Publicado el 24 de octubre a las 11:22
Argentina, país conocido por la dulce de leche, un acento villano y seductor, el fútbol de Messi y un caos político sin precedentes, se recupera de sus elecciones presidenciales este domingo. Y dentro de esa puesta en escena, un chascón no sólo se coloca como caballo ganador, sino que se apodera del escenario.
Javier Milei , el economista libertario y portentoso candidato presidencial se asoma como el próximo presidente de la Argentina. Le va ganando por distancia al actual Ministro de Economía Sergio Massa, y por vueltas a Patricia Bullrich, dejando respirando polvo a los demás candidatos, que parecieran no existir.
Controversial es poco para describir al pelucón de la banda La Libertad Avanza. Ha aparecido en televisión nacional con un palo pegándole a una piñata que le llama Banco Central. Autodenominado un defensor férreo de la libertad, le escupe figurativamente a lo que le denomina “la casta,” las personas que hoy se aprovechan del oscurantismo disfrazado de Estado
Llena estadios y promete un Estado más pequeño, y ha transmitido ideas, digamos, interesantes, respecto al tráfico de órganos, por ejemplo. Es curiosa la figura de Milei.
Para deshonra de los bitcoiners, Milei quiere dolarizar la economía Argentina—que hoy destaca por casi un 50% de pobreza a nivel nacional y una inflación de tres digitos en lo que va del año.
“Dinamitar” al Banco Central, como ha dicho alguna vez Milei, de hecho se podría decir que es su principal carta ganadora. En Argentina suben los precios mientras estás en la fila del supermercado, y el dólar blue sobrepasó los 1000 pesos hace poco.
Levantar el control de capitales, congelar el tipo cambiario, permitir que los dólares fluyan libremente por la economía, y que el Central se convierte en un polvillo, es la estrategia de Milei para revitalizar una economía destruida. ¿Cómo se va a realizar, sin embargo?
Hoy, muchos de los dólares que existen en Argentina no viven dentro de bancos tradicionales, sino que en efectivo. Muchos de nosotros hemos cruzado la frontera forrados en verdes, sólo para que nos pasen canastos de pesos argentinos de vuelta. Ese efectivo no va a parar a una institución financiera, dada la historia de corralito que tiene el país—y su historial político acompañante.
El nivel de reservas es un tema no menor en Argentina. De acuerdo a sus agencias de estadísticas, sus ciudadanos guardan alrededor de $250 mil millones de divisas extranjeras fuera del sistema bancario, “bajo el colchón” y en otras cajas fuertes. Para los aficionados de los números, eso corresponde al 10% de todos los billetes en su circulación.
Por otra parte, según datos del Instituto Internacional de Finanzas, Argentinos guardan otros $250 mil millones en activos líquidos fuera del país. ¿Logrará Milei “repatriar” esos morlacos?
¿Qué ha dicho el Fondo Monetario Internacional? Se reirán algunos ante la pregunta, pero el órgano aún mantiene un gran poder en el país, chupando recursos a través de los préstamos depredadores que acostumbra hacer.
“Dolarizar no sustituye una política fiscal sostenible,” explicó Rodrigo Valdés, el economista chileno que dirige la región Latinoamericana para el FMI. Igual que muchos, pone en duda el nivel de reservas que tiene el país para realizar semejante transición, y llama a la calma. “Es algo además que requiere mucho apoyo político que van a tener que buscar,” dijo en una reciente entrevista para El País, y alguien denominado radical como Milei podría tener problemas en ese frente.
¿Y Bitcoin?
Bitcoin ha aparecido algunas veces en la conversación de los tecno-optimistas Argentinos. Como buenos bitcoiners, muchos son escépticos de Milei (dado que es un político), pero aplauden su existencia y el llamado que hace a “devolver el dinero al sector privado.”
Ahora bien, por más que Milei sea tildado de bitcoiner, tras algunas conversaciones, la realidad parece ser otra. Según Manuel Ferrari, miembro de la mesa directiva de la ONG Bitcoin ARgentina, “probablemente no entienda bien,” apuntando a un video del candidato donde indica que no es especialista en las criptomonedas.
Los fieles proponentes del oro digital quizás tengan que esperar un tiempo, o una transición, antes de que un segundo líder (no olvidemos al salvadoreño Nayib Bukele) respalde públicamente la criptomoneda y la inserte con políticas públicas reales en la economía local.
Países en crisis, como Argentina o Venezuela, van a usar la divisa que más les convenga—probablemente el dólar. Por más que muchos queramos derrumbar al verde, y todo lo que conlleva, es difícil imaginarse una hiperbitcoinización, o incluso una bitcoinización, en el corto plazo.
Argentina, en todo caso, es una hervidero de las criptomonedas. Como dicen muchos de la zona, su pasado reciente con el corralito y su desfile de políticos paupérrimos los hacen naturalmente inclinados hacia un sistema que no pueda tocar “la casta.” Pero eso no significa que Milei vaya a levantar esa bandera, por más que sea libertario y hable de vez en cuando del dinero privado.
Ganando las elecciones el domingo e instalándose en la Casa Rosada, Milei promete grandes cambios, y tiene a muchos optimistas. Muchos políticos lo han hecho antes que él, y lo seguirán haciendo después que él. Los bitcoiners, más que nadie, sabrán qué hacer.