Publicado el 19 de mayo a las 9:38
Una estación de tren y un billete perdido. Enseres y maletas, recuerdos, el tren partió con un solo viajero. Mujer sin padre, que mira al cielo, que ve las vías por donde partió aquel tren, y le canta. Lo siente cuando amanece por las mañanas y cuando la luz del crepúsculo hace su entrada. Es una llama que no se apaga, es una llamada que no cesa. Y María Villarroya lo canta con garra y desgarrada. “No hay muerte que no me devuelva a la belleza”.
Va hacia la luz, porque aunque el viaje sea Solo Ida , y nadie volverá, en realidad, si los recordamos con ese cariño, nadie se marcha. Por eso puede parecer que está “Muerta en vida”. Pero por eso sonríe, por eso canta con nostalgia y melancolía, acompañada magníficamente por su hijo Daniel Villarroya que también ha hecho los arreglos, que pone emoción a la voz de esta gran artista de corazón gigante, de temple y voz limpia, de vivo amor, de sentimientos que flotan en el aire, voz de nube, mujer engrandecida y mirada fuerte.
No es fácil “Decir adiós”. Y vemos a la cantante/actriz frágil y poderosa al mismo tiempo, abriéndose paso en la niebla de la nostalgia y el recuerdo. Su voz clama: fados, baladas, jazz, boleros, silencios cantados , el viento en su voz, el sonido del tren en su garganta, corazón de cristal, coraza de música, “abrazos perdidos”, árbol que canta, “maleta vacía”. Se acoge doliente al abrazo, abre sus puertas y ventanas y nos ofrece un concierto intimista, pero cercano, casi de buhardilla por los tejados de su pasado, en el sótano donde la luz que entra es la de su propia alma, en la estación en la que espera que alguien venga a buscarla, quizás su hijo, siempre la esperanza. Es un recorrido por su adolescencia y su pasión, la energía que le transmitió su padre, el “cuadro inacabado”, que ella completa en este autorretrato realista, la guitarra con las cuerdas bien templadas.
Solo ida, no cesa de latir, al compás del corazón, al estremecimiento de la piel, a la extensión de su dolor que se convierte en homenaje, dulce amor filial, porque las cosas suceden así, sencillamente, con el sabor de la miel entre los dientes y del té amargo entre los labios.
María Villarroya canta sus canciones como pan que nos alimenta, que nos hace falta, y nos permite quedarnos en sus dominios, en su casa, en su historia, en su trayecto sin vuelta ni marcha atrás.
Miguel Rellán la ha dirigido, con la sensibilidad necesaria para que no nos cansemos de escucharla. Recordar no es solo viajar al pasado, también es llegar a lo más alto de las murallas del momento actual, en el que ella nos da a probar la esencia de la paz que ahora la circunda como si estuviéramos al calor del fuego, en una chimenea de amor, en una velada compartida donde se mezclan los momentos alegres con los inevitables de nostalgia. Nicolás Pérez Costa nos ambienta esa estación de partida, de espera, de fotografía, de añoranza.
Bellas canciones, magnífica voz, poéticas letras, espléndidas músicas emocionalmente ejecutadas al piano por Daniel Villarroya . Mis ojos y mis oídos agradecen esta estrella que reluce en la noche callada. “Fuiste árbol” y en el viento que mueve tus hojas y tus ramas, María Villarroya traduce su sonido en las canciones que nos arraigan al corazón.
Solo ida, regresaremos al hogar de sus recuerdos, mientras avanzamos en este ir hacia aquello que, inevitable, nos aguarda.
FICHA TÉCNICA
Idea, textos, canciones e interpretación: María VillarroyaDirección: Miguel RellánArreglos y acompañamiento musical: Daniel VillarroyaProducción, sonido e iluminación: Carlos Gómez y Óscar GómezDirección escénica: Nicolás Pérez CostaEspacio: Teatros Luchana, todos los domingos hasta el 11 de junio
Sobre el autor
Alberto Morate
Alberto Morate es profesor de literatura, dramaturgo, cronista de teatro, director de escena, poeta,… Su obra se extiende por el Teatro (7 libros publicados), un texto narrativo (La estatua de Lope de Vega), un Ensayo (Teatro en el colegio traducido a 8 idiomas). Incluido en diversas y variadas Antologías Poéticas, cientos de reseñas teatrales, artículos y Poesía, con 10 poemarios publicados hasta la fecha. También organiza recitales, ha escrito prólogos y presentado libros a colegas poetas.