OpenAI ha sido nombrada el startup más popular del planeta este año. El lanzamiento de ChatGPT supuso un avance sustancial en el mundo de los chatbots y un cambio radical para los usuarios, tanto por la capacidad de consultar y recibir respuestas inteligentes como por la generación de texto o ejecución de tablas.

 

La Inteligencia Artificial (IA) ha emergido como una fuerza motriz detrás de la revolución tecnológica que está transformando radicalmente nuestro mundo. En los últimos años, hemos sido testigos de avances significativos que han llevado a la IA más allá de los límites de la imaginación, cambiando la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Esta innovación imparable está desencadenando un cambio sísmico en diversas industrias y, al mismo tiempo, plantea preguntas fundamentales sobre ética, privacidad y el futuro de la sociedad.

 

La fabricación se ha vuelto más eficiente gracias a la automatización impulsada por la IA, y en el sector financiero, los algoritmos de aprendizaje automático están revolucionando la gestión de riesgos y la toma de decisiones. 

 

Lo que hace que la IA sea tan impactante es su capacidad para innovar de manera continua. Los sistemas de IA pueden aprender y mejorar con el tiempo a medida que se les proporciona más datos y retroalimentación. Esto significa que la tecnología nunca se estanca; en cambio, evoluciona constantemente para adaptarse a nuevas demandas y desafíos. La rápida evolución de la IA ha llevado al desarrollo de sistemas autónomos, robots inteligentes y asistentes virtuales cada vez más sofisticados.

 

El futuro de la IA parece ilimitado. Desde vehículos autónomos hasta diagnósticos médicos personalizados y asistentes virtuales cada vez más inteligentes, la innovación de la IA seguirá moldeando nuestro mundo de maneras que aún no podemos imaginar completamente. Sin embargo, este futuro también plantea la necesidad crítica de regulación, ética y una comprensión profunda de cómo integrar de manera responsable la IA en nuestra sociedad. Y sobre todo una necesidad de que no sea única la herramienta y no esté controlada por una única empresa. Este objetivo es muy difícil, por cómo se ha estructurado la misma empresa OpenAI.

 

La figura más relevante, y que ha sido y es la cara visible -provocadora y excéntrica-, es Sam Altman. Y su principal accionista e inversor estratégico es Microsoft, quien ha invertido en la compañía más de 13.000 millones de dólares, controlando un 49% del capital.

 

La pasada semana, la situación de la compañía se convulsionó: se despidió al CEO y fundador y entró un nuevo Consejo de Dirección. 

 

Sin embargo, antes de que estallara la guerra, la empresa estaba inmersa en una oferta de venta de participaciones liderada por Thrive para permitir a empleados y exempleados vender acciones, lo que implicaba una valoración de 86.000 millones de dólares. Todo esto se paró y se desmoronó ante el despido de Altman. Tras el revuelo, Sam Altman ha vuelto a la empresa de la mano de Microsoft. Así que veremos como evoluciona todo otra vez. 

 

Me da la impresión de que las fuerzas las tienen más renovadas y la innovación de la IA va a llevar a la humanidad a nuevas fronteras de posibilidades tecnológicas. Mirando hacia el futuro, veo un horizonte donde la IA continuará moldeando experiencias de los usuarios manera única y personalizada. 

 

ESO SÍ, TENGAMOS CUIDADO PORQUE EL GIGANTE MICROSOFT NOS ESTÁ MIRANDO DE REOJO.

https://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/society/20200827STO85804/que-es-la-inteligencia-artificial-y-como-se-usa?at_campaign=20234-Digital&at_medium=Google_Ads&at_platform=Search&at_creation=DSA&at_goal=TR_G&at_audience=&at_topic=Artificial_Intelligence&gclid=EAIaIQobChMI-s-L3u3aggMVwYbVCh2qugBSEAMYASAAEgKefPD_BwE

https://www.lavanguardia.com/andro4all/tecnologia/microsoft-ficha-a-sam-altman-tras-ser-despedido-de-su-puesto-de-ceo-de-openai

 

Álvaro Valverde es Economista. Profesor de Gestión de empresas.
https://twitter.com/alvagonsa