El detonador de esta reflexión es la encuesta del Real Instituto Elcano sobre Marruecos publicada en abril de 2023. El resultado de la misma resalta la esquizofrénica relación de los españoles con el vecino del sur, para entendernos más los “moros”.
La encuesta afirma que los españoles consideran Marruecos una prioridad para las relaciones de España con el exterior, pero no es el caso cuando se trata de los “moros”. ¿Cuál es la diferencia? O ¿Por qué los españoles diferencian - en su prioridad - entre Marruecos y los Marroquíes? “.
En mi casi 40 años de vida en España, he tenido la oportunidad de conocer tanto la élite española - políticos, sindicalistas, periodistas e intelectuales etc.- como los ciudadanos normales “de a pie”, he podido comprobar que la relación con el marroquí no es nada ajena a la imagen adquirida en el pasado, con el tiempo me di cuenta que los españoles no rechazan a un moro cualquiera, sino el moro dibujado y forjado en el imaginario colectivo de los españoles.
Una afirmación frecuente de un español cuando conozca a un marroquí con cierta formación intelectual es: “Tu no pareces “Moro”, al principio no entendía el porqué de esta afirmación, pero con el tiempo empecé a entender que yo no soy el prototipo del moro que tienen en el imaginario colectivo los españoles, no soy aquel moro con que el General Odonél justificaba su guerra “victoriosa” de Tetuán en 1860, o más tarde las guerras del Rif en el norte de Marruecos, o aquellos moros que servían para asustar los niños y diciplinarlos de noche, ni los moros que amenazaban la fe cristiana, tampoco soy el prototipo del moro infiel y pagano, ni el moro “mójame” vendedor ambulante o peón de construcción que apenas balbucea en castellano.
Curiosamente y cada vez que entablaba una larga conversación con los españoles “de a pie” descubro que el mismo moro es considerado listo, astuto, fuerte y valiente, las veces que he oído elogios de mujeres españolas a su marido diciendo “mi marido es muy macho y valiente como un moro”, y si es listo se referían a él “el moro muza” y para avisar de que no hay peligro aclaman “no hay moros en la costa”, y mucho más ejemplos de esta imagen que los españoles conservan en su memoria colectiva de un pasado dominado por las guerras.
En cambio el país de los moros fue siempre una prioridad para recuperar la gloria perdida en América latina, precisamente después de la guerra de cuba, una prioridad también para hacer negocios, e incluso fue Marruecos una cantera de soldados en la guerra civil que el bando golpista liderado por Franco aprovechó.
Hoy en día Marruecos sigue siendo una prioridad para la seguridad de España frente al terrorismo y la emigración irregular y mucho más intereses.
Lo que esta encuesta refleja, es lo que popularmente se denomina una relación de “amor y odio”, un amor justificado por las riquezas que promete el país, y un odio que justificaba entonces cualquier medio para hacerse con las mismas, lo que viene a interpretar otro dicho popular español “Te prometo el moro y el oro”.
Esta percepción refleja la conciencia colectiva española frente al moro como amenaza y fuente de riqueza a la vez, una esquizofrenia colectiva fruto de una vecindad históricamente plagada de guerras y disputa por la dominación..
Es una reflexión más sobre esta peculiar relación entre parientes alejados por circunstancias históricas e intereses de los poderes de cada época, dominados por imágenes ficticias del uno sobre el otro, pero volviendo a la encuesta del Real instituto Del Cano, ésta demuestra que ambos pueblos son conscientes de que son inseparables y ambos se necesitan, de alguna forma se quieren y necesariamente tienen que entenderse.