Los incendios forestales es una de las consecuencias más graves del cambio climático. Este verano chileno ha sido trágico. Este fenómeno no nos es extraño, ni en España ni en otros muchos países. Sólo nos acordamos mientras el bosque arde y luego se nos olvida. LA HORA DIGITAL ha solicitado a expertos chilenos que nos cuenten las causas y consecuencias de lo que esta pasando. Esperemos ser capaces de tomar lección de lo sucedido.
Por más de treinta días, la zona centro-sur de Chile, específicamente las regiones del Maule, Bío Bío y Ñuble, se ha estado quemando. Alrededor de cuatrocientas mil hectáreas y cerca de mil quinientas viviendas han sido afectadas; veintiséis personas han fallecido, y siete mil seiscientas personas, junto a más de veinte mil animales domesticados y silvestres, han sido damnificados.
La prioridad en este momento es detener los incendios que siguen en curso, con el fin de evitar más daños, y comenzar la reconstrucción de hogares, comunidades y nuestros ecosistemas.
Los incendios son fenómenos naturales en muchos ecosistemas, pero en años recientes se ha visto cómo estos incendios han aumentado en alcance, duración y consecuencias(1). Estos megaincendios no solo están pasando en Chile, sino también en otros países con clima mediterráneo, caracterizado por inviernos suaves y húmedos, y veranos muy secos, largos y calurosos. Algunos ejemplos son Australia, España, Estados Unidos, Francia, Italia y Sudáfrica. Por la crisis climática, en estos países, las condiciones meteorológicas que propician incendios han aumentado, como el aumento de la sequía, altas temperaturas del aire, baja humedad relativa, fuertes vientos, erosión de suelos y aumento de materia seca. Al mismo tiempo, en su informe reciente, titulado “Propagándose como un incendio forestal: la creciente amenaza de incendios excepcionales en paisajes”, la ONU indica que la crisis climática también está contribuyendo a un riesgo elevado para el Ártico y otras regiones anteriormente no afectadas por los incendios forestales. No solo estamos viendo cómo estas catástrofes se están extendiendo a nuevas geografías, sino también estamos viendo graves afectaciones para comunidades locales, particularmente aquellas personas que han sido socialmente e históricamente excluidas, como mujeres, niñas y jóvenes, comunidades indígenas y rurales, personas con discapacidad y adultos mayores, entre otros.
Entre mucha angustia, frustración y tristeza, estas últimas semanas, tanto organizaciones como personas individuales nos hemos preguntado por qué Chile se encuentra en esta situación nuevamente, dado que el país vivió una catástrofe de similar magnitud hace tan solo cinco años (2). Reconociendo los impactos agravantes de la crisis climática y ecológica, urge reconocer y abordar las causas raíz del problema y tomar acciones que lleven a cambios estructurales. De no hacerlo, nos estaremos enfrentando a incendios forestales de esta magnitud (o más severas) mucho más frecuentemente, en lugar de cada cinco años.
La raíz de estas catástrofes sobrepasa la chispa que inicia, intencional o accidentalmente, los incendios: se trata de acciones antrópicas de mayor escala, es decir, la deforestación, las plantaciones forestales y la falta de planificación, preparación e inversión estatal para un contexto de crisis socio-ambiental. No estamos hablando, por lo tanto, de un caso aislado ni de un sólo factor, sino que de un problema sistémico e histórico que está vinculado a múltiples factores interrelacionados, que se exacerban por la crisis climática. Las intervenciones humanas, particularmente aquellas de gran escala y vinculadas a las actividades económicas más dominantes del país, han contribuido y seguirán contribuyendo significativamente a que los incendios forestales persistan y se propagan de manera más fácil.
Los bosques nativos desempeñan un papel fundamental en regular el ciclo del agua y las temperaturas de nuestro planeta
Los bosques nativos y su deforestación y degradación
Cuando llegaron los colonos españoles a Chile, deforestaron y degradaron el bosque nativo (3) chileno con el fin de obtener materia prima para la construcción y producción de energía. Hasta entonces, gran parte del territorio centro-sur de Chile había estado cubierto por bosques nativos (4) (en la zona central del país de bosque Esclerófilo y en la zona sur, de bosque Siempreverde). De ahí en adelante, para el desarrollo de las industrias agrícolas, ganaderas y forestales del país, y más recientemente, terrenos para usos habitacionales en zonas periurbanas y rurales, ha continuado -y se ha expandido- la deforestación. En base a las estadísticas de las últimas tres décadas, se estima que en Chile se pierde un total de sesenta a setenta y un mil hectáreas anuales de bosque nativo (5). Particularmente en la zona centro-sur del país, el bosque nativo ha sido intensamente deteriorado por intervención humana.
