Mientras estamos acercándonos al segundo aniversario del inicio de la Operación especial militar (OEM) del Ejercito ruso en Ucrania llega el momento de analizar y desacreditar los mitos que existieron antes o aparecieron en su contexto.
Recordamos un poco el ambiente que existía en aquel momento. El factor que dominaba ha sido la presunta unidad del mundo occidental y que se reuniera para apoyar a Ucrania y ayudarla a derrotar a Rusia. En este artículo no tocamos ni las razones de Rusia para iniciar esta operación, ni sus intentos de resolver la crisis en Ucrania durante ocho largos años, a partir del 2014, cuando Kiev bombardeaba a las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk. Trataron de aplastar su deseo de independencia después del golpe de Estado en Kiev que llevó al poder a los ultranacionalistas ucranianos tan hostiles a Rusia y a todo lo ruso que prohibieron hasta el uso del idioma ruso en las regiones habitadas por rusos.
Desde el inicio de la OEM, el 24 de febrero de 2022, la Unión Europea ha impuesto 12 rondas (la 13a está a punto de entrar en vigor) de sanciones, sin contar a los EE.UU. y a otros países que forman parte de la coalición de 54 Estados que apoyan a Ucrania y prestan ayuda financiera y/o militar a este país en su lucha contra Rusia. Está claro que el objetivo de estas sanciones ha sido bien claro - arruinar la economía rusa, su sistema financiero y obligarla a aceptar su derrota. Este mismo objetivo pretenden dar al sector energético ruso, un golpe mortal y un intento de bloquear los suministros de carburantes rusos (gas natural, crudo y sus derivados) al mercado europeo e internacional. No olvidemos que en septiembre del año 2022 tres de las cuatro líneas de los gaseoductos Nord Stream I y II fueron estallados, después de que el mismo presidente Biden prometiera destruirlas en febrero del mismo año.
Así llegamos al primer mito de que se podría debilitar la economía rusa y estrangularla con las sanciones occidentales. Después de casi dos años y con más de 18.000 sanciones impuestas (un récord absoluto mundial), la economía de Federación Rusa ha crecido en 2023 casi 4 por ciento. El sector industrial ha demostrado un crecimiento aún más impresionante de 7 %. Incluso el propio Fondo Monetario internacional tuvo que corregir su pronóstico para el año 2024 aumentando este indicador hasta 2,6%. Hay que añadir que el pronóstico para UE para este año es casi nulo.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que Occidente ni sabe, ni entiende nada de Rusia. De que los esquemas básicos habituales para Occidente no funcionan allí. Bastaría decir que la evaluación más típica es que la economía rusa es tan débil y subdesarrollada que está por detrás de la italiana. El fallo más grave de esta estimación está en el propio método de evaluar. Contando por la paridad del poder adquisitivo (otro método admitido por IMF y Banco Mundial) ya es el más grande en Europa por delante de Alemania y el número 5 en el mundo un pelín por detrás de Japón. Otro factor importantísimo es la propia estructura de la economía. Por contraste de la economía occidental, con predominio del sector de servicios, la capitalización tremenda de los gigantes informáticos como Google o Facebook y dominación de los grupos financieros, en la economía rusa la parte más grande pertenece al sector real (la industria pesada y en gran parte el sector industrial militar). Todo esto permite a Rusia fabricar todo lo que necesita no solo para continuar la Operación Especial Militar sino para poder responder a la OTAN en el caso de una confrontación eventual.
Aquí llegamos al mito del presunto retraso tecnológico ruso. Dejemos en la incompetencia general de la Sra. Von der Leyen las declaraciones que Rusia tiene que sacar los chips de las lavadoras y microondas importados para meterlos en sus misiles. Para los que no saben o olvidaron Rusia sigue como una de las potencias más importantes espaciales. Es número uno en el mundo en fabricación y construcción de los reactores nucleares de última generación, construyendo más de 40 centrales nucleares en el mundo, teniendo la flota más grande de rompehielos nucleares. Esto sin hablar de submarinos nucleares estratégicos y misiles intercontinentales más modernos sin límites de distancia. Se mudan modestamente los expertos militares para no hablar de otros avances de la tecnología militar rusa como tres típos de los misiles supersónicos ya operativos, los láseres de combate "Peresvet" o un dron submarino nuclear que tiene la potencia de 200 megatoneladas y alcanza la velocidad de 200 nudos .
También se puede destacar que Rusia es una de las tres potencias en el mundo que tiene un ciclo completo de producción de los motores de avión turboventilador y de todos tipos de aviones civiles y militares.
