Acabas los estudios, consigues trabajo (de lo tuyo o no, llega un punto que da igual), pasas por contratos temporales y por la insatisfacción de no poder conseguir nada mejor. Te esfuerzas y al final llega al ansiado contrato indefinido. La llave para abrir puertas, literalmente, porque sin él olvídate de comprarte o ni siquiera alquilar una casa. A todo esto, súmale un factor que muchos llamarán suerte. Otros lo llamamos esfuerzo en general. Y al final de todo ese camino por fin lo consigues, tienes una vida. Sería maravilloso, ¿verdad? Ahora abre los ojos, toca madrugar. Sigues en casa de tus padres, o compartiendo habitación con otra o incluso otras personas. Sobre lo de tener tu vida, ya si eso lo irás viendo con el paso de los años. Se te hace tarde, en demasiados aspectos.
Esa es la vida de un joven medio en esta maravillosa ciudad de Madrid, en la que todo el mundo quiere venir a la fiesta, pero a vivir mejor vete a otro sitio. Muchos te dirán que la ciudad es cara, que te vayas y encontrarás una vida mejor. Esa idea sería maravillosa menos por un detalle, trabajas en Madrid. Y quizás de lo tuyo encuentres fuera de esta ciudad, pero es posible que no. Las oportunidades grandes, en la mayoría de las ocasiones, tienen lugar en Madrid. Así que aquí te quedas, mirando los precios desorbitados de idealista u otras páginas similares. Que conste que lo has intentado, has ido a ver pisos incluso sabiendo que no lo valen lo que te piden de alquiler, pero siempre te tiran atrás.
En ese momento de amarga introspección, ves publicaciones y vídeos de youtubers o influencers varios que hacen house tour de su nueva casa. Esa casa se la han comprado gracias a ti, si ves sus videos o les sigues en cualquier red social. Te cabreas y cierras la aplicación. Sin embargo, el problema de que ellos lo tengan y tú no no es suyo, ni tuyo. Es un problema social al que nadie parece ser capaz de hacerle frente. Prefiero pensar que nadie es capaz de hacerle frente antes que decir que a nadie le interesa. La esperanza es lo último que se pierde según dicen.
¿Deberías haberte hecho youtuber? En la época en la que empezaron parecía bastante más sencillo que la física o la economía. Tendrías que haber aprendido a editar vídeos y ser un poco original. Con eso quizás habrías podido ir ganando seguidores poco a poco. Después tendrías que haberte adaptado a los streamings, es decir, a hacer en directo lo que sea que antes hicieses en vídeos. ¿Habrías podido hacerlo? Quizás si le hubieses invertido las mismas horas que a la universidad o al ciclo sí. Y ahora tendrías una casa, probablemente incluso varias, contribuyendo así a la especulación de esta maravillosa ciudad.
Teniendo en cuenta este presente y el futuro tan ilusionante que te espera, ¿de verdad le vas a recomendar a cualquiera seguir tus pasos? Ahora la sociedad pone el grito en el cielo porque los niños y las niñas prefieren ser creadores de contenido. ¿Para que vas a estudiar periodismo y hacerte cursos para poder trabajar en la radio, cosa que aunque te apasione nunca consigas? Hazte un Podcast en Youtube. Tendrás que invertir las mismas horas o más, pero si es interesante lo que cuentas podrás tener más repercusión que muchas cadenas de radio. Y seguramente podrás tener una vida y una casa en Madrid.
No voy a entrar en que la vivienda es un derecho, en que no es justo. Claro que no es justo, pocas cosas en la vida lo son. En todos sitios escuchas diferentes problemas asociados a las dificultades de acceso a la vivienda para los jóvenes y diferentes ideas sobre qué hacer para remediar la situación. Sin embargo, nadie hace nada. Es otro problema que utilizan de arma arrojadiza unos y otros culpándose mutuamente. ¿Dónde quedamos los jóvenes en medio de este ruido? Pagando precios abusivos por una habitación, cruzado los dedos porque el propietario no decida subir más el precio, o en casa de nuestros padres sin posibilidad de salir.