Este lunes se ha celebrado la MET Gala en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, bajo la temática “Gilded Glamor”. Las celebridades más destacadas han hecho acto de presencia en esta convocatoria para lucir sus vestuarios por la alfombra roja en una noche, en la que ni los famosos ni la organización han conseguido librarse de las críticas.
Cada año, el primer lunes de mayo tiene lugar la MET Gala. El evento, pensado como una recaudación de fondos para el Instituto del Vestido del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, se ha convertido en una de las fechas más destacadas del mundo de la moda; así como una de las alfombras rojas más comentadas en redes sociales.
La gala tiene un tema distinto en cada ocasión: un dresscode que los asistentes deben seguir o interpretar en su vestimenta. En el año 2018, el tema tenía que ver con la religión católica, y en 2019 los outfits debían estar inspirados por el concepto de Camp. El tema de esta edición ha sido “Gilded Glamor and White Tie”. Gilded Glamor hace referencia a la llamada “Edad Dorada” en Estados Unidos; un periodo de bonanza económica a finales del siglo XIX. “White tie” es la etiqueta que se utilizaba en esa época para indicar que a un evento había que asistir vestido elegante. Es decir, se esperaba que los invitados fueran a la Gala con diseños a la altura de la riqueza exhibida por las clases altas en la Edad Dorada.
El anuncio del tema ya suscitó críticas de ciertos sectores de la sociedad estadounidense. Algunas personas no veían bien que, en plena crisis económica causada por la situación actual, el tema animara a mostrar vestidos excéntricos y caros.
Pero la MET Gala siempre ha sido eso, un evento en el que personalidades famosas colaboran con diseñadores y marcas de moda para mostrar sus lujosas creaciones. El acto es tremendamente elitista: sin invitaciones (enviadas por Anna Wintour, editora jefa de Vogue, a las celebrities del momento) la entrada cuesta unos 35.000 dólares. Y hay gente que paga esta suma por entrar. Fue el caso de Julio Iglesias, que en 2019 regaló a sus hijas gemelas el pase a la famosa gala.
A medida que las celebridades llegaban al evento; el sindicato Condé Nast, editorial de revistas de moda, emitió un comunicado en el que destacaban la importancia de los cientos de trabajadores de Vogue y las quejas recientemente emitidas a causa del exceso de trabajo y los bajos salarios: “somos asistentes, productores y freelancers los que trabajamos sin descanso en los meses previos a la MET Gala, encargándonos de un millón de detalles para que, cuando llegue el primer lunes de mayo, el evento se desarrolle de manera natural.”
Como en la Edad Dorada, referencia principal de la temática de este año; en la MET Gala se puede observar una gran diferencia entre dos clases sociales: aquellos que acuden a exhibir su prestigio, y aquellos que trabajan sin descanso para ellos y que no reciben la compensación adecuada por su labor.