El hombre es un animal político, como se deduce de la racionalidad que Aristóteles definía como característica que le diferenciaba del resto de los animales. Pero eso era por entonces. Ahora ya sabemos que, además del hombre hay que hablar de la mujer y, sobre todo, que racionalidad tiene diversas acepciones y que, si deriva de razón, no toda racionalidad es muy distinta de lo que a algunos animales les mueve a hacer lo que hacen.
Algunas de esas actividades le asemejan a algunos animales y nuestro idioma está repleto de frases y modismos que explican esas semejanzas. Por ejemplo, ese carnaval montado por VOX y al que llaman moción de censura , podría celebrarse con una suite de Saint-Saëns, su famoso "Carnaval de los animales ". Con el debido respeto para los participantes en el referido show, paso a explicarme.
En primer lugar, utilizar el artículo 113 de la Constitución para organizar ese espectáculo, alguien lo podría calificar como dar gato por liebre y no por el hecho de que el presunto candidato, Ramón Tamames , sea gato, por haber nacido en Madrid, ni porque, no teniendo VOX un mejor candidato, hayan tenido que salir de caza con un gato al no tener un perro. No, no, sino porque esa pantomima que ha montado VOX carece de la menor posibilidad de servir a los efectos del referido precepto constitucional que no es otro que retirar la confianza al presidente del gobierno para provocar su dimisión.
Por ello, Abascal, menudo pájaro, dice haber encontrado un mirlo blanco en la persona de don Ramón, aunque, por las características del personaje, más parece un pichón que otra cosa. Con ello, lo que pretende Abascal es matar dos pájaros de un tiro, Sánchez y Núñez Feijóo. Del primero de ellos, en su delirio, Abascal puede pensar que, al estar Sánchez al final de su mandato, se ha convertido en un pato cojo al que cualquier cisne negro como el de Ferrovial, le puede debilitar favoreciendo su moción de censura. A Núñez Feijóo, Abascal, el muy cuco, le quiere poner unos cuantos huevos en su nido para ver lo que saca de esa simbiosis permanente que existe entre esos dos partidos. Ya se sabe que VOX es una rémora para el Partido Popular de la que le cuesta deshacerse.
Pero, por mucha que sea la trayectoria profesional del personaje y la presentación superlativa que se haga de él, al final es lo que es y ya es sabido que de un cerdo se puede hacer un cerdo muy rápido pero nunca un caballo de carreras. Se pueden destacar su obra escrita y su camaleónico paso por distintas formaciones políticas para destacar su experiencia pero, al final, aunque la mona se vista de seda, mona se queda y Tamames, en este momento, es un tigre de papel, cuando no un fósil. Por ello, mucho me temo que el artista invitado de la función, don Ramón Tamames Gómez, quede como el patito feo de la bandada.
A no ser que cunda cierta conmiseración entre los diputados y, quizás, menos entre alguna diputada como la portavoz del Partido Popular. Ella se puede poner como una hiena, como hizo Casado en su momento con Abascal, o recordar que perro no come carne de perro ya que próximamente vienen unas elecciones tras las cuales, las posibilidades de éxito del Partido Popular pasan por acuerdos con VOX, por lo que, ambos partidos, no se pueden llevar ahora como el perro y el gato ya que, en nada, tendrán que comportarse como dos tortolitos.
El respeto a la institución, la cortesía parlamentaria y la consideración con la edad, puede hacer actuar al PSOE como un lobo con piel de cordero
Respecto del PSOE, lo normal sería que, como las águilas no se ocupan de las moscas, le contestara cualquier diputado de la última fila desde su escaño . Sin embargo, el respeto a la institución, la cortesía parlamentaria y la consideración con la edad, les puede hacer actuar como un lobo con piel de cordero, envolviendo en suaves formas un contenido contundente. Obviamente no creo que falte alguna referencia a las gallinas, como característica de la falta de gallardía de quien no ha querido subir a esa tribuna para hacer el triste papel encomendado a ese pollo.
Rufián ha propuesto hacerle la cobra al candidato mediante el procedimiento de ningunearle no contestando su discurso, pero estoy seguro de que don Gabriel, experto en el show business parlamentario, sabía perfectamente que no iba a ser aceptada esa propuesta y se ha limitado a mostrar su desprecio con el simple gesto de proponerla. Porque, esa pseudo moción, por muy esperpéntica que parezca, y por mucho que se la quiera ignorar, es una realidad de esas que se conocen como un elefante en la habitación. Mas zorro ha estado el señor Baldoví anunciando que hará lo mismo que haga el presidente Sánchez, el directamente interpelado.
Otros diputados se pegarán como lapas a la censura al gobierno pero se dividirán entre halcones y palomas a la hora de mostrar ese acuerdo. Alguno, especialmente en el grupo mixto, se lanzará como un buitre contra Sánchez al que se le tienen ganas, aunque saben que es muy difícil ponerle el cascabel al gato. Por eso, y porque el pescado está vendido de antemano, el resultado parlamentario será el previsto. También el mediático porque, cada cual, arrimará el ascua a su sardina comentando lo que haya sucedido durante la representación.
En fin, que, esperando que aquello no acabe como un bebedero de patos, podamos escuchar el final de la música de Saint-Saëns con esos dos pianos sonando mientras los diputados, y diputadas, abandonan sus escaños y se van, cada mochuelo a su olivo.