El VPH es una enfermedad de transmisión sexual que hasta un 90% de las personas sexualmente activas tendrán en algún momento de su vida. 

 

Aunque la enfermedad en sí puede no tener síntomas, vacunarse previene no solo de síntomas propios de la enfermedad como verrugas anogenitales, sino también de algunos tipos de cáncer, como el de cuello de útero o de cérvix, que tiene más posibilidades de desarrollarse si se ha sufrido VPH.

 

Pese a los grandes beneficios de la vacuna, actualmente solo se administra a chicas de entre 11 y 12 años o personas en condiciones de riesgo. Tras su implantación en 2007-2008, se redujo en un 60% la incidencia de verrugas en chicas de entre 16 y 19 años, una década después.

 

Esta decisión es pionera en España, pero la Comisión Europea incentiva a ampliarla y son numerosos los países que ya la aplican tanto a chicos como a chicas, ya se lleva a cabo en Austria, Alemania, Bélgica, Croacia, Francia, Irlanda, Israel, Italia, Liechtenstein, Noruega, Reino Unido, República Checa, Serbia, Suecia y Suiza.

 

Hace solo unas semanas se debatía en el Senado ampliar la vacunación. La propuesta, realizada por el Partido Popular, contó con el apoyo de grupos como Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya, aunque pidiendo financiación para ello.

 

Tras un debate sobre la articulación de la propuesta, forma de aplicación y la evidencia científica para respaldarlo finalmente fue aprobada por 15 votos a favor y 13 en contra.