La Sirenita está dirigida por Rob Marshall y protagonizada por la cantante (y ahora también actriz) Halle Bailey acompañada por Javier Bardem (Rey Tritón) Melisa MacCarthy (Ursula)  y Jona Hauer-King (Eric) entre otros.

 

La historia es bien conocida por todos, pues adapta a imagen real ‘La Sirenita’, clásico de animación estrenada en 1989.

 

Disney a día de hoy lleva ya un largo recorrido en sus adaptaciones Live Action. 

 

Empezó mucho antes de lo que creemos realmente con 101 dálmatas, más vivos que nunca’ (‘101 Dalmatians’, 1996) la cual obtuvo una secuela en 2001 titulada 102 Dálmatas. Más adelante  llegaron títulos como Cenicienta’ (‘Cinderella’, 2015), El libro de la selva' ('The Jungle Book’, 2016) El rey león’ (‘The Lion King’, 2019) La dama y el vagabundo’ (‘Lady and the Tramp’, 2019) Aladdin’ (2019) Dumbo’ (2019) Mulan’ (2020)  Cruella’ (2021) Pinocho (2022) Peter Pan (2022) y ahora La Sirenita.

 

Todas estas adaptaciónes tuvieron una premisa en común, sus directores tenían que tener directores de renombre que fueran capaces de empapar de su estilo y buen hacer estas nuevas versiones de los clásicos animados , por ello en estas películas se pueden encontrar nombres a los que acompaña ahora Rob Marshall como lo son Kenneth Branagh, Jon Favroreu, Guy Ritchey y Tim Burton entre otros.

 

¿Por qué Disney busca mercantilizar la nostalgia a través de estas nuevas adaptaciónes? Realmente empresarialmente es una jugada maestra ya que alberga dos nichos de público , las nuevas generaciones que por primera vez son conocedores de estas historias (público categóricamente principal a pesar de lo que opinen algunos) y efectivamente el segundo nicho que apela directamente a esos niños que crecimos viendo estos clásicos animados y queremos volver a repetir la experiencia con estas nuevas adaptaciónes.

 

Después de una ya larga lista de adaptaciónes podemos decir que efectivamente estás adaptaciónes no tienen la misma magia que sus predecesoras animadas , pues bien aquí yo digo lo siguiente….más o menos… queridos lectores, más o menos…

 

Las adaptaciones animadas a diferencia de sus adaptaciones en imagen real tienen dos grandes ingredientes que sus hermanas de imagen real , no tienen. Para empezar ¡La duración! Asi es mis queridos lectores, las cintas animadas condensaban y narrativamente funcionaban más porque, estás historias duraban un específico  tiempo que oscilaba siempre entre los 80 a 95 mint de metraje, duración más que suficiente para contarnos una historia con la que hacernos disfrutar. El otro ingrediente es la edad, ya que en si nuestra niñez hizo de filtro vinculado proporcionalmente a nuestra propia emoción y a ese momento tan dulce de nuestras vidas, la niñez , esto hace que estas cintas se consideren y se categoricen desde que un cariño y un bonito recuerdo.

 

Con esto no quiero decir que estás maravillas de la animación estas sobreconsideradas debido al elemento de la niñez , pero desde luego añade un punto extra a la hora de revisitarlas, pues lo hacemos desde un prisma emocional.

 

El problema de las adaptaciones a imagen real es que de alguna manera, navegan entre la adaptación y la identidad propia , y  son ingredientes muy complicados de cohesiónar, la prueba más certera es que cuando alguna de estas cintas se a atrevido a tener una identidad distinta a sus predecesoras el público a respondido de manera positiva.

 

¿Aporta algo volver a hacer la misma película? 

Cinematográficamente si, no por el cuento adaptado , pero si por la manera de contarlo, la animación en los últimos 30 años a cambiado por completo. Estamos de acuerdo que objetivamente estás obras animadas anteriores permanecerán inmortales y podrán ser vistas una y otra vez por generaciones venideras. Ya que el cine afortunadamente es inmortal.

 

Pero las generaciones venideras ya están acostumbradas a consumir un producto cinematográfico contruído de una manera distinta al homologo a mi época y anteriores épocas. Efectos especiales , CGI, videojuegos y animaciónes ultra realistas caminan a sus anchas en estos tiempos y esto no es malo, pero si definitorio a como se consume audiovisualmente. 

 

Afortunadamente el valor artístico es algo que se puede enseñar y podemos hacerlo reconocible a estos niños que en un mañana serán adultos.

 

La tecnología puede que a ojos del espectador haga en cierto producto cinematográfico faltó de encanto y magia , pero recuerden que la magia no es objetiva, pues tanto en los autores como en los espectadores, la magia aparece según el corazón con la que se mire . 

 

Vayan al cine, disfruten todo lo que puedan, hagan de ello una experiencia inolvidable y eterna, pues nosotros los cinéfilos somos capaces de construir recuerdo inolvidables delante de una pantalla de cine.

 

Ahora sí me disculpan voy a buscar lo más vital degustando una banana mientras sueño con una visita guiada bajo del mar.