Las negociaciones entre los equipos de Alfonso Fernández Mañueco (PP) y el tutelado por Kiko Méndez-Monasterio, Juan García Gallardo (Vox), se ha consumado. De esta forma se sella el primer Gobierno regional bajo el mandato de Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular. Se estrena pactando la Ejecutiva regional de Castilla y León con la extrema derecha de los de Santiago Abascal. Para Eva Granados este pacto sitúa a los populares “en contra de toda la derecha demócrata europea”.
Juan García Gallardo se convierte con este pacto en vicepresidente de Castilla y León por Vox, eso sí, sin cartera, es decir sin prácticamente funciones ejecutivas. Sobre esta circunstancia el ex vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, ironizaba en Twitter “en realidad no se le estaba poniendo carita de vicepresidente. Se le estaba poniendo carita de jarrón chino". Lo cierto es que el joven vicepresidente de la comunidad apenas asumirá la presidencia de la Comisión Delegada del Gobierno y de la Comisión Delegada del Gobierno.
Los pocos cargos que se han confiado al candidato del partido de ultraderecha encajan con la tutela ejercida desde Vox a su representante en la región. Tal y como anunciaba elDiario.es, durante las negociaciones la voz de Vox en la comunidad la tuvo Kiko Méndez-Monasterio, ex asesor parlamentario de Vox, “mano derecha” de Santiago Abascal y copropietario de Tizona Comunicación. Según informaron fuentes del PP al ya citado diario, García-Gallardo estuvo prácticamente anulado por la voz del Méndez Monasterio.
Pero, fuera quién fuese el que llevara la voz cantante en las negociaciones, las condiciones del partido de extrema derecha están muy presentes en el acuerdo de legislatura. El Partido Popular, haciendo caso omiso a las indicaciones del PP europeo, ha asumido la retórica de Vox aceptando los contenidos propuestos por este partido.
En el acuerdo de legislatura destacan líneas de actuación como la supresión de la Ley contra la Violencia de Género a cambio de “aprobar una ley de lucha contra la violencia intrafamiliar para promover medidas preventivas y dotar de una protección adecuada a sus víctimas". A este tanto que se anotan los de Abascal, se suman otros conceptos de todavía gran ambigüedad e inexactitud como el de “un modelo [educativo …] libre de adoctrinamiento ideológico” o el de promover una “inmigración ordenada”, sobre el que Mañueco no supo responder tras hacer públicos los puntos de su proyecto de Gobierno.
Aunque el candidato del Partido Popular a la investidura ha asegurado que tanto la ley de violencia intrafamiliar propuesta por Vox y la ley contra la Violencia de Género vigente en la actualidad “son compatibles y las dos normas son complementarias". Para la portavoz del Grupo Socialista en el Senado, Eva Granados, supone “vender los derechos de las mujeres para mantenerse en el poder”.