En el año 2.000 fui destinado a Milán como director de la Oficina Española de Turismo. Yo ya conocía el idioma local porque había estudiado en el Instituto Italiano de Cultura en Madrid, pero Bárbara, mi mujer, que es sueca y además de su idioma natal domina el español, el inglés y el alemán lo desconocía.
Estábamos seguros de que dedicándole un par de horas diarias en tres o cuatro meses se las apañaría, así que se buscó una profesora particular y todas las mañanas leían juntas el ”Corriere della Sera”, el Correo de la Tarde, que, según la lógica italiana, se pública por la mañana. El Corriere es de ideología “gubernamental”, según me aclaró Ferruccio de Bortoli, dos veces director del periódico, en un cena en casa de mi amigo Sebastiano Grasso , que dirigía las paginas de arte del mismo.
Efectivamente al cabo de poco tiempo un día me recibe eufórica asegurándome que había leído el editorial del periódico y lo había entendido todo. ¿Y qué decía? Le pregunté. Su cara de pánico me indicó que era incapaz de contestar a la pregunta, pero al menos había aprendido la lección de que en Italia los periódicos no se leen, se descifran, como bien explica el ex corresponsal del País en Roma Iñigo Dominguez.
Y eso es lo que llevo intentando hacer desde la dimisión de ”super Mario”: husmeando en la prensa con gran interés.
Por supuesto lo que algunos han denominado ”Il Draghicidio “ parece un asesinato político . Draghi estaba llevando a Italia por el buen camino apoyándose en un gobierno de unidad nacional en el que estaban los principales partidos, excepto el derechista Fratelli d´Italia . Sin embargo, no hay que olvidar que desde el punto de vista democrático era una anomalía, pues no había pasado por las urnas. Bueno, una anomalía a la italiana, es decir no tan anomalía, pues desde los 90 hubo varios gobiernos técnicos. Además ya había durado dos meses más que el promedio de duración de los mismos desde la formación de la república, que es de 15 meses.
Se entiende que los dos partidos de la derecha que formaban parte del gobierno, la ”Lega“ de Salvini y ”Forza Italia” de Berlusconi quieran acudir a las urnas con los sondeos favorables, pero no entiendo, bueno yo al menos, que los antisistema de 5 Stelle también abandonaran el barco; hasta que el presidente del partido Giuseppe Conte lo explicó a La Stampa: "No podíamos seguir así porque era un gobierno que se fundaba en el decisionismo autorreferencial”. Es difícil explicarlo mejor. Lógicamente el partido saltó por los aires. Di Maio , antecesor de Conte, se fue con sus leales y el fundador Beppe Grillo amenazó no sé bien con qué. Otros vieron la mano de Putin meciendo la cuna de Salvini mientras le susurraba el Draghicidio.
La situación era descrita como “Vergogna“ en la prensa local. Inmediatamente empezó el baile. “Il centrodestra unito ma diviso“. Si: el centroderecha unido pero dividido, titulaba a toda plana Repubblica el 23 de julio. Grandioso titular. Claro que a los pocos días estaba “diviso ma unito”, al aceptar los otros dos la propuesta de la jefa de Fratelli d´Italia , Giorgia Meloni , que no había formado parte del gobierno , de que el candidato o candidata a presidir el nuevo gobierno, fuera el que sacara más votos de entre ellos, es decir ella misma si las encuestas aciertan.
Los grupos que conforman el centro izquierda, que cambian con cierta frecuencia, aceptan que Enrico Letta sea el elegido en el improbable caso de que ganaran. Letta es una síntesis de la política italiana: de origen democristiano está aliado con los excomunistas en el Partido Democrático, que también se escindió hace unos años con la marcha de Matteo Renzi. Fue ministro hace ya 25 años, presidente del Consejo y diputado por varias circunscripciones con diferentes partidos.
En medio, el propio Renzi , Di Maio y otros están a la espera a ver que sacan . Resumiendo el centro izquierda está “diviso ma non unito “.
La “finezza” que según Andreotti faltaba en la política española desborda en la italiana . No olvidemos que el deporte nacional, además del futbol, es la esgrima.
No se preocupen si no lo han entendido. Yo estoy de acuerdo con el ex presidente de la región de Lombardia , Bruno Tabacci : “si no lo entienden los italianos, imagínense los españoles”.
Y es que como recordaba el citado Dominguez la política italiana sigue las indicaciones del asesinado Aldo Moro: circula por “convergencias paralelas”.