Me horrorizan las actitudes de odio.
los nuevas inquisidores,
la estupidez humana.
la irracional radicalidad,
la intransigencia,
los que señalan con el dedo.
Te cuelgan por los pies,
O te colocan en el punto de mira de una diana.
Me horrorizan los “graciosillos”,
los sin sentidos,
lo espurio,
lo falaz.
la incultura del odio al diferente,
la del insulto,
de la estulticia,
de la sabiduría diletante,
la prosopopeya
estúpida y contumaz.
Me horroriza el horror de los que yerran,
el falso ingenio,
las frases hechas,
los que siempre tienen razón.
Me horroriza el terror de las guerras.
el paso del tiempo.
el olor de la muerte.
Me horrorizan quienes sienten horror,
pero son incapaces de mirar su propio horror.
Me horroriza
un mañana sin presente,
un presente sin ayer
y un futuro sin nada.
También me horrorizan
los golpes de pecho,
los fariseos,
los saduceos,
la sonrisa del hipócrita,
la perfidia,
los mercaderes del templo…,
y también los del tiempo.
Me horrorizan los patriotas de sí mismos,
los inconscientes,
los salvapatrias,
los nacionales…
… y los nacionalistas,
los volubles,
los que no entienden nada ni esperan hacerlo …
Me horrorizan los sueños rotos,
las vidas truncadas,
la desesperación de quien nada espera,
el vocerío hiperbólico.
Me horroriza la pijería,
la estupidez
y la arrogancia sobrehumana.
Me horroriza la mentira deliberada,
la post verdad
y la ignorancia mundana que las da cobijo.
Me horrorizan los navajeros del verbo,
y también, los de la palabra.
Me horrorizan los radicales de la estupidez
y de la nada,
los hiperbóreos,
los “hacedores” de ingenio.
Me horroriza la geoestrategia,
sus bombas y sus escombros,
el olvido de las gentes,
sus cabezas rotas,
los reventados pulmones,
las tripas esparcidas
y los muertos desangrados.
… en una calle cualquiera,
de una ciudad cualquiera,
de un país cualquiera…
Me horroriza la oclocracia
y también la anti política,
los ortodoxos convencidos
y los heterodoxos convencionales.
Y también me horroriza
La locura de los cuerdos
y la frágil cordura de los locos…