Publicado el 5 de enero a las 15:20
Ya tenemos datos de la contratación laboral durante 2022. Con esos datos oficiales en la mano, resulta que, durante el año pasado ha habido más de 1.200.000 trabajadores fijos que el año anterior y un 1.000.000 de trabajadores a tiempo parcial menos.
Naturalmente, como las cosas no se ven igual si se miran desde posiciones distintas, hay un cierto debate sobre el tema de los trabajadores fijos discontinuos que, para algunos, suponen una distorsión de las estadísticas. Pero, de lo que no puede haber duda es de que, en este año, se han creado casi medio millón de nuevos empleos y más de un cuarto de millón de personas han pasado del paro a trabajar . Por terminar con los datos, la seguridad social registra 20,3 millones de cotizantes , cifra desconocida durante los últimos años. Y, además, los dos sectores sociales más beneficiados parecen haber sido las mujeres y los jóvenes. Parece un buen balance.
No creo que todo eso sea debido a las cosas más relevantes que han pasado durante este último periodo. Ni el mundial de futbol en Qatar, ni la victoria del Real Madrid en la Champions ni, mucho menos, la guerra en Ucrania, parece que hayan podido influir en esa mejora del mercado laboral. Todo apunta a que, junto con el progreso de la economía española en relación con los años anteriores, pudo haber tenido más influencia la convalidación del "Real Decreto Ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo", que tuvo lugar el 3 de febrero de ese año.
Esta nueva legislación, fundamental para regular las condiciones en las que las empresas podían contratar trabajadores, venía precedida de muy malos augurios. En el mejor de los casos, iba a haber un extraordinario aumento del paro que, en el caso más extremo, llevaría al país a una ruina duradera durante décadas.
Quizás por ello, el decreto ley del "gobierno Frankenstein" no logró el acuerdo de sus tradicionales compañeros de viaje, modelo separatista. Tanto PNV y Bildu como ERC se sumaron , esta vez, a las filas del PP y VOX para derogar el citado decreto ley. Incluso dos diputados de Union del Pueblo Navarro, grupo que había anunciado su voto afirmativo, se vistieron con sus mejores galas de tránsfugas para votar negativamente. Esta vez, los tradicionales denostadores de los separatistas no tuvieron ningún escrúpulo en votar con ellos y menos remilgos hicieron, lógicamente, con los tránsfugas, asiduos acompañantes del PP.
La situación era muy complicada para la suerte del decreto ley. Diputado a diputado, los componentes de los partidos favorables al asunto superaban, en solo tres votos, 176 a 173 , a los contrarios. En ese momento, los dos tránsfugas navarros volcaban la situación hasta una derrota, 175 a 174 de la reforma laboral. La situación era desesperada para la suerte del real decreto.
Apareció un tal Alberto Casero haciendo de deus que, con la ayuda de una machina de funcionamiento informático, votó a favor de la convalidación del real decreto, cambiando el 174-175 contrario por un 175-174 favorable.
Esta es una situación que los autores de tragedias de la Grecia clásica, resolvían (me suena haberlo recordado alguna vez), con un deus ex machina . Como su nombre indica se trataba de que un personaje ajeno a la trama, un deus , generalmente, se introducía en la escena mediante una machina de poleas y, con su poder sobrenatural resolvía el problema.
Como si la historia la hubiera escrito un poeta trágico de los de entonces, apareció un tal Alberto Casero haciendo de deus que, con la ayuda de una machina de funcionamiento informático, votó a favor de la convalidación del real decreto, cambiando el 174-175 contrario por un 175-174 favorable. No voy a referirme aquí al escándalo que ello produjo en las filas del partido de Alberto Casero, que, claramente, no disfrutaron con el desenlace de la trama. No. Me quiero referir a la importancia que tuvo ese hecho y al reconocimiento debido al protagonista de la escena.
Si convenimos en que la reforma laboral ha sido beneficiosa para la creación de empleo en España y para la mejora de la calidad de ese empleo, debemos de felicitar a la ministra de trabajo, a sus compañeros de gobierno y al presidente del mismo por proponerlo. Si, aunque hay que recordar que eso va incluido en su sueldo. Pero, en estos momentos de balance anual, es de justicia reconocer la labor de la persona que, desafiando la ira, o el desprecio, de sus correligionarios tuvo el gesto de poner el interés nacional por delante del de su propio partido haciendo posible la reforma laboral. Aunque, quien sabe si por modestia, prefirió esconder su gesta en un episodio de confusión digital mediante la que, supuestamente, habría metido la mano donde no debía. Quiero decir, esta vez, el dedo.
Alberto Casero . Uno de los personajes del año ya pasado. Junto a Zelensky, Putin, Isabel II, Carlos Alcaraz o Karin Benzema. Al menos, mi reconocimiento, lo tiene. Y, según creo, el de las redes sociales, también. Solo falta que el gobierno lo haga con la imposición de la medalla al Mérito en el Trabajo. Pocas se habrán concedido con más méritos.