Aunque todos sabemos que durante los años lacónicos de la dictadura política y moral mucho de ese doblaje tenía que ver con censurar mensajes que pudiesen ser comprometidos para una sociedad ciega y sometida a la que había que mantener dormida.

 

Forma parte de esa tradición la traducción del título de las películas. Cambios imposibles, traducciones disparatadas,  juegos de palabras absurdos. Y también aciertos reseñables. Como el de la peli que vi ayer. Almas desnudas de Max OphÜLs, una joya del cine noir, de belleza visual y con una historia de conflicto  y redención personal maravillosa. El título original es The reckless moment. Un instante imprudente. Pero sin duda me quedo con la traducción. Es cierto que un instante fatal cambia la vida de la protagonista y de ahí todo el devenir de acontecimientos; pero ella y su partener, James Mason, son eso: Dos almas desnudas. Dos seres humanos peleando contra la coraza que la vida nos cose, dejando entrever por las fisuras la esencia que todos llevamos dentro.