La situación política en España el 22 de noviembre de 1975 era significativamente diferente de la situación política actual en varios aspectos clave.
En su contexto histórico, España estaba en un periodo de transición democrática después de la muerte de Franco en 1975. Este año marcó las primeras elecciones democráticas desde 1936, lo que significaba un cambio radical del régimen autoritario de Franco hacia una democracia parlamentaria. El país estaba marcado por la incertidumbre política, la reorganización de partidos políticos y la creación de nuevas instituciones democráticas. Los partidos políticos estaban en proceso de formación y consolidación. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Felipe González, y la Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por Adolfo Suárez, eran los principales actores políticos. No podemos olvidar la incipiente presencia del Partido Comunista en el exilio en nuestro país a través de figuras como Santiago Carrillo, así como la canalización del voto de la derecha franquista a través de partidos como Alianza Popular, encabezada y liderada por Manuel Fraga Iribarne.
La conjunción de todos estos partidos y circunstancias dio lugar al nacimiento de un movimiento muy importante para la trascendencia futura de nuestro país, como fue la jura de su majestad el rey Juan Carlos I el 22 de noviembre de 1975.
La escena política actual es más diversa y fragmentada; el Partido Socialista Obrero Español sigue siendo un actor clave, pero hay una mayor presencia de partidos de derechas como el Partido Popular y de extrema derecha como Vox. Por otro lado, los partidos nacionalistas y regionalistas tienen un papel excesivamente prominente, y hay una mayor presencia de partidos de izquierda como Sumar o Unidas Podemos.
Desde 1977, España ha experimentado cambios significativos sociales y económicos; la integración en la OTAN en 1986 y en la Unión Europea han tenido un gran impacto en nuestra economía y sociedad. El país ha visto avances en derechos sociales y civiles. En resumen, la política española ha evolucionado desde un estado de transición post dictadura a una democracia parlamentaria y moderna con un espectro político mucho más diverso y complejo.
Comparativamente, la ley de amnistía de 1977 en España fue una pieza legislativa clave en la transición del país a la democracia tras la dictadura de Francisco Franco. Esta ley tuvo un impacto significativo en la política y la sociedad española de la época, y su legado continúa siendo un tema de debate hasta el día de hoy. Promulgada el 15 de octubre de 1977, la ley de amnistía buscaba facilitar la transición a la democracia; su principal objetivo era liberar a presos políticos y permitir el retorno de exiliados. La ley abarcaba delitos políticos, de opinión y aquellos actos de intencionalidad política cometidos antes del 15 de diciembre de 1976. También incluía delitos cometidos por funcionarios y autoridades durante el ejercicio de sus cargos. Esta ley fue un paso crucial en el proceso de transición, ya que permitió la reintegración de opositores políticos y la reconciliación nacional. Facilitó la legalización de partidos políticos y sindicatos y ayudó a crear un ambiente más abierto para el diálogo político y las reformas.
En comparación, la proposición de ley de amnistía de 2023 tiene por objeto anular la responsabilidad penal administrativa y contable de personas vinculadas con el proceso soberanista en Cataluña. Su alcance afectaría a más de 300 independentistas y 73 policías relacionados con el procés catalán. Se enfoca en hechos ocurridos entre el 1 de enero de 2012 y el 13 de noviembre de 2023. Surge en un entorno democrático consolidado centrado en el tema del independentismo catalán.
En resumen, mientras que la ley de amnistía de 1977 fue un instrumento clave en la transición de una dictadura a una democracia y abordaba delitos de una amplia gama política, la proposición de ley de 2023 se enfoca específicamente en el contexto del independentismo catalán y de los eventos asociados al procés. Ambas leyes reflejan los desafíos políticos y sociales de sus respectivos tiempos, aunque en contextos muy diferentes.
Marco Tulio Cicerón decía en su discurso contra Berres: “Cuando en un Estado se invalidan las sentencias judiciales, no hay nadie que no comprenda que eso es el colapso total de tal Estado”. Entre todos debemos hacer un esfuerzo por volver a una convivencia nacional e intentar recordar el espíritu de la transición en nuestro país y no caer en las consecuencias tan nefastas que nos enumeró Marco Tulio Cicerón.