Eran años muy complicados, donde la incertidumbre era de todo tipo, una inflación descontrolada, unas instituciones llenas de “amigos” del antiguo régimen, terrorismo y, un pueblo admirando la revolución de los claveles y a una Europa que era el lugar donde más se respetaban los derechos humanos. No, cualquier tiempo pasado no fue mejor, simplemente éramos más jóvenes.
Después de más de 40 años alguien ha sacado del baúl de los recuerdos la amnistía, etimológicamente amnesia, olvido… Hay que buscar en el propio sentido de las palabras para comprender lo que realmente se quiere realizar, siempre pueden decir que no hay un solo texto ni iniciativa presentada, pero cuando los palmeros se ponen a defenderla, es mejor poner las barbas a remojar.
Hay palabras que según el interés de los que mandan o quieren mandar aparecen en nuestra actualidad, cuando se necesitan ciertos apoyos, se buscan fórmulas para ganar la voluntad de esos votos que les faltan para poder estar o seguir en el poder. No seamos ingenuos, quien tiene posibilidades de mandar lo intenta por todos los medios, pero ¿todos son lícitos?, ¿hay alguna línea roja?
No podemos olvidar cuando, hace ya décadas, el señor Aznar hablaba Catalán en la intimidad, las mil negociaciones con los partidos que han hecho de bisagra en nuestro país, Convergencia y PNV, cuantas negociaciones y cuantas cesiones, que nunca tienen fin, pero el que algo quiere algo le cuesta. La culpa puede ser el sistema electoral, de lo mal que lo hacen los grandes, del “chachachá”, nunca de quienes piden lo que creen que es mejor para los suyos, ellos sí se presentan con ese programa ante los electores, ellos siempre han hablado de un país plurinacional.
De verdad, alguien se cree que la utilización de las lenguas vernáculas de cada comunidad autónoma en el Congreso era una exigencia del electorado, en cuantos programas electorales lo hemos visto. Sin duda su utilización, su reconocimiento, son patrimonio de todos y merecen el mayor de los respetos y apoyos, eso sí, se ha tenido que esperar a la imposición de un grupo, para que ello fuera posible, o alguien se cree que se hablaría catalán, gallego, euskera… en el Congreso si el PP o el PSOE tuvieran mayoría suficiente.
Hablando de programas electorales, como manifestaba un famoso político cordobés, son el contrato entre los ciudadanos y quienes les representan, por ello repetía, reiteradamente, programa, programa y más programa. Claro que tampoco estaba en ningún programa de los grandes partidos los indultos, la derogación del delito de sedición y, algo que tenía que causar sonrojo, la rebaja penal del delito de malversación.
Esto del mercadeo o negociación, según el prisma de cada uno, es tan viejo como el intercambio, “change” entre los hombres. Lo que hace unos meses era inconstitucional, cerrado con mil llaves, por necesidad pasa a ser una posibilidad. Siempre habrá algún catedrático cercano al poder que haga una nueva lectura más laxa del texto constitucional. Si el art. 62 prohíbe expresamente los indultos generales, por mucho que se quiera distorsionar, el mismo es muy claro. “El Rey ejerce el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales”.
Lo que quieren llevar a cabo recuerda aquello del cazador que “le pilla” el guarda forestal con un jabalí y le va a poner la correspondiente sanción, él, inmediatamente, lo tira al río y le dice que no está cazando sino pescando… o el sucedido en aquella estación de tren, donde había un cartel “prohibido subir perros al tren” y un señor, se empeña en subir con su oso, con la disculpa de que de los osos no decía nada.
Es curioso que hay toda una corte de profesionales, de esos de enorme prestigio, por cierto que siempre son los mismos, ellos sacarán la interpretación legal, ética y moral que sea más conveniente para sus intereses. Recuerdo de mis tiempos mozos de universidad había un profesor de derecho constitucional, que ya por aquellos tiempos nos decía, además de abrirnos los ojos sobre el Tribunal Constitucional, que no forma parte del Poder Judicial, es un órgano político elegido por el poder legislativo.
Nos contaba que el ala mayoritaria del Alto tribunal se reunía en cierto lugar y tomaba una decisión X. Luego con sus amplios conocimientos ya vestirán la decisión de legalidad. Verdad, mentira, todo depende como tantas veces del color del cristal por donde se mira y es que, verdades absolutas, pocas y en boca de quienes tienen las palabras como instrumento de convencimiento de la población menos. Eso sí, hay una responsabilidad individual en nuestro voto, que tirar la piedra y esconder la mano es un deporte muy practicado y si con ella le das en la cabeza, al contrario, al enemigo, mejor… Hay mucho hooligan en la política y nostálgicos del blanco y negro.
Ahora bien, los que igual pedimos la amnistía y el olvido, somos muchos ciudadanos cansados de ver como los políticos, aquellos que prometieron transparencia, hoy son los que dicen que hay que negociar con sigilo, que tu mano izquierda no sepa lo que le das a la derecha disfrazada o viceversa. Cientos de familias en Cantabria llevan más de cuarto de siglo esperando que se haga justicia, con miedo a que les derriben su hogar, sus ilusiones, sus recuerdos, con unas administraciones condenadas y estos ciudadanos inocentes pagando la pena que les corresponde a quienes dirigían esas instituciones, para estas familias no hay amnistía, ni justicia, ni se repara el daño causado. aquí dejo un enlace de la historia interminable de esa injusticia.( https://www.facebook.com/INOCENTESDECANTABRIA/?locale=es_ES )
Nunca hay que cerrarse ninguna puertas a posibles soluciones, aunque la única justificación que parece tener, actualmente, una amnistía o una ley similar, es que con la misma logre favorecer el interés general, ello sólo se pueda demostrar con el compromiso de los amnistiados con esa medida tan excepcional sirviendo para solucionar un gran conflicto de forma definitiva.
Este artículo fue escrito en sala de espera de un hospital donde, sin duda, nos importa muchos más que estas amnistías y sus líos, que haya sanitarios suficientes recibir una atención médica de calidad, que tengamos presupuesto suficiente para la aplicación de la ley de la dependencia, que la educación no seamos de los últimos, que nuestra juventud pueda hacer un proyecto de vida, que nuestras libertades y los derechos fundamentales sean respetados… Amnistía o amnesia es una terapia que a veces necesitamos para seguir con nuestras vidas.