Ha pasado poco más de una semana desde que Rusia comenzara la ofensiva contra su país vecino Ucrania, en estos días la cantidad de población desplazada forzosamente no ha hecho más que aumentar. En estas circunstancias desde la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, instan a los gobiernos a mantener abierto el acceso a sus territorios a toda esta población sin discriminar a ninguna persona o colectivos.
ACNUR tiene presencia en la región del Este de Europa con oficinas en Polonia, Hungría, Moldavia, Eslovaquia y Rumanía. La Agencia de la ONU, junto con otras entidades no gubernamentales están coordinando una respuesta a toda esta enorme cantidad de población que se está viendo obligada a abandonar sus hogares por culpa de la guerra.
Desde Polonia, ACNUR advierte de colas kilométricas que obligan a esperar a la población migrante durante varios días hasta llegar al punto fronterizo, todo ello con condiciones climáticas muy adversas alcanzando temperaturas gélidas durante gran parte del tiempo. Desde la Agencia para los Refugiados aseguran ser conscientes de las dificultades que se están presentado a algunas personas de terceros países para poder cruzar la frontera polaca, en referencia a la negativa que se le da a muchas personas negras que quieren escapar del país.
En Hungría, ACNUR monitorea el número de llegadas de refugiados, que asegura que son constantes y con tiempos de espera dispares. La organización informa que tras su llegada, los refugiados son enviados a puntos de encuentro donde pueden tramitar su solicitud de asilo y donde se les proporciona la documentación temporal.
ACNUR está desplegado en Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Moldavia y Hungría colaborando con el éxodo de refugiados
En Rumanía la situación no es mejor, para acceder al país vecino muchas personas tienen que esperar largas colas de hasta un día de duración. En esta frontera ACNUR está desplegada en Siret e Isaccea, donde colabora con el gobierno en solventar las necesidades de asesoramiento jurídico y apoyo psicológico. En este país remarcan el enorme papel que los voluntarios están ejerciendo para colaborar con los ucranianos que llegan a su frontera.
A Moldavia llega mucha población huyendo de la ciudad costera de Odesa, siguiente objetivo de los rusos, aunque la metrópoli dista aproximadamente 60 kilómetros de la frontera con Moldavia, los tiempos de espera hasta llegar al país vecino superan las 24 horas. ACNUR está prestando apoyo para mejorar la capacidad de recepción del país y está distribuyendo materiales humanitarios.
Por último, en Eslovaquia, al ser menos numerosas las llegadas, los equipos de ACNUR realizan visitas regulares a cuatro de los cinco principales puestos fronterizos. Desde la organización destacan la rapidez con la que el país ha modificado las leyes para acoger a los refugiados.