Los bosques nativos desempeñan un papel fundamental en regular el ciclo del agua y las temperaturas de nuestro planeta. En comparación con otros tipos de paisajes, estos bosques son capaces de interceptar, retener y evaporar una mayor cantidad de agua, así como de filtrar y mejorar su calidad. Estos ecosistemas forestales naturales actúan como una esponja: lentamente, los árboles liberan agua transpirando y el suelo, a través de manantiales subterráneos, alimentan a los ríos (6). Así mismo, uno de los procesos más fundamentales de los bosques es la captura de carbono y almacenamiento de este como biomasa. La deforestación es una actividad extractiva sin límite, que no sólo tala árboles pero también disminuye la biodiversidad y la calidad y cantidad de agua en los ríos y esteros, como también la calidad de los suelos afectados por erosión y acidificación de los suelos. A través de la deforestación, estamos eliminando una parte esencial de los ciclos naturales de nuestros ecosistemas y su capacidad de regeneración.
El asentamiento y la expansión de la industria forestal
Muchos de los territorios que han perdido sus bosques naturales son actualmente terrenos agrícolas o plantaciones forestales. La industria forestal dirigida a mercados internacionales, que producen y exportan pulpa y papel, predomina en las zonas donde se han visto la mayoría de los incendios del 2022-2023 (entre las regiones de O’Higgins y Los Lagos). En estas plantaciones forestales, el sesenta por ciento corresponde a pino radiata y el treinta y tres por ciento a especies del género eucalipto. Estas son dos especies exóticas que en sus hábitats naturales suelen depender del fuego para la apertura de sus frutos y diseminación de sus semillas (7). La gran extensión, homogeneidad e inflamabilidad del material combustible de las plantaciones forestales (8) favorecen la severidad y propagación de los incendios forestales. De hecho, desde 1985, de los incendios forestales que han sucedido en Chile, 50% de las superficies quemadas han sido plantaciones forestales, el 20% ha sido los bosques nativos, 17% matorrales y 8% pastizales . En otras palabras, estas plantaciones crean corredores de combustible que propagan y dispersan el fuego mucho más rápido y por más tiempo.
Maite Smet es cientista política ecofeminista que ha trabajado durante más de once años con organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas y movimientos sociales en África, América Latina, Asia y Europa por la justicia de género, ambiental y climática. Actualmente, Maite colabora con Regenerativa en Chile y la Red Internacional de Forestería Análoga.
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1.- ONU Programa para el Medio Ambiente, Comunicado de Prensa: El número de incendios forestales aumentará un 50% en 2100 y los gobiernos no están preparados, advierten los expertos, Febrero 2022.
2.- En el verano del año 2017 la zona centro-sur del país fue afectada por un mega-incendio forestal que se extendió entre el 18 de enero y el 5 de febrero, principalmente en las regiones de O’Higgins, el Maule y el Biobío. En total 467,537 hectáreas y más de 25,000 viviendas fueron afectadas.
3.- En la legislación chilena el bosque nativo es descrito como: bosque formado por especies autóctonas, provenientes de generación natural, regeneración natural, o plantación bajo dosel con las mismas especies existentes en el área de distribución original, que pueden tener presencia accidental de especies exóticas distribuidas al azar. (LEY 20283 LEY SOBRE RECUPERACIÓN DEL BOSQUE NATIVO Y FOMENTO FORESTAL).
4.- Lara, Antonio, Solari, María Eugenia, Prieto, María Del Rosario, & Peña, María Paz. (2012). Reconstrucción de la cobertura de la vegetación y uso del suelo hacia 1550 y sus cambios a 2007 en la ecorregión de los bosques valdivianos lluviosos de Chile (35º - 43º 30´ S). Bosque (Valdivia), 33(1), 13-23. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-92002012000100002
5.- Estado del Medio Ambiente en Chile 2018, Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, página 180.
6.- Water Stories, El ciclo completo del agua
7.- Plantaciones Forestales - CONAF
8.- Incendios forestales en Chile: causas, impactos y resiliencia. Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Universidad de Chile, Universidad de Concepción y Universidad Austral de Chile, página 50.
9.- Incendios forestales en Chile: causas, impactos y resiliencia. Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Universidad de Chile, Universidad de Concepción y Universidad Austral de Chile, página 13.
10.- https://www.eldesconcierto.cl/opinion/2023/02/16/incendios-forestales-para-una-agenda-ambiental.html