Esta lista puede ser interminable. Para concluir un hecho muy curioso. En las redes sociales americanas recientemente aparecieron los videos de los drones repartidores inhabilitados circulando por las calles de Moscú y otras ciudades rusas. Los comentarios han sido inolvidables: "Somos nosotros quienes estamos 100 años retrasados. ¿Qué tonto ha dicho que sacan los chips de lavadoras?"
Otro mito que desapareció en el transcurso de esta crisis es el presunto aislamiento de Rusia en el mundo. Creando la coalición antirusa, presionando a sus aliados y colaboradores, los EE.UU. esperaron que esto tendría un efecto demoledor. La realidad es decepcionante. No solo que el resto del mundo no ha apoyado a esta coalición, sino que los propios aliados de la OTAN como Hungría o Eslovaquia empiezan a tener su propio opinión y mantienen relaciones comerciales y políticas con Rusia. Las potencias mundiales como China, India o Brasil estrechan las relaciones. Una agrupación BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Africa del Sur) ha aumentado el número de sus miembros hasta 10 este año, con más de 30 países esperando su turno de entrar. Todo esto significa que no solo Rusia no está aislado, sino que el mundo está cambiando. Un sistema unipolar se convierte en multipolar con nuevos centros de influencia como China, Rusia, India. Los Estados Unidas como monopolista anterior paso a paso pierde su importancia y su influencia en el mundo, aunque no se atreve admitirlo intentando imponer su voluntad y organizar nuevos focos de tensión en diferentes partes del mundo como Ucrania, Oriente Próximo, Golfo Pérsico o Mar de China oriental.
El último mito que desvelemos en este artículo (de verdad hay muchos más que merecen el formato más grande del estudio) es la supuesta superioridad de las armas y la técnica militar occidental sobre los equipos antiguos sovieticos y de fabricación rusa más reciente. Desde el principio de este conflicto los medios ucranianos y occidentales intentaron crear y mantener la sensación de que el arsenal militar ruso es tan obsoleto que no aguantará contra los equipos militares occidentales, Las expectativas ucranianas del empleo de los cohetes antitanques Javellin han sido tan grandes que la pusieron en el ícono en la Iglesia como Santa Javellina. Hay que decir que estas expectativas han sido tan exageradas y los equipos han fallado tantas veces en el frente de combate que los soldados ucranianos empezaron a tirarlos prefiriendo los modelos antiguos soviéticos. Pero el fallo más épico ha esperado el famoso tanque alemán Leopard. Apareció en el frente unos días después del inicio de la muy promocionada y esperada ofensiva ucraniana en junio de 2023 (que por fin ha fallado humilladamente) y terminó quemado en el campo de batalla. Se publicaron las fotos de numerosas de docenas de los tanques Leopard I y II y los carros de combate Bradley quemados en el frente de Donbás y Zaporoye.
No se quiere decir que las armas rusas dominan en todos los sentidos. No es así. La guerra contemporánea es una carrera interminable de los inventos tecnológicos en todos los campos y sectores militares. Es una guerra de los drones, de la lucha radioelectrónica, de la inteligencia militar y de los satélites de reconocimiento. La gran diferencia entre Rusia y Ucrania es que la primera depende de si sola y fabrica todo lo que falta con la pequeña ayuda de otros países con quien colabora como China, Irán o Corea del Norte. Ucrania, al revés, depende en todo, incluyendo proyectiles, artillería, tanque, misiles y mucho más de sus aliados occidentales. Para decir a verdad no es la guerra entre Rusia y Ucrania sino entre Rusia y la OTAN. Y cuando hay problemas o retrasos como ahora con los suministros o financiación se resulta en graves problemas en la economía o en el frente de combate.
Como conclusión hay que destacar que el grado de confrontación es tan alto que en estos momentos no se ve las perspectivas de alguna solución paciífica. Más que esto a pesar de que el proyecto del documento de paz ha sido preparado y rubricado en abril del año 2022 fue el primer ministro británico Johnston quién ha convencido al presidente Zelenski de tirarlo a la basura. Rusia no descarta las conversaciones para solucionar este conflicto siempre y cuando se respete sus intereses y se alcanzan los objetivos de esta operación. Es el Sr. Borrell quien ha dicho el 30 de enero que la guerra debe seguir y el suministro de armas aumentarse hasta la victoria final de Ucrania. A esto solo se puede recordar el destino de Napoleón y Hitler quienes también tenían ilusiones de derrotar a Rusia.