Las protestas en las principales ciudades rusas contra la ofensiva militar en Ucrania ya han dejado más de 7.600 arrestados, entre ellos Elena Osipova, una artista nacida durante el sitio de Leningrado que utiliza sus obras para criticar aquello que no considera justo. Desde el inicio de la invasión grupos de policías patrullan las calles y reprimen las manifestaciones que piden el fin de la guerra.
En 1941, el Ejército de la Alemania nazi y sus aliados durante la Segunda Guerra Mundial llevaron a cabo una acción militar destinada a bloquear la ciudad de Leningrado (actual San Petersburgo) y dejar morir a su población. Ante la imposibilidad de apoderarse de la ciudad rápidamente comenzó el conocido como sitio de Leningrado, un suceso que muchos historiadores califican de genocidio por la cantidad de muertes que el frío y hambre sistémica dejaron entre la población. Durante los 872 días que se mantuvo el asedio nació la pintora y activista Elena Osipova, una superviviente del nazismo que este miércoles fue arrestada en su ciudad natal por manifestarse contra la invasión de Ucrania.
La mujer, de 78 años, portaba carteles a favor de la paz y con los que pedía la destrucción de los arsenales nucleares en todo el planeta. Al menos siete policías antidisturbios la forzaron a caminar hacia un furgón policial entre aplausos por parte de los manifestantes que estaban cerca. Según indicó la dirección general del Ministerio del Interior para San Petersburgo al diario Bumaga, la anciana fue trasladada a su casa, pero se desconoce si se ha abierto un procedimiento sancionador contra ella.
Las imágenes de su detención no tardaron en difundirse por las redes sociales, convirtiéndose en la metáfora perfecta de la represión de Putin y el símbolo de las más de 7.600 personas que han sido detenidas en el país por pedir el fin de la violencia
Osipova utiliza sus obras artísticas como megáfono para sus reivindicaciones, lo que ya le ha costado más de un arresto. En abril de 2020 fue detenida por salir a la calle sola con un cartel en el que denunciaba la represión en Rusia y ya el pasado 27 de febrero expuso tres carteles elaborados por ella misma con los que criticaba al presidente ruso, Vladimir Putin, y las consecuencias de la guerra.
Las imágenes de su detención no tardaron en difundirse por las redes sociales, convirtiéndose en la metáfora perfecta de la represión de Putin y el símbolo de las más de 7.600 personas que han sido detenidas en el país por pedir el fin de la violencia. Según OVD-Info, un portal fundado en 2010 por periodistas rusos que informa de las detenciones durante las manifestaciones, otras 350 personas fueron detenidas en las múltiples protestas que se sucedieron durante la jornada del miércoles en la segunda ciudad rusa. Ese mismo día, medios independientes rusos informaban de la detención temporal de un grupo de cinco menores que habían colocado flores en la embajada de Ucrania en Moscú.
Pese a que las protestas contra la invasión no son masivas en Rusia, el número de valientes que se atreven a salir a las calles en contra de la invasión crece cada día. Durante los últimos años se han endurecido las condiciones para manifestarse en el país y desde que comenzaron los bombardeos en Ucrania la Fiscalía, el Ministerio del Interior y varios alcaldes de ciudades rusas amenazan con penas de prisión a los organizadores de las protestas. Equipos antidisturbios están desplegados por las calles y los lugares que suelen acoger manifestaciones están rodeados por barricadas de metal. No obstante, la oposición a la guerra no consigue ser silenciada y en varios puntos han comenzado a aparecer grafitis y carteles pidiendo la paz, unas pintadas que las autoridades se apresuran a retirar.