En Corea existe un antiguo proverbio, ‘in yeon’. Significa que cada interacción entre dos personas, incluso dos extraños cuyas ropas se rozan en la calle, nunca es por accidente, sino más bien el resultado elaborado de sus vidas pasadas. Es un concepto que trata de la relación entre personas y que se extiende más allá de una vida.

 

La película “Past Lives” desarrolla este concepto asiático. En España lo llamamos Providencia: “disposición anticipada o prevención que mira o conduce al logro de un fin”, dice la RAE. Cuánta poesía le falta a la RAE.

 

Yo me traigo el “in yeon” al aquí y ahora, eso que hubo entre dos personas, ese lazo me gusta imaginarlo como un canal de aguas subterráneas. Arterias que fluyen bajo un suelo invisible y que a pesar del tiempo y la distancia nutre todo lo que sobre ellas nace. Nuestro presente es un bosque donde las copas llegan a cielos a veces densos, a veces despejados, flores y pájaros colorean nuestro paisaje, el día a día de sucesos y acciones, decisiones y huidas, personas a las que amamos, todo lo que hoy acontece se humedece con la sangre de aquellos a los que estuvimos unidos, a los que nos dimos, que nos dieron, que nos quitaron. Nuestra vida es un bosque, nuestros vínculos su sustrato.