“Al Sánchez hay que ir a cazarlo como un cuerno (ciervo) y poner la cabeza en la chimenea. Tantos cazadores en España y ninguno tiene cojones. Solo matan pobres animalitos que no rompen España, a este sí que hay que cazarlo", aseguraba el condenado Manuel Murillo en el chat `Terrasa por España’. Ahora la Audiencia Nacional le ha condenado a siete años y seis meses de prisión por un delito de homicidio en grado de proposición y por depósito de armas de guerra.
La Audiencia Nacional ha condenado a Manuel Murillo, vigilante de seguridad, a siete años y medio de prisión por un delito de homicidio en grado de proposición y por depósito de armas de guerra. El exvigilante de seguridad era aficionado al tiro y se le incautaron trece armas reglamentarias y otras siete prohibidas, entre ellas un fusil CETME de guerra.
Los mensajes comenzaron en 2018 en el grupo de WhatsApp llamado “Terrasa por España”. Según reconoció el propio Murillo tan solo conocía a dos de los integrantes del mismo, “un abogado de Vox y un comandante de la Guardia Civil retirado”. La apología al franquismo era una constante: “No lo voy a consentir. Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se acercan disparo (...) si tocan a Franco sugiero que empiece la guerra otra vez por nuestro honor, patriotas no podemos consentir. Y esta vez no dejaremos ni uno”, llegó a chatear con motivo de la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de Cuelgamuros.
El ex vigilante de seguridad aseguró que del grupo de WhatsApp tan solo conocía a "un abogado de Vox yun comandante de la Guardia Civil retirado"
El acusado llegó a proponer la creación de un “comando que asalte por la fuerza la Moncloa”, o el asesinato del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con motivo de la retirada de los restos del dictador. “Si lo sacan me cargo a Sánchez, lo juro”, afirmó. En uno de los mensajes proponía a uno de sus contactos llamado “Vox Organizador GDR”, “defender a España con las armas, […] armados para dar un golpe de estado y cargarse toda esa mierda que se ponga por delante”.
Para los magistrados, Manuel Murillo “fue interiorizando que la solución para producir un cambio en la situación política española pasaba por causar la muerte del presidente del Gobierno, para lo que se empeñó en requerir ayuda para llevarlo a cabo”. Pese a ello, la Sala considera que “la ideación del acusado estaría más próxima a lo descabellado”, aunque recalcan que la iniciativa, “por embrionaria que fuera, ya se cuenta con la persistencia, fijación y desvelada determinación del acusado de causar la muerte del señor Sánchez Pérez-Castejón, a lo que hay que unir que disponía del efecto a emplear pues solo tendría que optar por el apropiado entre los que almacenaba”.
El Tribunal considera que no ha quedado los suficientemente acreditado la alteración psíquica que Murillo ha asegurado sufrir en el momento de los hechos, consecuencia del consumo de grandes cantidades de alcohol y trankimazin.