Publicado el 25 de abril a las 13:28
Hay personas muy sesudas que se dedican a pensar cosas que son muy importantes para todos y, otras, que nos dedicamos a las que nos importan a todos. Ambos somos necesarios, y, por eso, aprovecho para pedirle a los sesudos que también se acuerden de nosotros. Os cuento.
Un día cualquiera, a la diestra la lista de recados institucionales y otros varios y a la siniestra la espada desenfundada. Dígase los elementos propios de la resiliencia esa de la que ahora tanto se habla.
Abierta la puerta de toriles, pase al primero, entro en el Registro de la Propiedad ….para empezar, la finca no aparece, menos mal que tengo una nota simple expedida por el mismo Registro que si no…..para continuar le solicito tímida y humildemente que me indique la solución a un problema relativo a la inscripción (aclaro que nada relacionado con el carburador de mi vehículo o con la gotera del grifo de casa) y, ante mi sorpresa y escándalo, la respuesta es “ni idea” e insisto con un ¿quién puede saberlo? Y me insisten “ni idea”….enfundo la espada, monto en mi caballo y me alejo por el horizonte del “a saber”.
Y….pase al segundo, entro en el Ayuntamiento. Con miedo y duda imprimo un ticket y sudo pensando en la bronca que me van a montar si no es la ventanilla correcta ….Alivio, he acertado! Soy un lince! Desde el inicio sujeto entre los dientes el documento notarial que acredita mi titularidad sobre el bien para el que solicito un certificado , pero, en la pantalla no aparece la misma información…Mecachis la pantalla! ….Sonriente insisto en mis argumentos y de repente, tras solicitar hablar con un superior, un teclado comienza a tener vida propia, una pantalla lanza destellos y una impresora escupe un documento. Sin mediar palabra me hacen entrega oficial del documento , me desean un buen día y me despiden amigablemente. Siento que he vencido, no que tenga derecho! ¡Qué miedo!
Continúa el día. Por falta de tiempo le pido a mi madre que acuda a una Administración de Fincas para recoger un certificado. Era el cuarto que nos entregaban. Los tres primeros los recogimos tres jóvenes maduros, con mochila vital y correosos, no nos cobraron ni un duro! Acude mi anciana madre y le soplan veinte Euros! De manera fina y sosegada, les llamo y les pregunto si había alguna deuda. Nooooo, es que están obligados a cobrar por la expedición de certificados! Y, las tres veces anteriores? Y la información previa del coste para poder optar por otro procedimiento? Por cierto, a mi madre no le dieron ni recibo ni factura . Ahora vivo una agitada relación epistolar digital con la citada por veinte Euros de honra, dignidad, transparencia……más Resiliencia!
Del estoicismo al hedonismo después de un master en inteligencia artificial. ¿ Se acordarán de nosotros los humanos en los programas electorales?
El último de una entidad bancaria y os dejo ir a cenar. La situación vital es conversación telefónica para obtener información sobre una documentación requerida que todavía no me han remitido. Argumento támpax (viejuno pero queda mejor que copa menstrual) la protección de datos que parece que lo dice todo y no significa nada……pero cuando pronuncio las palabras mágicas de “graben esta conversación” me dicen que tengo que solicitarlo por escrito! Y cuando les indico que quiero hablar con un superior el pobre empleado del callcenter me dice que no hay y que su Jefe ya se ha ido! Le digo que suerte tiene su Jefe y me cuelga. También tienen un número de was genial. Mantienes conversaciones con Siri, Alessa o las dos al nivel de las empanadillas de Móstoles de Martes y Trece. Bárbaro!
Agotamiento total y no lo cuento todo!
Españolito que vienes al mundo prepárate cual hueste romana, con peto y espada para sobrevivir en este mundo civilizado a la guerra de la calle. Porque esto no va de público o privado, de grande o pequeño, es una mancha de aceite que se ha extendido a todo y que no para en generaciones.
No están, no se les espera, se esconden, te avasallan, ni digitales ni analógicos, son, somos, seres hartos, cansados, dolientes y dolidos a quienes la vida ha engañado al hacernos creer que facilitar genera problemas y que implicarse es peor. Del estoicismo al hedonismo después de un master en inteligencia artificial. ¿ Se acordarán de nosotros los humanos en los programas electorales?