempos que corren, si bien es cierto que a pesar de montaje tiene ciertas aristas , la buena elaboración del conjunto de resto de cosas , compensa ese tropiezo. 4 estrellas sobre 5.
Y ahora sí me disculpan me marcho con mi caballo hacia el horizonte cinéfilo, no en busca de mi destino, si no al encuentro de nuevas palabras para vuestro deleite. Quiéranse mucho, mírense a los ojos , sonrían antes de irse a dormir. Coman mucha fruta y beban abundante agua y despídanse como los auténticos cinéfilos nos despedimos. ¡Banana!