Esto es un grave error estratégico porque ignora que el poder político principal reside en el Estado. Tratan de ser fuertes en Cataluña y son débiles en las relaciones de fuerza en el Estado. No comprenden que los cambios importantes requieren evitar un rechazo fuerte y prolongado en España.

 

Por ejemplo, ahora plantean una financiación "singular" para Cataluña a través de una negociación "bilateral" y rechazan el "café para todos". De esta forma, ya antes de empezar a negociar concitan recelos en el resto de España. Y además reclaman el 100% de los impuestos generados en su Comunidad. (Cataluña aporta el 20% del PIB de España).

 

Por otra parte, también se equivocan tácticamente, porque el independentismo y la desafección han disminuido mucho, aún teniendo en cuenta que unas elecciones autonómicas son diferentes. Puigdemont en Elna (Francia, 21-03-2024), aparte de hacer un meeting electoral, evidencia un reloj parado en 2017-2019.Y ERC tiende a ser arrastrado por Junts, postergando reivindicarse por su pragmatismo y capacidad de diálogo, al mismo tiempo que ERC y Junts están fuertemente enfrentados.

 

Cataluña tiene sin duda importantes singularidades, pero las cuestiones económicas, de financiación y de condonación de la deuda solo son viables en un marco multilateral (Gobierno, Comunidades autónomas, partidos políticos, ...). Viables desde un punto de vista político, de la opinión pública y las relaciones de fuerza en España, que es algo mucho más profundo que la actual aritmética parlamentaria. El rechazo al "café para todos" quedó debilitado ya desde el referéndum de 1980 en Andalucía.

 

El sistema de financiación está obsoleto, pero parece muy difícil actualizarlo con el actual reparto del poder en el Gobierno, el Congreso y las Comunidades Autónomas. Quizá requiera otra legislatura. Las Comunidades priorizan diversos intereses: población total, dispersión, envejecimiento, agua, predominio rural o urbano, inmigración, agravios históricos, etc.

 

La cesión del 100% de los impuestos a una o varias Comunidades grandes supondría un inmenso e improbable cambio del sistema económico-político.

 

2. Referéndums, autodeterminación, independencia

 

En Cataluña y en otras Comunidades autónomas se pueden hacer referéndums legales y vinculantes sobre reformas de sus estatutos, regulados en los propios estatutos. En la Constitución se prevén otras modalidades de referéndums que puede convocar el Gobierno de España. Sin embargo, en el momento en que se plantea "referéndum de autodeterminación", "referéndum con una pregunta sobre la independencia" o "derecho de autodeterminación" topamos con un grave problema constitucional y, más aún, con el problema político de pedir a los españoles la independencia de Cataluña. Lo que es un camino fuertemente desaconsejable, por no decir inviable y dañino.

 

Por otra parte, los socialistas de Cataluña no proponen un referéndum estatutario en este momento. La reforma del Estatuto u otros cambios de calado en el encaje de Cataluña requerirían un clima constructivo y amplios acuerdos.

 

3. Las Comunidades forales, Euskadi y Navarra

 

El marco legal de estas Comunidades está recogido en la Constitución (y sus estatutos) y se lleva practicando más de 40 años. Desde que cesó el terrorismo de ETA en 2011, la evolución de Euskadi y Navarra es claramente de estabilidad y lenta cicatrización de las heridas. Por ello, creo que es preferible centrarse ahora en Cataluña y las Comunidades de régimen común.

 

Por otra parte, el precedente de Euskadi y Navarra pudo servir para Cataluña en 1977-1982, pero no ahora que estamos lejos de un periodo constituyente.