Como suele suceder en geopolítica, cuando se mueve una parte del tablero, algunos aprovechan para mover otra parte, más rezagada. Es el caso de Níger dónde responsables del Ejército dieron un golpe de mano militar el pasado 26 de julio y derrocaron el Presidente Mohamed Bazoum elegido democráticamente en doble vuelta el 27 de diciembre del 2020 y el 21 de febrero del 2021, con el 55,7% de los votos.
Francia con tradicional influencia en la región, parece no se ve capaz de solucionar el conflicto del Sahel que abarca una amplia zona desde el Atlántico Norte al Mar Rojo, incluyendo Mauritania, Mali, Níger, Chad y Sudan del Norte. Estados Unidos ha reaccionado rápidamente y aparte de desplazar a la zona a la subsecretaria de Estado Victoria Nuland, el mismo secretario de Estado Antony Blinken, manifestó en declaraciones que era preferible la via diplomática que una intervención armada. Es exactamente lo que busca la CEDEAO, comunidad económica de estados de África Occidental, para restablecer el orden Constitucional. Según su opinión lo que ha pasado en Níger no ha estado instigado por Rusia o por Wagner, pero hay intentos para aprovecharlo.
Las conversaciones de la subsecretaria de Estado, han dado un resultado nulo. El silencio de Macron presidente de la que fue potencia colonial del Níger y países vecinos, es sonora, dispone de 1.500 soldados en una base al lado de Niamey, contingente que debía ser el núcleo de la fuerza residual antigihadista. Estados Unidos cuenta con 1.000 militares preparados en la zona, pero las palabras de Bilken no se encaminan hacia el uso de la fuerza. Los insurgentes han nombrado un primer ministro civil lo que los sitúa lejos de retroceder posiciones y se interpreta como un primer intento de impulsar un gobierno de transición que tienen intención de tutelar. La preocupación de Estados Unidos en pleno conflicto en Ucrania se centra en evitar que Moscú avance en el Sahel implantando una nueva guerra fría en el Siglo XXI.
Más aún Níger es el 5º productor mundial de uranio. Mientras los aviones de combate de Francia bombardeaban esta semana bases y depósitos islamistas en el norte de Mali, un despliegue de fuerzas especiales francesas fue enviado al vecino Níger. El objetivo, tal como confirmó el lunes el presidente nigerino Mahamadou Issoufu, era proteger una de las mayores minas de uranio del país. De hecho, Níger, con quien Mali comparte una frontera de 840 kilómetros, tiene unos de los mayores depósitos de uranio del mundo y ocupa el quinto puesto como productor mundial de este mineral para la generación de energía nuclear. La mina que las fuerzas francesas están protegiendo - dijo el presidente Issoufu - es la Arlit, operada por la compañía francesa Areva, que juega un papel esencial en la minería de Níger.
Francia - uno de los países con más centrales nucleares del mundo - produce casi 80% de su electricidad de plantas atómicas. Obtiene gran parte del uranio que necesita para su consumo interno de las minas de Arlit e Imouraren, ambas ubicadas en una remota región del norte de Níger. Como las malas noticias nunca llegan solas, hay que pensar también en el refuerzo que la situación dará a las mafias de la migración ilegal hacia España e Italia. En el caso de España, via Argelia y de allí a las Baleares, que ya se está reactivando desde el acuerdo con Marruecos de control de fronteras. Las relaciones de España con Argelia no son precisamente confortables desde el reconocimiento de los derechos de Marruecos sobre territorio Saharaui.
Sobre el autor
Anna Balletbò
Anna Balletbò es licenciada en Ciencias de la Comunicación e Historia Moderna y Contemporánea, y diplomada en Periodismo y Ciencias de la Educación. Presidenta de la Fundación Internacional Olof Palme. Entre 1980 y 2000 fue diputada en el Congreso de los Diputados.
Desde 1973, ha colaborado como periodista en diferentes medios de comunicación, como el País, el Diario de Cataluña, La Vanguardia, Radio 4, COPE, Ona Zero, COM Radio, Antena 3, TV3 y Tele Cinco.