El desabastecimiento de algunos medicamentos en el ámbito europeo, un poco más exacerbada en el español con casi 600 referencias afectadas en los últimos meses, se considera uno de los efectos colaterales de la guerra en el este de Europa.
Sin embargo, creo que es demasiado simple ese planteamiento circunstancial y quizás habría que recapacitar sobre otros factores estructurales que pueden incidir aumentando el problema.
Desde hace décadas una de las medidas estrella de casi todos los gobiernos, independientemente de su situación en el espectro político, se centra en la contención del gasto farmacéutico para los Sistemas Nacionales de Salud. Esto comprende medidas de rebaja de precios constantes de los medicamentos más usados. Como ejemplo, el omeprazol se comercializó hace unos 30 añosa un precio equivalente a los 35 euros por envase y en la actualidad ha llegado a 2,42 euros en nuestro país. El nuestro es el que tiene los precios más bajos de toda la UE, se calcula que un 16% en promedio pero en productos de gran consumo el precio de Alemania y Suiza es, en muchos casos, hasta diez veces por encima del nuestro.
Esta política de precios, hace que la fabricación de ciertas materias primas no pueda realizarse en nuestro continente porque los gastos de producción no permitirían la rentabilidad de las empresas.
Por ello, desde hace tiempo la fabricación de estos productos se realiza casi exclusivamente en Asía, (India, China y Corea, principalmente)
Durante la pandemia ya se vio que esta situación revestía un riesgo para nuestro continente ya que aquí los laboratorios solo envasan y comercializan estos productos. Sin embargo, no se han instaurado medidas eficaces para paliar esta situación.
En Alemania últimamente se replantean su baremo de precios ya que, no solo hay que tener en cuenta las dificultades de traslado de las materias primas sino la competencia por las mismas que están apareciendo por parte de países que al mejorar su nivel de vida, reclaman para su población los medicamentos necesarios para atenderla.
En cuanto a la competencia entre países hay que considerar que los distribuidores europeos compiten también entre ellos. El de medicamentos es un mercado muy regulado y no existe la libre circulación de mercancías que se estableció para la UE pero, aunque hay restricciones, existe ese mercado que nos deja a nosotros en inferioridad de condiciones ya que es posible comprar medicamentos baratos en España y venderlos más caros en Europa aunque no de una forma muy masiva.
La pandemia fue un golpe para los planteamientos globalizadores de mercado, pero las guerras, sobre todo las de proximidad dificultan aún más los transportes no solo por impedimentos geográficos sino por el encarecimiento de combustibles u otros problemas logísticos como disponibilidad de materiales como palés o contenedores.
De ahí la importancia estratégica de tener en el propio territorioi fabricación de bienes necesarios como el caso que nos ocupa.
Hasta el siglo XX la terapia con medicamentos no hay sido realmente eficaz.
Es importante que sigamos de cerca la evolución de un sector en el que España está empezando a recuperar su importancia
Durante siglos el papel de los mismos ha sido más paliativo que curativo.
Sin embargo, los resultados con medicamentos biológicos nos están llevando a terapias regenerativas y están cambiando por completo el paradigma de nuestra supervivencia..
El modelo teórico de ir ganando tiempo de supervivencia nos lleva a romper los límites hasta ahora establecidos en nuestras expectativas. El número de personas centenarias cada vez es más significativo y también aumenta el número de años con un estado saludable.
Por ello, es importante que sigamos de cerca la evolución de un sector en el que España está empezando a recuperar su importancia y que puede significar una importante apuesta por la ciencia y tecnología que nos beneficiarían de muchas formas.
Por ejemplo, un informe de Farmaindustria señala que en España hay actualmente 103 laboratorios, más 46 fabricantes de principios activos de uso humano y 24 de veterinario. En conjunto generan 183.000 empleos y producen 16.000 millones de euros.
Según Javier Urzay (subdirector de farmaindustria) “estos datos sitúan a España como uno de los países europeos con mayor potencial de fabricación de este sector en un momento en el que los medicamentos han demostrado ser un bien estratégico y de seguridad para los países”
También se señala que tenemos las bases apropiadas para convertirnos en un gran hub de producción de medicamentos en Europa.
En este sentido, el futuro Plan Estratégico de la Industria Farmaceutica que ha anunciado el Gobierno puede ser el instrumento adecuado para impulsar el sector y disminuir nuestra dependencia de otros países, en orden a evitar incertidumbres en nuestra seguridad y salud.