UN ARTÍCULO DE KALA BONDARENKO
Lo peor es mofarse de lo que se dice defender.
En política, desde la derecha a la izquierda más extremas, hacen sin pudor pedorretas a las mujeres. Lo peor es que en muchas ocasiones lo hacen con nuestra inestimable participación. En unos casos porque no sabemos marcar a la política el punto de equilibrio en la cuestión feminista. En otros, porque hay mujeres que se autoproclaman como feministas, pero luego entrar a dar por buenos comportamientos machistas y reaccionarios. Todo por el ansia de poder y notoriedad que compartimos por igual hombres y mujeres.
El PP se libró de Cayetana Álvarez de Toledo por evidenciar que tenía criterio propio, ¡yo no lo comparto!, pero lo tenía, lo tiene y mucho. En todo caso más que el de Casado. Una personalidad más política que la del defenestrado líder. En Vox, que Olona se haya ido ha sido una liberación para Abascal, por lo mismo, a la gente no le gusta que una tenga su propia fe…
En la decisión de Edmundo Bal de presentarse frente a Inés Arrimadas por la dirección de Ciudadanos es fácil atisbar unas pinceladas de barniz de la arrogancia del supremacismo del Abogado del Estado.
Iglesias en esto es un campeón, ¡casi nada! Designa a “su” sucesora, protege a su expareja, aunque ella lo sepa hacer muy bien. Y en esta cultura de la nueva izquierda suben al púlpito a Mosén Monedero para indicar, con su dedo empapado de divinidad, el camino del bien a seguir por Yolanda Diaz.
Aunque el que se lleva la palma es Sánchez. Desde aquella foto, a lo Danny Zuko (Grease), rodeado de sus vicepresidentes y a un tris de hacer pitos con los dedos, cree que con decir uno que es feministas se adquiere la condición. Estos chicos que se creen los reyes de las féminas están lejos de hacer cosas que realmente vayan en la dirección de mejorar las condiciones de vida de las mujeres. Subirse a sus mayestáticos cajones, desde donde se ejerce ahora el liderazgo, para señalar con el dedo que mujer tiene que ser la candidata a alcaldesa, pretiriendo a otras, tal vez más cualificadas y pasando por su masculino arco los principios democráticos; o diciendo como las mujeres deben de ejercer y crear alternativas políticas es el sumun de la impostura feminista. Ahora bien, yo ya no espero que estos machitos dejen de utilizar el feminismo como subterfugio electoralista. Yo lo que esperaría es que algunas mujeres recuperan su dignidad y preguntaran sin miedo, ¿si se las nombra por su capacidad y merito que exige la Constitución o simplemente por el hecho de ser mujeres? Si es por eso, que se queden con el puesto.
Esto no es inocuo, nos hace daño a las mujeres. No llegaremos nunca a los sitios por merecerlo. Es nuestra capacidad profesional la que nos debe hace alcanzar lo que nos corresponda.
Hace años mi querida Carmen Posadas decía que hasta que las mujeres lo hicieran tan mal como lo han hecho los hombres faltaba mucho. Es una frase muy recurrente pero no vale para nada. No es una competición de hombres tontos frente a mujeres tontas. Es no discriminar a las mujeres por el hecho de serlo, pero tampoco posicionarlas en lugares de gobierno por el hecho de serlo y asi no dejen de mostrar su agradecimiento con un nuevo tipo de sumisión. La impostura feminista es tan mala como la discriminación machista.
Cuando alguien levanta la bandera del feminismo, si lo que practica es la impostura, es simplemente un impostor.
En la actualidad hay mujeres, por preparación y destreza, capaces de asumir cualquier puesto de mayor responsabilidad como médica, investigadora, maestra, guardia civil, bióloga, ingeniera incluso directora general, diputada y hasta ministra. A las primeras se las exige su profesionalidad demostrada para ser valoradas y promocionadas. A las segundas todo atufa a que es un señor que con su elección está queriendo demostrar lo que no es, que no repara en el género para elegir a alguien, lo no importante es su capacidad.
A partir de ahí todo termina siendo una cuestión numérica. “Hemos elegido a tantas mujeres”.
La discriminación positiva, no está en que haya más mujeres guardias civiles que hombres, es que estén los mejores y que no se mire el genero para elegir a uno u otros y que si hay discriminación se sea radical en su impedimento. Lo importante, es que las condiciones de trabajo, la remuneración y su promoción sea realmente igual.
Cuando alguien levanta la bandera del feminismo, si lo que practica es la impostura, es simplemente un impostor.
Impostura, es ver al que fuera Delegado del Gobierno Madrid y que nos decía que no podía desautorizar la manifestación del 8-M en la Capital , a pesar de la amenaza del Covid, por ser “un derecho fundamental” y ahora él paseándose “tan pichi” por las calles de Doha importándole un bledo los derechos de las mujeres cataríes.
Advertencia: La izquierda no dejará el gobierno por flirtear con el independentismo, lo hará por creer que las mujeres somos tontas…una pena. La soberbia tiene una rápida vuelta a casa…mirar este tal Luis Enrique…bufff.
Kala Bondarenko es Psico politóloga