No es solo una situación de polarización, de crisis de la democracia o un episodio más de corrupción política en los partidos. Estamos empezando a vivir una crisis sistémica de la política y su incapacidad para resolver los conflictos en las sociedades. Ello augura un futuro muy preocupante. Lo mejor, aunque ellos lo crean, es no parecer que somos tontos.
Acabo de escuchar un debate, ¡ja, debate!, en la Asamblea de Madrid. Digamos que era una algarada callejera, en mi tierra todo hubiera sido una típica pelea criolla, donde con las armas características del gaucho: el facón, el rebenque, la boleadora, la chuza y el poncho enrollado al brazo a modo de escudo, teniendo como primer fin dar una buena estocada al adversario, bueno, al enemigo, lo de adversario se quedó olvidado. Esta era una "lucha de los muy machos", pero aquí en el edificio de Vallecas se ha llegado a la igualdad plena entre mujeres y hombres que nosotras siempre hemos aspirado. Aquí los gritos y los ojos de odio no tienen género. Qué lástima me da ver ahí al bueno de Juan Lobato, líder, mientras le dejen, de los socialistas madrileños que es de los pocos, poquísimos en la política española que demuestra talento y talante. Su futuro dependerá de Sánchez, que es el que ha convertido en figura del rock a Ayuso. La verdad es que los dos pertenecen a la misma estirpe de personaje madrileño, ese que desde por España se rechaza, chulos, prepotentes, arrogantes, a los que les pierde la frase y que casi siempre terminan con gracietas amenazadoras. Asimétricas. Vaya dos personajes que yo aventuro a que son monigotes del sinarquismo internacional que quiere gobernar el mundo sin ideología clara, pero amparando muchos intereses oscuros que van más allá de lo que los boludos votantes vemos. Los pisitos de unos y los negocietes de los otros gerenciados por las manos de sus medias naranjas pueden ser lo de menos y además todo, en este momento, sujeto a la especulación periodística. Todo se embarullará tanto que los jueces, distraídos con los intereses, se olviden del principal, ya veremos. Al final, ya verán, el novio de Ayuso es un agente ruso contratado por la sanitaria para que se la ligue y así poder hacer plata de verdad, ni amor ni nada. Y lo de la mujer de Sánchez, seguro que fue culpa de algún jefe de gabinete propio o adoptado que le encargaron que la lanzara en el quilombo de los negocios, para cuando él cobre a 10,000 las conferencias y mientras y tanto ella esté entretenida. En definitiva, España no sé si está peor que nunca o como siempre. Vaya Dios a saber, yo procedo de ese maravilloso país del cambalache donde siempre estamos excepcionalmente como siempre.
Seguro que el novio de Ayuso es un agente ruso contratado por la empresa sanitaria y poder hacer plata de verdad, ni amor ni nada. Y lo de la mujer de Sánchez, lanzarla en el quilombo de los negocios, para cuando él cobre a 10,000 la conferencia y mientras y tanto ella esté entretenida.
Lo importante es que ahora nos fijemos en otras cosas, para que como somos un poco giles no nos demos cuenta. En el fútbol no puede ser, pues es más de lo mismo o es lo mismo. Todos amigos y residentes en la República Dominicana, un, dos, tres... No, no, no. ¡Miren aquí que va a salir el pajarito! No ven que nos vamos de paseíllo torero por Oriente y aquí les van a contar el cuento de las mil y una noches… de los millares de viviendas, que salen de la lámpara. Ahora cambian el discurso, miren. Dos Estados. ¡Exijo! Y una conferencia de Paz, inmediata. ¡Exijo! Aclaraciones de cómo se ha producido el ataque a unos cooperantes. ¡Exijo! Se lo explico yo, desde el aire y por drones israelíes, más o menos como los otros más de cien cooperantes igualmente asesinados por el déspota israelí, que por cierto no le va a quedar otra que darse un chute de cicuta. Miren aquí, miren que voy a Arabia Saudí y sus vecinos, países todo ejemplo de respeto a los derechos humanos y a las mujeres. Ahora vamos a hablar de otra cosa. Miren, miren que sale el pajarito. Por cierto, sería bueno que en una de estas explicara cómo es esto de la compra y venta de armas. Usted, Presidente, el del discurso fácil y el tuit compasivo. Qué suerte tiene, qué suerte, la oposición también está mirando a ver por dónde sale el pajarito, no vaya a ser que salga el suyo.