Magistrado emérito del Tribunal Supremo, Ricardo Bodas Ingresó en 1990 en la Carrera Judicial, siendo destinado al Juzgado de lo Social número 28 de Barcelona. Igualmente, ha pertenecido al Juzgado de lo Social de Madrid y ha ostentado el cargo de director general de Relaciones con la Administración de Justicia y presidente de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional.
El pasado día 23 de abril intervino en el Ateneo de Madrid dentro del Ciclo "El Poder Judicial" impulsado por la prestigiosa y activa AGRUPACIÓN EUROPEISTA CUIDAR EL FUTURO, asociación cuyo objetivo es el fomento del debate público.
El Poder Judicial en España, como en todas las democracias, desempeña un papel crucial en la garantía del Estado de Derecho, la protección de los derechos fundamentales y el mantenimiento del equilibrio entre los distintos poderes del Estado. Su importancia trasciende más allá de los aspectos legales y se entrelaza con la vida cotidiana de los ciudadanos, las instituciones y el funcionamiento democrático de nuestro país.
En primer lugar, el Poder Judicial es fundamental para garantizar que todos los ciudadanos sean iguales ante la ley. Esto implica que tanto individuos como instituciones estén sujetos a la misma normativa y que se apliquen las leyes de manera imparcial y justa.
La existencia de un sistema judicial independiente y autónomo es esencial para evitar abusos de poder y asegurar que los derechos de los ciudadanos sean protegidos frente a cualquier forma de arbitrariedad.
Además, el Poder Judicial cumple una función crucial en la resolución de conflictos y la administración de justicia. A través de sus distintas instancias, desde los juzgados de primera instancia hasta el Tribunal Supremo, se encarga de interpretar y aplicar la legislación vigente, resolver disputas legales y garantizar la seguridad jurídica en el país. Esto contribuye a mantener la paz social y fortalecer la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas.
Por otro lado, el Poder Judicial desempeña un papel de control sobre los otros poderes del Estado. Actúa como contrapeso frente al poder legislativo y ejecutivo, asegurando que sus actuaciones se ajusten a la legalidad y respeten los principios constitucionales. Esta función de control es esencial para prevenir posibles abusos de autoridad y garantizar el equilibrio de poderes en un sistema democrático.
En el ámbito institucional, el Poder Judicial contribuye a la separación de poderes y al funcionamiento armónico del Estado. Su independencia respecto al poder político y económico es un pilar fundamental de la democracia, ya que permite que las decisiones judiciales se basen exclusivamente en criterios legales y no estén sujetas a presiones externas. Esto asegura la imparcialidad y la integridad del sistema judicial, fortaleciendo así la legitimidad de las instituciones democráticas.
Para los ciudadanos, el Poder Judicial representa una garantía de protección frente a posibles injusticias y abusos. La posibilidad de recurrir a los tribunales para resolver conflictos y hacer valer sus derechos es un elemento central de la democracia, que otorga a los individuos un medio para defender sus intereses y reclamar justicia. La confianza en la independencia y la eficacia del sistema judicial es crucial para el desarrollo de una sociedad democrática y pluralista.
En resumen, el Poder Judicial desempeña un papel fundamental en el funcionamiento del Estado de Derecho y en la consecución de una democracia avanzada en España. Su independencia, imparcialidad y eficacia son esenciales para garantizar la protección de los derechos fundamentales, resolver conflictos de manera justa y equitativa, y mantener el equilibrio entre los distintos poderes del Estado.
Por tanto, es responsabilidad de todos los ciudadanos y las instituciones preservar y fortalecer la independencia y la integridad del Poder Judicial como garante de la democracia y el Estado de Derecho. Es una pena cuando se nos olvida.